Capítulo 5.

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-Venga Blythe, no seas aburrida y haz algo con tu vida. ¿No te cansas de estar en tu habitación escuchando música y leyendo?

Ella no lo admitiría pero sí era cierto que hacía días que quería cambiar sus planes, divertirse, salir, dejar de lado todas esas vidas que no eran suyas pero que leía y escuchaba a cada minuto reconociéndose en ellas.

-No lo sé Clary... ¿Qué tienes pensado hacer?

-Chris da una fiesta en su casa porque sus padres no están este fin de semana y ya sabes que tiene aquella casa en las afueras sin vecinos, el ruido no es un problema. Tess y yo hemos quedado a las nueve en mi casa para comer algo y luego arreglarnos, ¿te apuntas?

-¿Hasta qué hora te dejan tus padres estar fuera hoy?

Clary sonrió triunfante.

-Mis padres tampoco están así que... ¡HASTA QUE SALGA EL SOL!

-Sabes que a mí no me dejarán.

-Quédate a dormir en mi casa, no hay problema.

-Entendido, después de comer se lo pregunto a mi madre y te envío un Whats App.

-Perfecto. ¡Adiós!

El trayecto hacia casa ese viernes se le hizo corto. Habían pasado un par de semanas desde que encontró la nota en que le pedían que llamara al número que poco a poco había ido construyendo. No lo había hecho. No sabía la razón, simplemente pensó que no era el momento. Con Bruce la situación era... complicada. Todo había ido de mal en peor después de ver como él se comía con la mirada a Libby. Ese día al salir sin querer Bruce topó con ella en el pasillo haciendo que todas las cosas que Blythe llevaba en las manos cayesen. Ella al ver quien había sido el culpable de ese accidente saltó a la defensiva.

-¿Qué haces, idiota? Ya podrías ver por dónde vas, nos harías un favor a todos.

-¿Pero a ti qué coño te pasa?

-¿A mí? Solo me pasa tener que ver tu cara todas las mañanas, imbécil.

-Que te jodan, Blythe.

¿Por qué se había puesto así solo por aquella tontería? Aún no lo sabía pero intentaba no pensar en ello. Tenía miedo de la respuesta que pudiera encontrar al final de su corazón.

Tardó menos de lo que pensaba en convencer a su madre para sus planes de esa noche aunque también es verdad que no le dijo que los padres de Clary no estarían y no tenían hora para volver.

-Madre mía -dijo Tess con la boca abierta.

Cuando llegaron a casa de Chris la fiesta era mayor de lo que esperaban. Gente por todos lados, música que hacía retumbar los cristales de dos calles más abajo, vasos que parecía que volaban y gritos y risas que se mezclaban dando a entender que se lo estaban pasando en grande. Blythe miró todo el ambiente y decidió que le encantaba. Eso era no tener preocupaciones, ni obligaciones, poder dejarse ir y pensar en las consecuencias otro día. Echaba de menos salir de fiesta y dio gracias a sus amigas por haberla sacado de casa ese viernes. Miró a sus amigas y les dijo:

-¿Lo de siempre?

-¡A por ello!

Cuando ya se hubieron bebido su habitual vodka con limonada empezaron a bailar como nunca antes lo habían hecho. Blythe no sabía cómo pero las copas iban llegando a sus manos y ella las iba vaciando de un trago. A las cuatro de la mañana ya era poco consciente de lo que hacía y fue entonces cuando vio a Bruce y tenía que decirlo: iba más guapo que nunca. O quizás eso fue un efecto del alcohol, no lo sabía. Llevaba unos pitillos negros que le quedaban de infarto con una camiseta blanca con cuello de pico y unas converse también blancas. Su pelo rebelde confesaba que él había intentado peinarlo un poco pero al final se había rendido. Clavó esos ojos grises en ella que notó muy sobrios para la hora que era y ladeo una sonrisa. Se le estaba acercando.

-¿Qué, Blythe? ¿Qué tal te lo pasas restregándote con este mientras hacéis ver que bailáis?

Fue entonces cuando se fijo en el chico que tenía al lado bailando, si se le podía llamar así, con ella. No lo había visto en la vida. Se separó y se encaró con Bruce cuando vio algo de lo que no se había dando cuenta antes.

-No te has afeitado.

Bruce la miró desconcertado y frunciendo el ceño pero se le escapó una carcajada.

-¿Solo se te ocurre decirme eso?

-No te había visto nunca sin afeitar, estás más guapo. Te prefiero así.

Suerte que mañana no se acordaría de eso porque moriría de vergüenza si supiese lo que estaba diciendo.

Él la miró divertido.

-Vaya, queda mal decirlo pero creo que te prefiero borracha. Eres más simpática así.

Blythe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora