La pista estaba a tope, la gente movía sus cuerpos en una sincronía que según mis sentidos solo se puede lograr dentro de una cancha de fútbol, Andrés bailaba junto a su esposa y detrás mío Héctor besaba a su mujer, de reojo observé como Diego se ligaba a una chica que tenía pinta de colombiana o algo del Sur, en la otra mesa estaba Vela con dos chicas rubias a sus costados dejándose consentir y Javier observaba la multitud a mi lado con un vaso de vodka y jugo de arándano en la mano derecha, en la que alcancé a observar una pulsera que tenía grabado Lucía en una pequeña placa.
-¿Estás bien? -preguntó Javi.
-Si -respondí seguro, y luego susurré. -eso creo.
-Vamos, hermano, se supone que debemos relajarnos y disfrutar de la victoria -tomó de su vaso y sonrió amargamente. -no creo que el Tuca nos deje salir después del partido contra Argentina, debemos concentrarnos para Estados Unidos.
-¿Que te pasa a ti? -pregunté al observar su expresión de molestia.
-Problemas con mi hermana, ella quería que me quedara en Inglaterra ahora que Leticia se mudará allá -suspiró. -no entiende que lo mío con ella ya fue, ahora estoy con Lucía y la amo.
-Hacen una linda pareja, tu y Lucía, me refiero -él me sonrió y soltó una carcajada.
-Gracias, bro -Observé mi paloma antes de darle otro trago, ¿en qué momento dejé de ser feliz? ¿en qué momento dejé de disfrutar lo que hago para darle paso a la monotonía? ¿qué me hace falta?
-Aquella chica no para de mirarte -me susurró Javier discretamente volteándose de espaldas al barandal que separaba la zona VIP de la común.
-¿Cómo es? -
-Castaña, blanca, delgada y vestido dorado -tenía el vaso frente a los labios para que nadie pudiera adivinar lo que decía. -ve por ella, te ves algo triste hoy, Jimenez.
-No creo que una chica lo arregle -suspiré.
-Pero al menos lo olvidarías un rato, quien quite y esa chica sea para ti como Lucía para mi -se encogió de hombros. -un salvavidas justo antes de ahogarte.Sus últimas palabras causaron un nudo en mi garganta, ¿me estaba ahogando?
Inconscientemente caminé hasta la chica y cuando estuve a unos pasos me detuve, no podía hacerlo, no así. Di media vuelta para salir de ahí y lo siguiente que escuché fue el sonido de un cristal estrellándose en el suelo. Volteé detrás y estaba ella delante un tipo pelinegro la forcejeaba, me quedé como estúpido hasta que unas lagrimas gruesas comenzaron a bajar por sus mejillas.-Déjala, ímbecil -me coloqué delante de la chica.
-Quítate del medio, niño bonito, esto es asunto entre mi chica y yo -escupió esas palabras torpemente, esta muy ebrio.
-No tenemos nada, Jude, déjame ir -pidió la castaña.
-Te ha pedido que la dejes -hablé con el tono más duro que encontré en mi voz.El hombre soltó la mano de la chica al parecer, al igual que yo, lo menos que quería eran problemas así que se fue; volteé a ver a la chica y ella estaba en el sillón, sentada, con las manos cubriendo su rostro y los codos sobre sus rodillas.
-¿Te lastimó? -pregunté sentándome junto a ella.
-No, pero muchas gracias -susurró.
-Vamos, no te pongas así -si había algo que odiaba era ver a las mujeres llorar, me llenaba de impotencia y me ponía muy nervioso, nunca sabía que hacer cuando una mujer lloraba. -ya se fue, estás a salvo.
-Tendría que morir para eso -respondió tan bajo que a penas y escuché.
-¿Disculpa? -
-Olvídalo -tomó una servilleta y limpió sus lagrimas. Extendió su mano. -soy Leah, mucho gusto.
-Me llamo Raúl -sonreí y ella colocó un mechón de su cabello tras su oreja. -el gusto es mío.Comenzamos a hablar de todo y de nada a la vez, era ese tipo de mujeres hermosas e inteligentes que te dan ganas de no dejarlas ir jamás, pero al mismo tiempo su personalidad daba a entender que no le pertenecería a nadie que no fuera ella misma.
-¿Vives aquí? -preguntó Leah sonriendo.
-No, vivo en Portugal -se me hizo gracioso como sus ojos se abrieron por la sorpresa.
-Claro, ya... Eres Raúl Jiménez -rodó los ojos con una sonrisa en sus labios. -ya sabía yo que te me hacías conocido.
-¿Tu si eres de aquí? -negó.
-Nací en Gales, a mis padres los transfirieron a Estados Unidos cuando tenía siete -se encogió de hombros. -llevo mas de media vida aquí.
-¿Hablas galés? -ella asintió. -dime algo en galés.
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El amor en tiempo de fútbol. |One Shots.
FanfictionEs fútbol en la actualidad es como una gran nación conformada por más países que la ONU, el fútbol une a las personas o las separa en los diferentes grupos o comúnmente llamados equipos. Pero, ¿nadie se pregunta que sucede en las vidas de los prota...