Capítulo 3

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Estaba prácticamente lista cuando tocaron la puerta, supuse de quien se trataba. Eché un último vistazo al reflejo del espejo. Lo que vi me agrado y también me sorprendía, un maquillaje tenue y un peinado elegante, que logré hacer bastante rápido, me favorecían, pero sin duda la joya principal de mi imagen era el hermoso vestido color cielo que llevaba puesto. David me había proporcionado un bellísimo atuendo para asistir al evento.

Volvieron a escucharse golpecitos en la puerta y me apresuré a tomar mi bolso de mano para salir.

-Señorita Kendrick, el señor Christensen me pidió que la escolte hasta el gran salón, donde ya han comenzado a llegar los invitados. - Recordaba al gerente del hotel, quien lucía mucho más elegante que la última vez que le vi.

Vaya... Así de molesto estaba David que no quiso venir por mí, como lo había dicho. De igual forma eso resultaba ser mucho mejor, ese pobre hombre necesitaba tiempo para asimilar todo lo ocurrido. En gran parte podía comprender toda esa rabia que David quizá estaba sintiendo. Esta noche haría lo que me pidió, mañana ya sería otro día, aclararía todo con Camilla y después de eso tendría que irme y alejarme de esta familia.

- Muchas gracias. - Dije al tiempo que salía de la habitación.

No tardamos en llegar al salón donde se llevaría acabo el evento de beneficencia. Unos chicos a cada lado de la puerta sonrieron amables, al vernos llegar a el señor Wharton y a mí. Ambos chicos lucían un elegante traje negro, parecía ser su uniforme de la noche. Abrieron las puertas del salón y pude visualizar lo hermoso y elegante del lugar. La luz es adecuada y la música instrumental que ambientaba todo el entorno es exquisita, las mesas y sillas divinamente decoradas están bien distribuidas, los hermosos centros de mesas que combinan  con toda la parafernalia del lugar es espléndida. Mi atención se posó en la gran lampara de cristal, estilo araña que está suspendida en el centro de la pista de baile. Todo había quedado mucho mejor de lo que imaginé.

Algunos de los invitados ya estaban allí y muchos otros iban llegando, me adentré más en busca de Camilla, pero a quién encontré fue al hombre furioso que no deseaba ver. David está con un grupo de personas conversando, me da la espalda por lo que no me ha visto. Un hombre a su lado se acercó a su oído para hablarle y acto seguido David giró y nuestras miradas se encontraron. Su mirada es seria y fría. No veía a Camilla o Margaret por ningún lado.

- Buenas noches. - Dijo David al llegar a mi encuentro.

Me tendió su mano para ayudarme a bajar unos escalones que estaban frente a mí. Dudé unos segundos en tomarla, pero finalmente terminé aceptándola al recordar el vestido largo que tenía y los zapatos de tacón elevados que traía puestos. Lo mejor sería dejar mi orgullo y evitar accidentes.

- Buenas noches. - Terminé respondiendo.

Cuando nuestras manos entraron en contacto, una especie de electricidad se hizo presente, mire a David para saber si él también era consciente, pero no vi ninguna emoción. Es completamente inútil, tratar de leer a este hombre y descubrir algún vestigio de lo que pasa por su mente. Esta noche luce realmente impactante, lleva puesto un traje negro a la medida con una camisa tan blanca como la sal y una corbata roja hermosa. Su cabello cobrizo ahora está peinado. Todo él es una verdadera obra de arte, para ser sincera mis recuerdos no le hacían justicia. Salvo que para ser, más que perfecto, habría que quitarle la cara seria, que lo hace lucir un tanto mayor de lo que es. David apenas tiene veintiocho años, según lo que había escuchando de Evelyn, pero tanta seriedad lo hace ver mucho mayor.

- No entiendo para qué quieres continuar con esta farsa. - Me animé a decirle.

David detuvo su paso, por lo que también me hizo detenerme.

BELLA TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora