Capitulo tres.

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- Hola? - pregunto mientras contesto la llamada sin ver quien es, ya que me despiertan de mi sueño.

- Pedro, como lo estas manejando todo? - pregunta la fría y cortante voz de mi padre.

- Como puedo papá! - le digo mientras bostezo.

- En unos dias llegare a casa para que hablemos tengo que presentarte a alguien - dice, ignore lo de presentarme a alguien.

- Si, nos vemos - digo antes de que el pueda decir algo le corte.

Todo esto era tan agotador, no quería estar a cargo de la empresa, no quería ver a mi familia pero siempre hay algo que me saca de esta completa aburrida mierda, vivo de recuerdos aunque duelen eso es lo único que me mantiene. Esos recuerdos eran como drogas por supuesto que nunca las probé pero los recuerdos son adictivos, son esas cosas que te hacen mal y a la vez te hacen bien.

Toque con timidez la puerta de su oficina, escuche un "pase", al entrar siempre se sentía su perfume dulce que es el cual mas me tortura en la actualidad, pase con timidez y cerré la puerta.

- Hola Peter - dijo sin mirarme, tenia miedo de que se allá olvidado de lo que paso el sábado.

- Hola La - dije, ella solo sonrió sin mirarme.

- Que necesitabas? - pregunto aun sin mirarme, me senté en la silla frente a ella.

- Hablar... de lo que paso el sábado - dije con timidez, ella por fin me miro, sus ojos me quemaban tenia tantas ganas de besarle de nuevo.

- Solo fue un beso Peter... es mejor olvidar lo que paso - dijo, sus palabras dolieron se que no debía hacerme luciones por algo así pero fue imposible. 

- Lo se pero no quiero lo olvidar Lali - dije, ella suspiro con pesadez.

- Pero yo no puedo prometerte el cielo Peter! vos tenes que estar con alguien de tu edad - dijo, la mire mal sentía bronca que todas las personas quieren decirme lo que tengo que hacer.

- No te preocupes ya comprendí tu eres como todos aquí! - dije mientras me levante, ella solo me miraba confusa.

- No te entiendo - dijo, tenia bronca.

- Que pensé que eras diferente pero terminas siendo igual que todos! vos no sos nadie para darme ordenes y decir lo que tengo que hacer - dije, ella solo me miro tratando de decir algo.

- Peter... yo - tartamudeo.

- No me digas nada Mariana ya entendí - dije y salí de su oficina.+

Cada vez que recuerdo aquello sonrió, toda mi vida ordenaron, ellos opinaban y arreglaban sin dejarme opinar y eso estaba por cambiar, tal vez allá sido un poco dramático cuando le dije eso pero era lo que sentía y ella decía lo que tenia que hacer.

Recuerdo que paso una semana o dos, hubieron varias veces que fui a la empresa pero no me cruce con Lali y tenia ganas de verla. Para ese entonces mi papá me llamo para ir a la empresa.

Cuando el ascensor se detuvo en el piso camine directo a la oficina de papá pero por alguna razón escuche a alguien puteando me fije que venia de esa "oficina" en realidad era como un cuarto que no tenia puerta en el estaba la impresora y la maquina del café, mire por el y estaba Lali.

Estaba linda, su pelo oscuro esta atado podía ver una camisa blanca, con un pantalón negro y sus típicas plataformas. Pero lo que me causo gracia era que estaba luchando con la maquina de hacer café, se que no quería hablarle pero se veía tan tierna.

Nuestro Secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora