Nos volvimos tan íntimos, yo iba todo el tiempo a su casa y él a la mía. Hacíamos trabajos juntos y todo. Jugábamos, hablábamos, nos confiábamos secretos. Lo estaba empezando a querer. Qué fácil querer...
Mí mamá lo adoraba, era mi primer y único amigo. Cómo no querelo...
La madre de él era muy especial conmigo.
La mirada de ella siempre estaba pérdida en el mundo de sus amores perdidos, su hijo mayor y su esposo.
Yo apreciaba demasiado a esa mujer, comenzando porque nunca me preguntaba cosas personales. Sólo lo general y necesario.
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La soga
RandomNo se puede evitar algo que nunca se quiso pero se actuó para que sucediese.