end of the day...
-Ya quedó -susurró Jenny.
Observé su obra de arte con detenimiento, lo había hecho, de verdad lo había hecho; ya no habría vuelta atrás y, tal vez, mis papás pondrían el grito en el cielo pero por fin había hecho algo que yo quería hacer. Un tatuaje.
-Esta precioso, Jenny -la abracé con mi mano que no estaba dolorida. -eres la mejor.
-Muchas gracias, querida, ha sido un placer -Comenzó a explicarme los cuidados que debía tener los primeros días, como no descubrirlo de la gasa y aplicarme vaselina, cosas así. Estaba recogiendo mis cosas cuando entraron dos hombres, los dos eran morenos, mi vista se fijó en el más alto, tenía barba y unos elaborados tatuajes decoraban sus brazos; el otro en cambio era más joven y podía verlo en sus facciones, tenía ojos claros y algunos tatuajes decoraban su brazo derecho.
-Thiago, Arturo los estaba esperando -se levantó Jenny al verlos.
-Lo siento, aquí la señorita tardó una eternidad en estar listo -se quejó el más joven.
-Arturo, ya te lo he dicho, deja la metrosexualidad -lo regaño la mujer con las manos en las caderas.
-No fue tan mi culpa, además hay un inútil que no supo estacionar un BMW negro que hizo que aquí el enano no supiera estacionarse -se quejó codeando a ¿Thiago?
-Si bueno, ese inútil soy yo -dije entrando en la plática. -muchas gracias por el tatuaje, Jenny, y con permiso, chicos, siento las molestias.Salí del establecimiento y entré en mi auto, me sentía una inútil tal y como lo había dicho el hombre pero mi excusa era buena, había tenido un día de perros; primero, me pelee con mi madre a la hora del desayuno, segundo, llegué tarde al estudio y me perdí de ser la primera asistente en la sesión de hoy, tercero, un idiota había tirado su jugo de zanahoria sobre mi blusa blanca y tuve que correr a cambiarme a mi casa, cuarto, llegue tarde a la cita con Jenny y por eso no me estacioné correctamente.
Encendí el auto y vi al joven salir del local, me hizo una seña de que bajara mi vidrio, lo hice y se acercó a mi ventana.
-Oye, siento mucho lo que pasó adentro -se disculpó por su amigo.
-No te preocupes, no he tenido un buen día y da lo mismo -le resté importancia.
-Espera, te conozco de algún lugar -baje la vista a sus manos, estaban apoyadas en el marco de mi ventana.
-Si, tu tiraste tu jugó en mi blusa esta mañana -lo acusé.
-Wow, bueno esto es incomodo, de verdad lo siento -se disculpó y pasó su mano por su cabello. -déjame compensarte, acepta una salida a un café o lo que quieras.
-Café suena bien, mañana -asintió. -once, fuera de Allianz Arena.
-¿Qué haces ahí? -preguntó él, sorprendido.
-Trabajando en una campaña para el Bayern -encogí mis hombros.
-Me queda perfecto, ahí te veo -sonrió y se alejó para que saliera.Salí del estudio justamente cinco antes de las once, me encogí dentro de mi chamarra, el día había estado helado, además que amaneció con nieve. Caminé hasta el bendito café y ahí estaba ¿Thiago?
-Hola, llegas temprano -me saludó.
-Habla el que ya estaba aquí -sonreí y besé su mejilla.
-Mamá nos enseñó a llegar mínimo diez antes a una cita -guiñó el ojo y apartó la silla para mí.La mesera se acercó a nosotros y se llevó nuestra orden.
-Soy Thiago, cuando te fuiste supe que era un maleducado por no presentarme -extendió su mano y yo la estreche.
-Sabrina -sonreí.
-Tienes lindo nombre -
-Muchas gracias, ¿eres alemán? -pregunté.
-Para nada, soy español y brasileño pero alemán no -rió un poco.
-¿Por qué tienes dos nacionalidades? -pregunté intrigada.
-Nací en Brasil, pero me naturalizaron español -sonrió y la mesera llego con las órdenes.
-Capuchino de canela y red velvet para el señor Alcántara y latte de vainilla y cheese cake para su acompañante -le dio una sonrisa demasiado ancha a Thiago y se fue.
-¿Señor Alcántara? -pregunté elevando una ceja.
-¿De verdad no me conoces? -soltó una carcajada.
-No -se estaba burlando de mí.
-Soy Thiago Alcántara, -al parecer vio mi rostro de confusión. -futbolista del Bayern Múnich.
-Esta bien, -saque un billete de mi cartera, lo deje en la mesa y me levante.
-¿Qué haces? -preguntó sorprendido.
-Me voy, esto es una maldita broma de mal gusto -tomé mi abrigo del sillón y me lo puse.
-No te vayas, de verdad -me detuvo por un brazo. -si soy futbolista pero no es ninguna broma.
ESTÁS LEYENDO
El amor en tiempo de fútbol. |One Shots.
FanfictionEs fútbol en la actualidad es como una gran nación conformada por más países que la ONU, el fútbol une a las personas o las separa en los diferentes grupos o comúnmente llamados equipos. Pero, ¿nadie se pregunta que sucede en las vidas de los prota...