Cuando la puerta se abrió y pude visualizar hacia el interior del Penthouse de David, sentí mi garganta reseca, entramos y el lugar es digno de admirar todo limpio, austero y contemporáneo. Por lo que puedo apreciar el propietario comparte con su madre el gusto por el arte. Es intimidante y bastante grande para una sola persona, esta conformado por dos niveles, la cocina es sacada de un programa de chef, esta equipada con todo, la hermosa chimenea en la sala me provoca suspiros.
- Puedes dormir aquí o si quieres elegir otra de las habitaciones disponibles, es tu decisión. - Dijo David, antes de abrir la puerta de la que sería mi alcoba temporalmente.
Al entrar me quedo maravillada, no creo poder exigir algo mejor, al recordar mi antiguo dormitorio me da un poco de pena comparado con éste. Una cama matrimonial con hermosas sabanas de seda en color blanco, las paredes son de un color blanco perla, una pared de cristal ofrece una vista panorámica de la ciudad.
- Pedí que organizaran tus cosas. - Me dijo.
Respiré profundo, no deseaba volver a discutir por el tema, durante el camino habíamos estado discutiendo por su mal proceder, por tomar decisiones por mí a su antojo.
David entendió la indirecta cuando no emití ninguna palabra, salio de la habitación dejándome sola. Me dirigí hacia el closet y efectivamente estaban mis cosas ropa y zapatos, en el baño estaban muchos de mis artículos personales y otros que no son míos. Unas cajas guardaban algunos de mis libros y pertenencias como cuadros y adornos envueltos en papel periódico. Pero aún así aquí faltan muchas de mis cosas, el álbum de fotografías que he coleccionado y armado desde hace unos cuantos años no lo encuentro entre las cajas ni en ningún otro lugar.
Rato más tarde salí de la habitación y me dirigí a la cocina, tenia sed y algo de hambre.
- Señorita Kendrick ¿En qué le puedo servir? - Dijo una señora de edad que no había visto al llegar.
- Disculpe ¿quién es usted? - Le pregunté.
- Mi nombre es Nancy, señorita, soy empleada domestica del señor Christensen. - Explicó.
Ella me sonreía y yo hice lo mismo.
- Llámeme Eileen, solo Eileen. - Le pedí.
Nancy me dedicó una leve sonrisa y continuó entretenida en la cocina.
- ¿Puedo ayudar? - Pregunté.
- No se preocupe señorita.
Le dediqué una mirada desaprobadora. Ella se percató y corrigió rápidamente.
- Perdone, Eileen.
- Mucho mejor. - Respondí y ambas sonreímos.
- El señor no me dijo sus gustos y no quise molestarla mientras descansaba así que preparé rissoto. Espero le guste.
- Seguro que si.
Definitivamente la señora Nancy debe enseñarme a preparar ese platillo, la comida estuvo fabulosa. Desde muy niña tuve que aprender a valerme por mi misma, por lo cual, esto de que alguien haga las cosas por mi me hace sentir un poco inquieta. Luego de comer, Nancy desapareció y yo volví a mi habitación, el sonido del timbre de mi teléfono celular se escuchó a distancia, me apresuré a sacarlo del bolso, un número desconocido se reflejó en la pantalla del móvil.
- Eileen. - Respondí.
- ¿Qué tal esta la futura señora Christensen? - Escuché decir a Evelyn.
Tragué en seco al escuchar su seca, cortante y áspera voz, está molesta muy molesta es obvio.
- Evelyn tienes que saber...
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BELLA TRAICIÓN
RomanceUn favor, una mentira y un desengaño llevaran a Eileen a verse involucrada en los fríos y calculadores planes de David Christensen, un acaudalado empresario y ex prometido de su amiga. Sin miramientos este hombre la utilizará para alcanzar sus objet...