Capítulo 15.

30 1 0
                                    

Los días habían pasado perezosamente como esas hojas que caen y no vuelven a subir, así como el tiempo no volvería atrás. Los días habían pasado sin ganas pero rápidamente, de esa manera en la que te sorprendes porque tu estado es neutro y vives por inercia, inercia a seguir y a mirar hacia delante. Inercia que a veces te salva y otras te condena. Inercia que puede ser buena o mala, inercia que puede hacer de todo o puede no hacer nada. Inercia puede dirigirte a ese iceberg sin que te des cuenta que está allí o inercia a no caer y dar un paso más.

A veces la vida era inercia.

Así habían sido los últimos días de Blythe. La chica se arrepentía un poco de no haber aprovechado las horas perdidas pero a la vez daba gracias porque ya habían pasado. Poco a poco se daba cuenta que el otoño cada vez se veía menos cuando salía a la calle y el invierno ya empezaba a pincelar sobre la ciudad. El invierno para ella significaba calma, tranquilidad, paz. El frío lo congelaba todo menos a aquello que se tapaba con manta.

- ... es como lo que te conté, no lo había explicado y lo ha puesto en el examen. No es justo, necesitaba buena nota en ese examen. ¿A ti qué tal te ha ido? - Blythe no se había dado cuenta que su amiga le estaba hablando y se había perdido totalmente así que asintió con la cabeza esperando que esa fuese la respuesta correcta - ¿Sí?

- Sí, claro.

- Te he preguntado cómo te ha ido el examen - informó su amiga, exasperada.

- Lo siento, estaba pensando en mis cosas...

- Lo sé, llevas unos días así y al final molesta, Blythe.

Clary se despidió enfadada y se fue con Tess que en ese momento salía de su clase. Allí estaba ella, en el medio del pasillo y sin recordar hacia dónde se dirigía. Miro la hora y se dio cuenta que ya se había acabado el instituto por ese día. Su móvil empezó a vibrar.

- ¿Sí?

- Oye tú, ¿quieres hacer algo hoy?

- Ah, eres tú, Cam.

- Vaya, qué euforia, siempre causo esa reacción en las chicas cuando las llamo - dijo, irónico - Cualquiera diría que te he hecho algo.

- No, no, no es eso. Estaba distraída nada más... Y sí, me va bien pero tiene que ser pronto. ¿Después de comer te va bien?

- Perfecto, ¿qué quieres hacer?

- Ven a casa, me da pereza salir.

- Blythe, ¿te da pereza salir? Aún no has entrado - puntualizó él. No había llegado en casa todavía y ya decía que no quería salir, a eso se le llamaba ser activa.

- Bueno, que vienes y punto, oye.

- ¡SEÑOR, SÍ SEÑOR!

- Anda, hasta luego - colgó con una sonrisa. Le vendría bien pasar tiempo con él hoy, sabía cómo hacerla reír.

Blythe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora