Infierno

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Al cabo de dos semanas, Yessica tuvo que despedirse de sus amigas. Sentía una inmensa melancolía en su interior. Ella no quería irse, se quería quedar. Quería estar con sus amigas, reir con ellas, hacer de las suyas con ellas y sobre todo estar con Alex pero... ya todo era un simple deseo más, un sueño, algo ficticio...

Cuando llegó a Los Angeles, se instalaron en la mansión en la que venía de pequeña y también en las vacaciones junto con José. Al entrar, subió poco a poco las escaleras recordando aquellos tiempos en los que todo era una farsa. Caminó por el ancho pasillo y vio varias fotos de ella y José. Los cogió con mucha rabia y comenzó a tirarlos, romperlos, destruitlos con sus propias manos. Cu6Ndo terminó de romperlos, miró sus manos con dolor...

-¿Porqué...?

Dijo ella con lágrimas en los ojos. No aguantó más y se fue corriendo hacia su habitación. Cerró la puerta de un golpe y comenzó a llorar en su cama. Todo esto, los problemas, discusiones, ... le comía la cabeza.

-Alex... ven por mi... porfavor...

Dijo entre llantos.

Se puede amar tanto a una persona? Con tan poco tiempo, los dos... Es increible...

**********

Pasaron dos semanas y todos hacían lo imposible por que Yessica comiera algo, por que diera un paseo... algo, pero todo era en vano. Ella no quería, se encerraba en su habitación sin hacer nada. Su distracción era... nada...
Cada día miraba la ventana, esperando alguna señal, un milagro, esperando a Alex. Esperaba verlo trepar para entrar por su ventana como lo hacía pero... nada... el no venía...

Seguían pasando las semanas y los padres de Yessica estaban preocupados. Ellos pensaban que se le pasaria la tontería que tenía con aquel chico pero no fue así.

El padre habló varias veces con su mujer pero todas las conversaciones eran las mismas y acababan igual.

-Mi hija... no la quiero ver más así...

Decía el padre que se preocupaba por su pequeña.

-Ya se le pasará. Cuando cumpla la mayoría de edad, se casará con José y se olvidará de otro.

Decía la madre sin darse cuenta de sus palabras...

-Pero cariño... ella esta sufriendo...

-Y que quieres? Si no los casamos, nuestra empresa puede acabar en las ruinas o seguir igual. Necessitamos expandirla y tu lo sabes.

-Lo sé...

El padre amaba a su hija, quería que ella fuera feliz pero... su mujer lo controlaba y no podía hacer nada.

Un día, vinieron unos amigos de los padres de Yessica a visitarlos y cenaron solo los cuatro. Yessica, como siempre, se quedó en su habitación con su ñaña.

Sus padres hablaban animadamente hasta que salió el tema de su hija. Ellos pregubtarin como estaba y sus padres, se lo contaron todo.
Al terminar de escuchar todo, ellos estaban impresionados. Acabaron poniendose por parte de sus amigos y les recomendaron que la llevaran al hospital.

A los tres días, entraron en la habitación de Yessica, diciendole que la llevarían al holpital pero Yessica se oponía. Llamaron a dos guardias y a la fuerza la quisieron llevar pero Yessica se descontroló y comenzó a gritar llena de furia.

-¡DEJENME EN PAZ. YA ME HABEIS ARRUINADO LA VIDA, AHORA QUE QUEREIS?!

Al escuchar eso, sus padres de sentían horribles por ella y en especial Rosario, quien velaba por ella cada noche.

-Hija, esta bien, no te llevaremos al hospital pero... queremos que un medico venga...

Yessica asintió y sus padres llamaron a un doctor. Cuando el doctor llegó, llamó a la puerta y nadie abría, Yessica no quería abrir. Su ñaña le suplicó y le explicó a través d la puerta que era por si bien y Yessica acabó aceptando.

Cuando acabó las visita, el doctor habló muy seriamente con los padres de Yessica.

"-No tiene ningún sintoma en su interior. Creo que tiene que ir a algún psicólogo. Aquí les dejo esta tarjeta donde esta la dirección y su número telefónico."

Al cabo de cuatro días, Rosario decidió ir a buscar a Yessica pero nadie abría. Rápidamente, fue escaleras abajo para buscar la llave de la habitación de Yessica y cuando abrió la puerta, vió a Yessica tirada en el suelo. Ella se asustó al ver semejante escena e inmediatamente llamó a sus padres.

A Yessica la ingresaron en un hospital y a los días despertó. Cuando despertó, Yessica no era consciente de lo que hacía y al abrir sus ojos, se sentía rara, sentía miedo y lo peor, sentía que estaba sola...

Miles de recuerdos llegaron a su mente como una flecha que atravesaba su corazón, Alex... era lo único en lo que pensaba.

Al volver a casa, no pronunció ningún comentario, no se enloqueció, no emitió sonido alguno, ni una sola lágrima.

Los padres de Yessica, fueron a la consulta del doctor qur había atendido a Yessica y doctor les contó todo lo que tendrían que saber.

"-Lo más importante que deben de saber es que, la señorita Yessica, sufre de depresión."

Dijo aquel hombre con bastante firmeza, aunque por dentro sentia pena por la muchacha.

"-No creo que sea tan grave... supongo que si la animamos a salir, a que se distriga, se le pasará."

Dijo el padre mientras la madre asentía con la cabeza

"-No crean que es tan fácil de curar. En su caso, la depresión esta muy elevada. Esa chica sufre... necessita más que distracción. Ella me dijo que necesitaba a un tal Alex y creo que si ustedes..."

Al pronunciar el nombre maldito, la madre de Yessica se levantó rápidamente de su asiento y calló al doctor.

"-Usted que sugiere a parte de ese chico."

Dijo casi afirmando la madre.

"-Psicología. Tienen que llevarla a un buen psicólogo para que empiece sus terapias desde ya mismo, parece un poco... grave."

Llevarla a un psicólogo... Yessica podrá soportarlo? Y Alex? Que fue de el?

Cuando los padres Yessica se lo comentaron a Rosario, ella se quedó de piedra. Llevar a su pequeña a un psicólogo? Su corazón se rompió en mil pedasos al escuchar eso.

¿Porqué?...

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