La soga

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Recordando eso, hasta lindo me parece.

Era viernes, debía ir a la escuela. Me aliste, perfume mi ropa con mi colonia de siempre, café canela. Bajé a desayunar. Observe todo, hasta lo más simple que habitara nuestro pequeño y humilde hogar. Me senté satisfecha en la mesa al ver que todo estaba en su sitio como debía de ser.

Estaba saliendo de mi casa, miré hacía el cielo cerciorandome de que estuviese despejado. No lo estaba del todo, sin embargo, siempre me ha gustado el clima fresco y a veces lluvioso, porque puedo sentir la melancolía de los dioses.

No lo tomen literal, siempre invento cosas con las que me sienta conforme para no sentirme tan vacía, aunque no creo ser la única, todos lo hacemos, o ¿no?