Capítulo N°26

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-Está bien, está bien, pero mañana les tocará a ustedes - dije derrotado y me pongo de pié - Les gustan los panqueques, ¿no? - pregunto y camino hacia la cocina.

-¡Si! - responden ambas desde la sala, sonrío y comienzo a sacar los ingredientes para cocinar.

[...]

-Dormiré en el cuarto pequeño, ¿Si? - oigo a Lau mientras se pone de pie, quito mis ojos de la televisión y la miro para asentir en acuerdo con ella.

-No hay problema - digo y tomo el último panqueque sobre la mesita, pero los dedos de Jess rosaron con los míos y me detengo a medio camino, fijo mis ojos en los suyos y lentamente ella quita su mano - Puedes comerlo - río un poco y se lo extiendo, una sonrisa se extiende por sus labios y lo toma.

-Gracias - dice en voz baja.

-Deberías sonreír más seguido - dejo salir sin pensar y Jess suelta una sonrisa avergonzada - Perdona - me disculpo y río, no quería que se sintiera incómoda.

-Está bien - se come el último bocado - creo que yo también debería ir a dormir - sacude un poco sus manos y se pone de pie, me paro detrás de ella.

-Te enseñaré donde puedes dormir - le indico y ella asiente antes de seguirme por el pasillo, abro la segunda puerta y le dejo pasar antes de encender la luz de la habitación - las camas están limpias, pero las sábanas son frías así que puedo darte otro par de mantas, o más ropa, como prefieras - ella se gira hacia mí y noto como la playera que lleva puesta se cae ligeramente y deja ver su hombro desnudo, ella se encoje.

-No tengo frío, pero una manta estaría bien - se muerde el labio y se deja caer sobre la cama quedando sentada, me quedo ahí, parado como un idiota y finalmente me obligo a quitar mis ojos de encima de ella, agito mi cabeza y doy media vuelta hacia la sala, tomo la manta y se la llevo a la habitación.

-Aquí tienes - se la extiendo y sus dedos rozan ligeramente con los míos por una milésima de segundo antes de quitarla. "¿Esto se hará una costumbre?".

- Gracias - dice y abre la cama para recostarse, asiento y me volteo dispuesto a irme, pero al llegar a la puerta tomo la manija y mis músculos se congelan, sabía que debia salir de ahí lo antes posible, pero mis pies se negaban a obedecer mis órdenes - ¿Estás bien? - oigo su voz extrañada entrar por mis oídos, mi cabeza se gira en su dirección y frunzo el ceño.

"Sé que no tengo que estar aquí"

-Nada, yo... - suspiro y me acerco a paso lento, ella se sienta sobre la cama y me mira con atención mientras me siento frente a ella, la observo y ella ríe un poco.

-¿Qué estás haciendo? - pregunta graciosa, extiendo mi mano derecha hacia su rostro y pongo un mechón de cabello rebelde detrás de su oreja, sus ojos se levantan hacia los míos, esta vez con timidez.

-Lo siento, por todo Jess, lo digo en serio - suelto de repente, ella se sorprende, pero finalmente aprieta los labios y me da una pequeña sonrisa seguido por un asentimiento de cabeza.

Mis ojos caen de los suyos a sus labios, luego a su hombro descubierto y sus clavículas marcadas justo sobre mi playera, a su largo cabello que caía con libertad por sobre sus pechos, y volví a mirar sus húmedos y rosados labios, me incliné lentamente hacia ella y Jess se alejó casi por instinto hasta que su espalda dio con la cabecera de la cama.

Sonrío con burla.

-No puedes escapar - susurro cerca de su rostro y apoyo una mano justo a un lado de su cabeza y ella mira mis labios para luego volver a mis ojos.

A Dangerous Love . [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora