Capítulo N° 2

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Siento como mi garganta se desgarra, los gritos me desconciertan pero unos segundos después entro en cuenta que soy yo, estoy gritando con todas mis fuerzas y no puedo parar, cuando abro los ojos es por que siento una presión en el pecho que no permite el ingreso del aire a mis pulmones, no puedo respirar.

Mis piernas ceden como si estuviesen hechas de lana y caigo de rodillas al piso, antes de lo esperado estaba arrinconada contra el tronco de un árbol, mis puños cerrados con fuerza estaban presionados a cada lado de mi cabeza sobre mis oídos y mis rodillas pegadas a mi pecho.

"No se que me sucede".

Él está ahí, frente a mi, casi desconcertado, siento como toma mi antebrazo con fuerza intentando separarla de mis oídos, o quizás intentando ponerme de pie, pero al sentir su tacto grité mas fuerte, cosa que no duró mas de 3 segundos ya que de un momento a otro mi voz no se oyó mas, mis lágrimas volvieron a brotar, cayendo por mis mejillas y terminando en mi barbilla, mi garganta ardía y sentí el ligero sabor a sangre deslizándose hacia abajo, su ásperas manos rodearon mi cuello y apretó con fuerza, intenté alejarlo, golpearlo lanzando puñetazos y patadas sin ningún sentido y como último recurso rasguñé sus brazos con desesperación cuando ya no tenía aire dentro de mi.

Mis manos cayeron inmóviles a mis costados golpeando mis muslos a  su paso y mis ojos cerrándose lentamente, antes de caer en la oscuridad percibo el mismo tatuaje, es él, él asesinó a mi hermano.

[...]

Oscuridad, es todo a mi alrededor, "¿estoy muerta?", es la primera pregunta que me viene a la mente, intento moverme pero es imposible, no sé que sucede pero las imágenes de mi familia muerta me golpean fuertemente, mis ojos pican por las lágrimas que luchan por salir, extraño a mamá, extraño a papá, pero sobre todo extraño a Elliot, mi hermano era mi mundo, mi vida, lo amaba mas que a nada y ya no está, no volveré a verle, ni a abrazarlo, no podré dormir con él las noches de tormenta ni oler su embriagadora esencia de hombre cuando me abrazaba.

Un casi inaudible "shh" me saca de mis pensamientos, levanto la cabeza de un rápido movimiento dejando mis sollozos en un segundo plano y miro con atención, por debajo de la puerta se filtraba una ligera linea de luz que me permitió ver una silueta escondida en un rincón, "¿Donde estoy?" pregunté, en cambio no obtuve respuesta, lo intenté de nuevo, "¿porque estoy aquí ?", nada.

Siento algo tocar los dedos de mis manos y pego un salto intentando alejarme.

-Tranquila, no te haré daño, voy a desatar tus manos - cerré la boca y asentí aunque dudaba que sea quien sea el que esté ahí me haya podido ver, ya que sólo se veía oscuridad, al minuto siguiente mis manos ya estaban libres y sentí como la portadora de aquella voz femenina se sentaba frente a mí.

-Me llamo Andrea, ¿como te llamas tu?- preguntó inquisitiva.

-J-jessica - susurré con voz temblorosa.

-wow, Jessica, que lindo nombre, ¿que edad tienes? - volvió a preguntar Andrea con voz susurrante.

-17... M-mañana cu-cumplo los 18 - mi voz se quebró y volví a llorar como toda una niña, sus brazos me rodearon y susurró un débil "lo siento", no estoy segura si ese abrazo  fue por que sabe que sucedió con mi familia, o porque sabe que me sucederá algo estando aquí, ¿que lamenta?, un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Una ampolleta en el centro del techo de aquel lugar se encendió de repente, iluminando todo el lugar y rápidamente Andrea se alejó de mí, se fue a un rincón y abrazó sus rodillas, llevó su dedo índice a sus labios y susurró un leve "shh".

La puerta se abrió y entró alguien conocido para mí, el asesino de Elliot.

-Que me miras, zorra - dijo bruscamente en dirección a Andrea, quien rápidamente escondió su cabeza, él se acercó a mí a paso decidido, temblé - ¿Porqué la estúpida está desatada?... Fuiste tú, ¿no es cierto? - dijo apuntándola con su dedo y con la expresión molesta, caminó hacia ella y la abofeteó.

-¡No! - grité inconscientemente - ¡Fui yo, yo me desate sola! - grite para que dejara de golpearla, él levantó la cabeza y se giró hacia mí.

-¡Quien te crees, puta estúpida, a mi no me gritas! - dijo furioso y esta vez me golpeó a mí, lo hizo tan fuerte que mi cabeza fue contra el piso golpeándome otra vez, mi pómulo sintió todo el impacto del cemento y  mi ceja comenzó a sangrar al paso.

-Que haces imbécil, el jefe la quiere viva - dijo otra voz calmada detrás de él, lo tomó del brazo y lo sacó del pequeño cuarto, ese era más joven y delgado, tenía ojos oscuros y piel bronceada, antes de cerrar la puerta nos miró a ambas, una mirada de compasión se asomó por su rostro y finalmente cerró la puerta detrás de él.

Llevé las manos a mi rostro donde el dolor se expandía lentamente y comencé a llorar nuevamente.

-Hey, tranquila - ella se acercó a mí nuevamente - todo va a estar bien... - dijo andrea y me rodeó con sus brazos mientras acariciaba mi espalda en muestra de consuelo, todo parecía tan irreal, pero lo que me sorprendía era él hecho de que ella también estaba golpeada, pero parecía no importarle nada más que yo.

*En multimedia: Andrea (Íngrid Nilsen)

A Dangerous Love . [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora