Mamá entró con una bandeja y la dejó sobre la mesita de noche a mi lado.
- Mamá... - la miré de perfil.
- Basta, Keith, se lo que quieres y no me iré de aquí, este es mi lugar, si, es verdad que tu padre no pagó tus estudios y tu Harley, pero lo hice yo, y lo menos que puedes hacer es esforzarte un poco más... ¿Es acaso posible que sus discusiones no terminen con uno golpeando al otro? - dijo con un tono extraño, entre triste y angustiada.
- Yo me pregunto exactamente lo mismo con respecto a ustedes, mamá...- dije con los dientes apretados - Tu nunca haces nada, siempre te quedas de brazos cruzados dejándolo que haga lo que se le antoje contigo -
- No quiero que vuelvas a mencionar que tu padre me puso una mano encima... no se habla mas del tema y punto final - dijo firme y se paró derecha.
- Bien, solo quiero que abras los ojos, mira lo que nos está haciendo, nunca te había gritado y ahora estamos peleando por su maldita culpa, por que tu siempre lo defiendes - esta vez la miraba a los ojos.
- Yo no...- la interrumpí.
- No te atrevas a negarlo - dije con el ceño fruncido y voz venenosa, me senté en la punta de la cama - ¿sabes lo que se siente?... claro que no lo sabes, porque nunca estarás sola, yo siempre estoy ahí, para protegerte de ese imbécil y aún así tu te has empeñado en ponerte de su lado - desvié la mirada hacia la pared.
- Keith...-
- Vete...- susurré, ella no se movió, levanté la mirada hacia sus ojos - Dejame solo - dije esta vez poniéndome de pie. Ella asintió sin decir nada y se dio la vuelta para salir, cerré la puerta a sus espaldas y puse el seguro para después volver a la cama, no quería tratarla así, pero la frustración me superó, me molesta que ella no quiera ver que esto no nos llevará a nada bueno, y no hay peor ciego que el que no quiere ver, ya no sé de qué manera hacérselo entender, quiero ayudar, pero no sé como hacerlo.
Me senté en el borde y me sostuve la cabeza con ambas manos, miré la mesita de noche y ahí estaba un plato de sopa humeante, junto a el, un par de pastillas y un gran baso con agua, aún era de noche y me sentía cansado, abrí el cajón de la mesita de luz, de ahí saqué una caja de cigarrillos y el mechero, lo había dejado, pero en esta ocasión lo necesito mas que nunca, me dirigí a la ventana y la abrí para luego poner un cigarrillo entre mis dientes y encenderlo.
El humo pasó por mi garganta y sentí mis músculos relajarse, aún la lluvia caía torrencialmente, ahora no tenía frío, ya eso había quedado en un segundo plano, pero necesitaba algo más, quizás un par de copas no me harían mal.
Me puse pantalones negros y una ramera gris, mis botas negras y la chaqueta de cuero, aplasté el cigarrillos en el marco de la ventana y tomé las llaves para volver a salir, cerré la puerta de mi cuarto tras de mi y bajé las escaleras, a paso que me acercaba escuchaba voces, extrañado me asomé y al ver una bola de tipos con traje recordé que Mathew traería a sus "colegas de trabajo" a casa, rodé los ojos y me apresuré a salir antes de que alguien notase mi presencia.
[...]
Rojo, verde, azul, naranja, amarillo, las luces de colores intermitentes se mezclaban en la oscuridad con la música a todo volumen, seguí moviéndome de un lado a otro mientras bebía más de mi baso con vodka y lima, el trasero de aquella chica se restregaba contra mí al ritmo de la música y la atraje mas contra mi, su cabello rojo como la sangre se pegó contra mi rostro y aspiré el olor a frutas que desprendía para luego soltarla y alejarme en direccion a la barra, pero su mano en mi ramera me detuvo, le miré, estaba toda enmarañada y su cabello liso desordenado, por su rostro y maquillaje corrido podría decir que estaba igual o más borracha que yo.
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A Dangerous Love . [EDITANDO]
Teen FictionCuando desde pequeña no se ha tenido nada en absoluto, y lo poco que logras se le es arrebatado de las manos, Jessica se ve obligada a cerrar su mente y su corazón, los problemas la persiguen y cree que nunca podrá escapar de aquello a lo que está a...