La Cita (7)

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▶JungKook ◀

En un abrir y cerrar de ojos estábamos ya en la puerta de nuestra cabaña, cogidos de las manos, con nuestros anillos.

Anillos a juego.

Ahhhh... llámame cursi y te diré que estoy enamorado.


De vuelta aquí estábamos en silencio, ese silencio que no es intimidante ni incómodo.

Solo pensaba en todo lo que había pasado hoy:

El desayuno sorpresa.

Cuando jugamos a escondidas como hace 4 años.

La sorpresa de ir en barca.

Y la sorpresa de caernos.

Tae asustado. Dios, adorable. No es que me ría de él, pero es tan adorable así.

Nuestra cueva.

La comida.

El pastel. Si, pensaba en el pastel. Tae debería enseñarme a cocinar así.

En cuando nos despertamos.

Tae en ropa interior. No es que sea pervertido, pero me hizo gracia que no se acordara.

La sonrisa de Tae cuando me cogió de la mano para ir al lago.
Esa sonrisa, ojalá le hubiera hecho una fotografía. Esa sonrisa tan radiante, tan blanca, tan sonriente, tan...tan...tan perfecta.

La sensación del frío recorrer mi cuerpo.

Tae encima de mi como un koala, otra vez.

El agua envolviéndome.

Tae no estaba.

Lágrimas.

Unos brazos.

Enfados.

Besos.

Mi idea. Mi gloriosa idea. Vergonzosa pero gloriosa. Le encantó. Me encantó. ¿Para que mentir? Dime pervertido, pero me gustó.

Dentro de la cueva.

Todo lo demás.

La declaración.

Los anillos.

La vuelta.

Las fotos. La del beso me la puse de foto de pantalla. Lo vuelto a repetir: llámame cursi y te diré que estoy enamorado.

Cuando me llamo hipster.

Cuando se las envié y se puso la foto de perfil, de fondo de pantalla y en facebook etiquetandome. Que vergüenza. Pero a la vez no. Estaba feliz.




-Venga Kookie, vamos arriba a ducharnos.

-¿Ducharnos? - ¿para qué? O acaso solo quería una excusa para...DIOS PARAD HORMONAS.

-Claro, aun queda cita. - me guiñó un ojo haciendo que me sonrojara.

-Va-vale...

Cuando entramos en la cabaña vimos a los dos tortolitos bailarines buscando algo por toda la casa.
O eso es lo que interpretamos.
Cojines de los sofás tirados por toda la sala.
Las sillas tiradas por todos los lados.
La mesa del revés.
La lámpara de pie del revés.

-Estoo... ¿buscáis algo? - pregunté con la vista fijada en la lámpara. Me fijé en los cuadros: estaban colgando de la cortina y esta sin ningún rasguño. El jarrón encima de la lámpara del techo colgando. Estos dos desafían leyes físicas como si no hubiera un mañana.

Why You? | VKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora