La luz del sol que se filtraba por la ventana despertó a Claire, quien, después de llevar a cabo la difícil tarea de desperezarse, se colocó un sencillo vestido de muselina verde que Lily le había dejado preparado, y se recogió el cabello con una cinta para bajar a desayunar. Le parecía excesivo llamar a su doncella cuando podía hacerlo ella misma.
Su tía estaba tomando una taza de café, sola. Su padre seguramente desayunó temprano para no ser importunado con la presencia de ambas mujeres. Mejor, porque cuando se lo encontraban, el desayuno transcurría en un incómodo silencio. Como ese día ambas se pararon un poco más tarde de lo normal por la desvelada de anoche, no hubo problema.
A Thomas Lethood no le gustaban las veladas, siempre andaba amargado y se la pasaba en la biblioteca.
—Buenos días —saludó Claire mientras se sentaba.
—Buenos días, cariño —contestó su tía mientras untaba mermelada en una tostada.
Uno de los criados le trajo a Claire una taza de café mientras esta se servía un poco de fruta.
—¿Cómo dormiste?
—Bien, tía, gracias ¿y usted?
—Muy bien. Claire ¿Qué forma de comer es esa? —preguntó al darse cuenta de que su sobrina engullía varios bocados de comida a la vez y los masticaba demasiado rápido —. Te vas a atragantar y las damas no comen así.
—Lo siento, tía —se disculpó una vez hubo tragado—, es que voy a ver a Katherine.
—Estoy segura que a la señorita Blane no le molestará esperarte unos minutos mientras terminas tu desayuno. —afirmó suavemente.
—Está bien —dijo y empezó a comer más despacio.
Una vez terminado el desayuno Claire se levantó y se alisó los pliegues del vestido.
—Lily, date prisa si quieres ir a hablar con Anne —gritó cerca de las escaleras para ser oída en el piso de arriba —. Y me traes mi sombrero, por favor.
—¡Claire! Las damas no gritan. —la reprendió su tía.
Estaba claro que su sobrina necesitaba otras clases de etiqueta.
Claire le dirigió una sonrisa.
—Lo siento, tía, sabes que jamás lo haría en público.
Lily bajó en ese momento con el sombrero de su señora, a juego con el vestido. Estaba tan impaciente como Claire por ir a casa de Kate pues la doncella de esta, Anne, y Lily eran muy buenas amigas, y cuando se juntaban hacían lo que mejor sabían hacer: chismear.
Cuando Lily terminó de bajar las escaleras, le entregó el sombrero a Claire: quien se lo puso rápidamente haciendo que unos risos se le escaparan y le enmarcaran la cara. Luego, caminaron, o mejor dicho, trotaron hacia la puerta principal.
—¡Claire¡ —La detuvo Lady Warwick—. Las...
—Sí, ya lo se, tía —interrumpió—: Las damas no corren como caballos desbocados. Hasta pronto, tía. —Se despidió saliendo.
—Tampoco interrumpen cuando alguien más habla —murmuró, después sonrió. Si su sobrina utilizara esa vivacidad con los demás, ya hubiera conseguido marido.
Lady Warwick suspiró. Su mayor deseo era ver a Claire feliz, casada con un hombre que la amara y apreciara como se merecía. Esperaba que algún día pudiera suceder. No había nadie en ese mundo que mereciera la felicidad como Claire, con quién la vida parecía haberse enseñado. Si Dios existía, su querida sobrina sería feliz.
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Arrebatadora inocencia (Casadas A La Fuerza #1)
Historical FictionClaire es una joven tímida debido a los menosprecios qué ha sufrido, siempre soñó casarse por amor pero el destino le tenía preparado otra cosa. Brandon Conde de Blaiford, buscaba una esposa sumisa que no interfiriera en sus aventuras, en Claire ve...