El tiempo pasa y no espera a nadie. El tiempo desespera y asusta, te da esperanza pero también te la quita. El tiempo es relativo, puede parecer que vuela como la imaginación de un niño al pensar en qué dibujar o puede arrastrarse como las palabras que se le escapan a un borracho. El tiempo no para pero tampoco retrocede. El tiempo es lo único que puedes perder y no recuperar.
Dos semanas es el tiempo que había pasado desde que Blythe y Bruce se habían mirado por última vez. Hacía quince días que él la ignoraba y ella había decidido que no iría detrás de nadie, ella y su orgullo saldrían intactos de aquella situación. En cambio con Cam las cosas eran muy distintas, el chico se había acercado a ella y se había convertido en un amigo con el que contar, relativamente claro. Dos semanas no daban para mucho y más cuando todo lo que había hecho era leer, ver alguna que otra serie e ir al instituto y a sus clases de idiomas. Era jueves y sus amigas la habían convencido para salir un poco e ir a tomar algo.
-Y dime, -preguntó curiosa Clary- ¿cómo besa Cam?
-Ya os dije que bien -contestó Blythe cansada.
-Nos dijiste que besaba de maravilla pero después de eso no has vuelto a hablar del tema. Sabes que queremos detalles -puntualizó Tess.
-Ahí le has dado, amiga. Nos merecemos los detalles, Blythe. Llevas dos semanas rara y te hemos soportado. Es lo menos que puedes hacer.
-Ehhhhh, no te pases. No necesito enemigos teniendo amigas que me dicen cosas tan bonitas. -se mofó Blythe- El beso fue inigualable. Tenía los labios suaves, te hacía querer cada vez más. Era apasionado pero dulce a la vez. No me miréis así, vosotras habéis querido los detalles.
Sus amigas tenían una expresión de estupefacción mientras se preguntaban quién era esa chica y qué había hecho con su amiga.
-Así que por primera vez te ha gustado como besaba un chico.
-Ya era hora, pensaba que nunca pasaría -dijeron sus amigas.
-Sí. En la fiesta que dio en su casa me quería volver a besar pero le dije que no, no sé por qué.
-¿Qué dices?
-Tú es que eres tonta.
-Lo sé pero es que no tengo ni idea de qué me pasó. Supongo que fue el alcohol.
-Da igual, sigues siendo tonta.
Clary siempre animándola.
-Bueno chicas, -se despidió Blythe- me tengo que ir. Llego tarde a francés.
Cuatro horas más tarde ya se encontraba tumbada en la cama, escuchando música y perdiendo más tiempo del que había gastado ya esas dos semanas.
Debía hacer algo.
Y haría algo, por fin era viernes.
-Hola, esquimal -Cam la saludó.
Sin pensárselo dos veces lo abrazó.
-Vaya, ¿te has dado cuenta de lo irresistible que soy y te has enamorado de mí ya o es que estás de buen humor?
-Idiota, estoy de muy buen humor.
Él la miró como si estuviera loca.
-Es viernes -dijo como si eso lo explicara todo.
-¿Quieres salir hoy?
-Dios, sí.
-Perfecto, ya te enviaré un mensaje diciéndote dónde y cuándo quedamos.
-Lo estaré esperando -se despidió mientras iba a su correspondiente clase.
Blythe estaba delante del espejo sin terminar de decidir si unos pitillos negros y una sudadera de Guns n'Roses eran apropiados para salir. Supongo que irían al pub dónde toda la gente joven de la zona iba.
Con suerte vería a Bruce.
No. ¿Por qué había pensado eso? Él pasaba de ella y a ella le daba igual. Le daba igual porque así es cómo era Blythe. Se convencía de que muchas cosas y personas le daban igual cuando le daba miedo que le llegasen a importar y de esa manera afectar. No quería salir herida, ser débil.
Los pitillos y la sudadera definitivamente eran apropiados y totalmente su estilo, decidió.
-No me digas que te gusta el grupo -inquirió Cam cuando la vio, a modo de salutación.
-Sí. Por favor, dime que te gustan.
-Me encantan.
-Me encantas.
Un momento, ¿qué había dicho? En ese instante quería que se la tragase la tierra. Sus mejillas habían adquirido un tono rosado que esperaba que pasase desapercibido.
-¿Cómo?
-Eh, n-nada que... Me encanta que te encante el grupo que a mí me encanta porque eso... Eso es genial, ¿no? Pero que si no te encan...
-Para -la interrumpió.
Se calló.
Sus nervios se podían entrever en el aire.
-Blythe, estás como una cabra pero no hace falta que disimules. Admite que te encantó yo y punto, no pasa nada preciosa.
Hola al ego de Cam una vez más.
-Ni en un millón de años -dijo mientras empezaba a entrar en el pub.
Allí estaba prácticamente todo su instituto y casi instantáneamente empezó a buscar a Bruce con la mirada pero no estaba. Desilusionada bailó con gente que iba reconociendo y poco a poco se fue olvidando de él y de su confusión con Cam. Ese chico hacía que todo fuera incierto, que no supiera el que quería. Fue entonces cuando escuchó una conversación que la dejó helada.
-Colega, eres un cabrón. Ella parece agradable.
-No sé, pero me da igual.
-Pobrecilla Blythe... -dijo el desconocido.
-Está buena y no creo que sea muy difícil. Que te apuestas que en dos semanas más ya me la habré tirado -provocó Cam al otro chico.
Se giró y le vio la cara, la expresión de triunfo que tenía en ella. Medio minuto después lo único que tenía en la cara era la mano de Blythe marcada como si de fuego se tratara. Después de eso su fiesta terminó. No se podía creer lo que acababa de pasar. Esa no se la perdonaría y Blythe podía llegar a ser muy rencorosa. Aún no se podía creer que el chico que por fin había hecho que sintiese algo con un beso hubiese fingido amistad solo porque quería tirársela.------------------------------------------------
¡Hola!
Me gustaría que votarais y dejaseis vuestra opinión en los comentarios. Me encantaría que me me dijerais qué os gusta más, que menos, lo que cambiarías, si veis algún error ortográfico, que os gustaría que pasara, suposiciones, críticas... Todo lo que se os ocurra.
Gracias por leerme, me hace muy feliz.
¡Un beso!
ESTÁS LEYENDO
Blythe.
RandomEl destino, así como la vida, es incierto. No sabemos si tenemos que luchar para hacerlo nuestro o si simplemente sucederá porque así debe ser. No sabemos de dónde viene o a dónde va. No sabemos si quemará como cartas de amor olvidadas o florecerá...