El dolor de cabeza ya había desaparecido, la señora Nancy preparó una comida exquisita. Me resultaba tan extraño que David no asistiera hoy a su oficina, él no lo dice, pero creo que sí se preocupó mucho por mí, tanto que ha preferido trabajar hoy en casa. Ahora se encuentra en su estudio, ya lleva un buen rato allí dentro. Al no tener nada que hacer empiezo a impacientarme.
- ¿Cómo te sientes? - Pregunta David, al llegar y sentarse a mi lado en el sofá que está frente a la chimenea.
- Mucho mejor.
Observo sus pies que están descalzos, eso es verdaderamente inusual, sonrío al ver que él se inquieta. Hoy tiene un aire juvenil que no le había visto antes, su coraza constante de seriedad parece que empieza a dejarla a un lado. Todavía lleva puesto ese jeans y suéter blanco junto con su cabello desordenado que lo hace lucir sexy.
- Hoy tengo una cena de negocios, bastante aburrida a la que desearía no asistir. - Comenta, con la vista puesta en la chimenea.
- Eres tu propio jefe. No vayas.
Él sonríe divertido, pero se nota cansado.
- Por ese mismo motivo no puedo faltar. Tengo empleados que devengan salarios que yo debo cubrir.
- ¿Se trata de un negocio importante, lo de esta noche?. - Le pregunto.
- Lo de siempre. - Respondió.
Luce nervioso y eso me inquieta. ¿Tendrá algún problema?
- ¿Qué ocurre?. - Pregunto.
- Quería saber si puedes acompañarme.
¿YO? ¿En serio me está pidiendo que sea su acompañante?
Si eso es lo que quiere, entonces jugaré un poco.
- De poder, claro que puedo. De querer hacerlo, allí es donde radica el problema.
David abrió más sus ojos al escucharme, se ladeó de modo que quedamos frente a frente.
- Bien, señorita Eileen, soy un hombre de negocios, así que, negociemos... - Hizo una pausa y luego continuó. - ¿Qué exiges? ¿Cuál es tu propuesta?.
Dijo esas palabras con una mirada tan traviesa que estoy segura que mis mejillas comienzan a sonrojarse, debo parecer una colegiala tonta.
- ¿Así que quiere negociar Señor Christensen?.
- Negociar, conforma una de las cinco cosas que mejor se hacer. - Dice, mientras se acerca un poco más.
"Él quiere jugar"
Muy bien, está claro que intenta intimidarme. Solo que este juego yo también lo se jugar.
- ¿Cinco nada más?. - Pregunto con ironía y con gesto de melancolía observó una de mis manos.
- Cada una abarca un extenso dominio. Además, son cinco los dedos que conforman la mano, y yo logro hacer mucho con una sola de ellas.
El doble sentido es palpable en el aire. Está intentando desconcentrarme y lo peor es que puede lograrlo si no lo freno.
- Sorprendente será, si no hechas a perder con una mano lo que haces con la otra. Pero volviendo al tema en cuestión ¿Qué gano yo si decido acompañarte?.
David sonríe, se ve tan hermoso ahora, completamente despreocupado.
- Mi compañía, una cena y evito que te quedes observado una chimenea todo lo que resta de día.
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BELLA TRAICIÓN
RomantizmUn favor, una mentira y un desengaño llevaran a Eileen a verse involucrada en los fríos y calculadores planes de David Christensen, un acaudalado empresario y ex prometido de su amiga. Sin miramientos este hombre la utilizará para alcanzar sus objet...