COWARD HELL. ||Larry Stylinson||

CAPITULO 27 "Día 2" (parte 2)

        (Edite uno de los nombres de los personajes así que no les extrañe si les aparece diferente)

"La adrenalina es una sensación de riesgo mezclada con aceleración y felicidad, no la confundas con él peligro, cuando sabes que estas en un terreno peligroso el sudor frió y el pánico es la única mezcla que puedes sentir"

La voz ronca efecto de los habanos me llama una vez más desde la planta de abajo y me sostengo a mi almohada como si fuera una coraza que puede protegerme, la voz resuena por toda la casa una vez más y siento como en mi frente él sudor frió baja para mezclarse con mi secas lagrimas. Paso mis manos por mi corto cabello y siento las recientes hondas que comienzan a formarse, no me siento como Harry sin mis rizos, no quería que lo corten.

Las pisadas crean un compás seguido producto de alguien subiendo las escaleras y me siento en mi cama en una velocidad increíble para no sumar sospechas de mi acto de debilidad, ¡Va a golpearte!,  o no tal vez no, no se como se encuentra y tampoco quiero saberlo.

La puerta se abre y la poca iluminación del pasillo crea una gran sombra con figura propia bajo mis pies, mantengo mi cabeza abajo recordando que mi madre no esta, la criada tampoco y solo mi estado de sumisión completa me salvara de que me de alguna bofetada por emitir  una palabra.

Las puertas y ventanas que den alguna conexión con él exterior se encuentran cerradas, dos mundos, uno adentro horripilante y uno afuera donde  soy parte de una familia perfecta y un padre rico, que me ama.

—Perdí una partida de poker Harold —el alcohol se filtra en su tono de voz y mi piel se eriza bajo las mangas de mi remera— No pienso regalarle más dinero a esos alcohólicos—Su mirada llorosa y rojiza se posa en mi fijamente dando un aviso de que no refute a nada a lo que demandara —Baja, están aburridos, hazlos reír para distraerlos hasta que queden dormidos.

Trago saliva y me pongo de pie, solo sera como las anteriores veces, solo me sentare a recibir sus chiste humillantes sobre para que ellos sientan esa satisfacción de poder y me dejen subir nuevamente.

Los escalones son fríos bajos mis medias mientras bajo las escaleras, las risas se escuchan cada vez más fuerte aumentando mi nerviosismo, ¡solo hazlos reír! ¡solo di cosas sin sentidos están borrachos no van a diferenciar la coherencia de las palabras!.

—Oh Harrisito hola— Él señor Colleman se traba con su propia lengua mientras un eructo nauseabundo se  libera de su boca— Vamos a divertirnos empieza.

—Eh, bueno... voy a contar algunos chistes, si eso —Largo una risa que casi suena como una imitación a un jadeo de lamentación y continuo.—Knock Knock, ¿quien es?, ábreme y descubrirás.

Espero las carcajadas pero solo recibo como respuesta cuatro bufidos aburridos, mi padre me da un empujón que hace que mi trasero golpee con la madera de la silla sentándome por fuerza mayor.

—Ese ya lo has contando —Un hombre de edad media desconocido se sienta al lado mio con una sonrisa amarillenta y asquerosa— tengo algo que nos puede divertir más —Dice con voz espesa.

El humo del habano se libera de su boca haciéndome toser y mi pongo en alerta, ¡otro chiste!.

Todos se miran y conectan con una sonrisa mientras mi papa muerde su mejilla interiormente con gesto neutro.

—Tengo otro, ¿que le dice un árbol a otro ar —Mi voz se atora de mi garganta cuando el ardor penetra de mi mano a todo mi cuerpo haciéndome retorcer del dolor —¡Aaaaaaahhhhhhh! —Mis mejillas se mojan y empiezo a sollozar como un niño, como el niño que soy.