Valentina.

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De nuevo me mordía las uñas con nerviosismo mientras terminaba de hacer las maletas para Tom, no habíamos vuelto a nuestros cuerpos y el vuelo para Italia sería en unas cuantas horas, y ahora entendía que el que no volviéramos a nuestros cuerpos se convertía en mi culpa. No habíamos vuelto a hablar sobre el tema después de salir del hospital, pero me había quedado claro que Tom me amaba y mucho por lo que me había demostrado en nuestra pequeña noche de confesiones, y yo lo quería, de aquello no había ni una sola duda, pero no lo amaba, me quedaban solamente cinco días para lograrlo y no me sentía capaz, me habían lastimado tanto que me parecía algo imposible volver a amar a alguien como lo había hecho alguna vez. Alguien tocó el timbre lo cual me hizo abandonar mis pensamientos.

–Ve a abrir tú.

Le dije a Tom, después de todo estábamos en mi casa y sería raro que yo saliera a abrir.

–Acabo de salir del hospital, ¿no podrías ir tú?

– ¡Vamos, vamos mueve ese tradsero!

Se levantó en un gruñido mientras yo seguía doblando la ropa.

Regresó corriendo de pronto, con semejante cara de pánico en el rostro que parecía haber visto un fantasma.

– ¿Qué- quién es?

– ¡Es Luke!

Lo había olvidado por completo. ¡Luke! Estaba esperándome afuera, ¿qué podría decirle para no romperle el corazón?

– ¿Qué le digo?

Preguntó Tom y podía notar que había cierto tono de temor en su voz, escuchamos el timbre de nuevo. Mire a Tom.

–Dile que si quiere hablar de trabajo, estás feliz de recibirlo, pero si es acerca de algo más... personal, bueno entonces dile que ya estoy con alguien.

Me miro un tanto confundido.

– ¿Con alguien?

Me golpeé la frente con la palma de la mano. ¿Es que acaso necesitaba señales de humo para entender?

– ¡Contigo, tonto!

Una gran sonrisa le apareció en el rostro y salió corriendo a abrirle la puerta a Luke.

Cerré con seguro la puerta de la habitación, seguí guardando la ropa en un intento por distraerme de lo que estaba pasando allá afuera.

De pronto me vi a mi misma pensando en Victor y Eleonora. ¿Qué haría cuando los viera? ¿Cómo reaccionaría mi familia al verme llegar con otro chico a casa?

Aun recordaba lo molesta que había estado mi madre cuando supo que me había ido a Londres sin decirle absolutamente nada. Ella siempre había pensado que eso de la música nunca me llevaría a nada bueno, a pesar de que había sido a ella a quien le había heredado el talento de cantar, había sido ella cantando en las fiestas familiares o reuniones sociales, la que me había inspirado a perseguir una carrera como cantante. No podía negarlo más, no importaba cual fuese la situación... extrañaba a mi familia.

Las noches frente al mar en familia, mi madre cantándonos para quedarnos dormidas, la deliciosa lasaña de papá todos los domingos y la exquisitez acompañada con un poco de calidez en el acento italiano de mi familia. Extrañaba Italia.

Pasó el tiempo y comenzaba a sentirme desesperada por salir de la habitación. ¿Qué tanto tiempo le tomaba a Tom rechazarlo? Escuché pasos fuera de la habitación y la puerta se abrió de pronto.

– ¡Tom!

Me quedé completamente inmóvil y sin saber qué hacer, Tom estaba justo detrás de Luke, con el rostro completamente pálido y mirando hacia la nada, parecía estar pensando las cosas demasiado.

Tú cuerpo, mi cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora