She will be loved. | Loris Karius

3K 81 1
                                    

Nunca había visto un hombre más deslumbrante, el sol de las playas en Mykonos le caía de maravilla, su cabello rubio parecía un mismísimo reflejo del oro y su cuerpo lucía como un adonis griego pero esos tatuajes lo hacían ver ardiente.
Al parecer yo no era la única que lo había notado porque la mayoría de las mujeres estaban observándolo; él, ajeno a todo, jugaba con un pequeño rubio a la orilla de la playa.

-¿Qué ves? -me preguntó mi hermano.
-Un Dios -respondí atontada.
-Ugh, todas las mujeres de la playa están babeando por ese tipo, habemos más -se quejó y se quitó su camiseta para dejar a la vista sus tatuajes.
-¿Sabes que el día que mamá descubra eso vas a morir, cierto? -él se encogió de hombros restándole importancia y se echó a dormir en un camastro.

Yo encendí mi teléfono, me retiré mi short y mi blusa, para quedar con un bikini azul marino. Coloqué mis auriculares y cerré mis ojos.

¡Mierda! Me levanté rápidamente cuando sentí algo golpear mi abdomen.

-Lo siento, lo siento -llegó Adonis disculpándose a recoger su balón.
-Auch, -dije sentándome en el camastro, me faltaba el aire, este tipo me había sofocado. -no te preocupes, estoy bien.
-En serio, ¿necesitas algo? -su marcado acento alemán me robaba aún más el aire.
-No, gracias, solo fue un pequeño golpe -él elevó una ceja y señaló mi abdomen, tenía una marca del balón en el centro.
-Guau, eso no me lo esperaba -sonreí y toqué la parte donde la pelota había dejado marcado las costuras.
-Conseguiré un poco de hielo, espera -

El Dios griego corrió hacía el bar que estaba cerca, le dijo dos palabras al bar tender y regresó con una franela con hielos.

-Entonces, ¿vienes sola? -me preguntó mientras lentamente me ponía el hielo en el abdomen.
-No, vengo con mi hermano pero me acabo de dar cuenta que me abandonó -busqué a mi hermano con la mirada, pero ni siquiera estaban sus cosas. -tú, ¿vienes solo?
-Digamos que no estoy aquí por gusto -yo solté una carcajada.
-Que sacrificio debe ser -reí.
-Bueno tampoco, mi hermana y su esposo están pasando por un proceso de divorcio bastante cruel, -me explicó y yo me callé al instante. -me pidió que sacara al niño del país para que no viviera ese infierno.
-Perdón, no tenía idea -me sentía una idiota.
-No te preocupes, Patrick es muy feliz conmigo -él se encogió de hombros y yo sonreí enternecida. -soy un maleducado, lo siento, me llamo Loris, Loris Karius.
-Oh es cierto, perdón soy Elsa, Elsa Swendway -tomé la mano que me ofreció y él sonrió.
-Déjame adivinar, ¿Suiza? ¿Suecia? ¿Noruega? ¿Polonia? -negué. -¿Inglaterra? ¿Canadá? ¿Me estoy acercando?
-No -reí con ganas y él colocó una mano en su barbilla.
-Me voy con los fáciles, ¿Francia? ¿España? -volví a negar. -¿Rusia? ¿Austria?
-No, ¿te rindes? -
-No, lindura, no soy alguien que se rinde fácilmente -mis mejillas se colorearon escarlata cuando me llamó lindura. -¿Escocia? ¿Hungría?
-Tenemos un ganador -reí y él levantó los brazos agradeciendo al público invisible. -soy de Hungría.
-¿Que te trae por Mykonos? -me preguntó y de repente mi boca se secó.
-Hace un tiempo me enfermé, y mi hermano pensó que unas vacaciones sería la cura perfecta -
-¿Que tuviste? -
-Depresión -lo escuché respirar fuerte y tomó los brazos, buscando cicatrices. -no, pastillas.
-¿Puedo saber las razones? -me preguntó sin soltar mis manos.
-No creía que fuera importante para nadie -hice una media sonrisa y él hizo algo sorprendente, me estrechó entre sus brazos.
-Todos somos importantes, -susurraba sobre mi cabello. -no te conocí antes pero para alguien eres o serás el mundo.

Las palabras estaban atoradas en mi garganta, ¿cómo él, que no me conoce, me dice eso?

-Gracias, Loris -él asintió levemente y se separó.
-¿Quieres ir a cenar? Patrick y yo estábamos en eso antes del accidente -se puso de pie y retiró el hielo de mi abdomen.
-Claro, solo avisaré a Nate -tomé mi teléfono y vi que tenía un mensaje de él, diciendo que iría con unas chicas a cenar, yo respondí que estaba bien que yo también cenaría con alguien. -listo.
-Vamos -tomó mi mano y me ayudó a levantarme.

El amor en tiempo de fútbol. |One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora