20

122 3 2
                                    

Desde la ventana, con los ojos llenos de recuerdos, sollozando, perdiendo la calma que necesitaba, la vi, la vi irse y esta vez... Para siempre.

Lloré sintiéndome más muerta que viva y era ambiguo, puesto que entre más mal emocionalmente estuviera, más viva estaría.

Creo que nunca estamos lo suficientemente preparados para la partida de un ser que amamos con intensidad, lo único en lo que creo es en la resignación y ni esa evita que se derrame el dolor por nuestros lagrimales.

La sogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora