Tú cuerpo, mi cuerpo.

Tom.

Toda la familia de Valentina nos miró como si estuviéramos locos, y a decir verdad les daba la razón en lo absoluto, estaba a punto de disculparme cuando Tina me tomo de la mano, mis mejillas se sonrojaron y la mire con una sonrisa.

– ¿Entonces nos vamos?

Pregunta la madre de Valentina y todos asentimos aunque hay un incómodo ambiente entre todos. ¿Y cómo no? El ex de mi ahora novia no dejaba de verme, porque pensaba que yo era ella, además de todo estaba tomado de la mano de su ahora esposa que resultaba ser la hermana de mi novia. Me tome unos cuantos segundos para sacar las cuentas de todo.

Y mientras recorríamos el camino hasta Capri, no podía dejar de ver al ex novio de Tina, sintiendo ciertos celos al darme cuenta de que el maldito no era feo, en realidad bien podría ser un modelo de esos que se vuelven muy famosos por el simple hecho de ser italiano. Pero, no había tanto por lo que ponerme celoso, ahora que había podido ver mi cuerpo desde otra perspectiva me sentía bastante orgulloso.

¿Qué estaría sintiendo Valentina en aquellos momentos? Aquella pregunta no dejaba de darme vueltas en la cabeza pues ella simplemente se miraba los pies, intentando evitar contacto visual con cualquier otra persona, cada quien estaba en sus asuntos pero el padre de Tina no dejaba de vernos.

–Me parece que mi hija no nos ha presentado ¿no es cierto?

Habló el padre de Valentina de pronto, los dos regresamos a vernos con cierto pánico en nuestra mirada.

–Mi nombre es Luigi Nocera, soy el padre de la chica que asegura eres el amor de su vida. ¿Cuál es tu nombre?

¿Luigi? ¿Su papá se llamaba Luigi? Tuve que ahogar una gran carcajada para que Valentina no me golpeara de pronto.

–Soy Tom, Tom Hiddleston.

–Wo, espera un minuto, tú no puedes ser Tom Hiddleston.

Habló la hermana de Tina, Eleonora, ¿qué diablos se suponía que significaba aquello?

– ¿Disculpa?

Pregunté más ofendido de lo que esperaba sonar, todos regresaron a vernos, incluso las otras personas con las que compartíamos el hidroplano.

– ¿Vas a decirme que estás saliendo con Tom Hiddleston el actor de cine, él Tom Hiddleston?

– ¿Cómo que actor de cine?

La madre de Tina lucía muy interesada en nosotros de pronto, se escucharon unos cuantos murmullos de la gente que parecía ser me había reconocido.

– ¡Yo soy Tom Hiddleston!

Gritó Tina, podía reconocer aquél tono de desesperación, pues estaba desesperada de que ni siquiera la creyeran capaz de salir con un actor de Hollywood –no intento presumir-.

– ¿Cómo es que él habla en italiano?

Pregunta Eleonora con cierto recelo en su voz.

– ¿Eso que tiene que ver?

Respondo aún más ofendido de lo que ya estaba hacía un rato.

–No puedes tener tanta suerte.

Eleonora me examina y puedo ver un brillo de rencor en su mirada. ¿Cómo era posible que siendo su hermana fuese capaz de verla de aquella manera?

– ¿Qué les parece si hablamos de esto cuando lleguemos a casa?

Al fin interviene el padre de Valentina, regresa a vernos con una pequeña sonrisa en su rostro.