Capítulo 30

5.1K 431 279
                                    

Me estaba abrazando, así sin más. Sin permiso, sin tapujos y sin repelús por toda la sangre que bañaba mi cuerpo. 

- ¿Puedes subir a tu habitación? - me preguntó suavemente mientras acariciaba mi mejilla. 

Yo aparté mi cara de su mano y asentí poniéndome de pie. 

Estaba un poco mareada. Todo me daba vueltas y cada vez veía más negro, pero no iba a pedir que me ayudasen. Lo conseguiría como que me llaman Dama. 

Llegué como pude a mi cama y me tiré boca abajo sobre ella. Respiré hondo para intentar relajarme y ganar energía. Subir esas jodidas escaleras ha sido casi mi muerte. Notaba como seguía sangrando mi espalda con cada escalón que subía. 

- Te tengo que quitar la camisa para examinarte.

Connor me sacó de mis pensamientos me incorporé un poco, pero no tenía ánimos para sentarme y quitarme la puñetera camisa. 

- Arráncala, haz lo que sea, pero sin moverme - mi voz sonó amortiguada por estar hablando contra la almohada.

Soltó una risita y cogió unas tijeras del estuche que estaba en mi mesilla. Poco después mi camisa estaba dividida en dos y a mi espalda llegaba la brisilla que corría por la habitación. 

Oí un suspiro. Sí... debía de tener mala pinta. 

- Creo que vas a necesitar puntos... He traído el material necesario, pero te va a doler. 

- ¿Anestesia? - pregunté murmurando. 

- Si quieres ir al hospital...

- No - le corté rápidamente.

Se levantó y fue hacia su maletín o donde fuese que tenía todo el material. Creo que suspiró y dijo algo para él mismo similar a: "Esto me va a doler a mí más que a ti". Obviamente no hice caso, ya que no sabía muy bien, si no me lo había imaginado por la pérdida de sangre o algo así. 

Me limpió suavemente la herida mientras a mí me escocía de manera sobre humana. 

- Te tengo que quitar el sujetador Brooke - yo asentí contra la almohada y concluyó - Aunque está prácticamente rajado, no sé como sigue unido por unos hilillos. 

Me hizo sonreír un poco, por su patético intento de mejorar la situación y hablar de algo. Le iba a seguir la corriente al pobre, si parecía más estresado que yo. 

- Le amenacé con que si me lo rompía la iba a dejar calva - Connor se rió de mi estupidez y continuó con su misión. 

Cuando noté la aguja cosiendo mi piel, fue una sensación de dolor y asco. No me imaginaba como iba a quedar mi espalda después de esto. Madre mía ya llevaba unas cuantas cicatrices por todo mi cuerpo. Como tuviese que dar explicaciones a alguien...

Pegué un grito ahogado. No sé qué había pasado, pero justo donde pincho me dolió más de la cuenta. De hecho mucho más.

- Para, para - pedí entre jadeos. 

- Vale, hacemos un descanso - su voz sonaba llena de preocupación.

Estaba mordiéndome el labio, llegué a hacerme sangre, para no soltar algunas lágrimas. Joder, qué dolor. Cuando me dio puntos en la herida de bala de la pierna estaba inconsciente, ya me podía haber quedado igual hoy. 

Me empezó a acariciar suavemente la espalda, por donde no tenía esa raja de mierda. Cerré los ojos con fuerza e intenté centrarme en su tacto en vez de en la aguja que seguía apoyada en mi piel. 

Mi cuerpo empezó a temblar un poco por la mezcla de todo y me besó en el centro de la espalda. Siguió repartiéndome besos por cada parte sana. Cogí grandes bocanadas para controlar el dolor y me empecé a relajar. 

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora