1. Secretos

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El noticiero de la radio anunciaba otra víctima más, había un terrible asesino rondando en las calles, le llamaban "La Sanguijuela" porque sus víctimas aparecían sin una gota de sangre, para mí era más un vampiro que una sanguijuela, pero si la policía había elegido aquel nombre debía de ser por algo. Cambié la estación de radio, no quería pensar en las noticias aquella noche, y coloqué la Scream Radio, una buena estación de música entre la alternativa y el metal, era el momento de La Hora de Nate, el programa radial de un chico punk que hablaba de todo un poco, dejé la estación y escuché a Nate, mientras seguía conduciendo a la universidad.
-¿Qué opinan de todo esto de La Sanguijuela?- preguntó Nate a su radioescuchas-. Yo creo que es genial, un asesino a sangre fría que deja los cuerpos sin un solo rasguño y sin una sola gota de sangre. No se ustedes pero... ¡Tal vez es un vampiro!- Nate rió y yo con él-. Saben que tengo razón, y mientras se dan cuenta de ello los dejo con Bloodstream, la nueva banda de la ciudad, y su más reciente éxito: Shadows. Disfruten.
Una canción de rock comenzó a sonar, al principio era lenta, pero luego fue aumentando de ritmo, la banda no era mala, y la canción tampoco, hablaba sobre una chica solitaria oculta en la oscuridad, muy parecida a mi vida.
Cuando terminó la canción llegué a la entrada del estacionamiento, mostré mi carnet de estudiante al guardia y me dejó pasar; lo bueno de ver clases en la noche es que no hay muchas personas y el estacionamiento tiene mejores lugares, quedé justo en frente del edificio, tomé mi mochila, mis llaves, apagué el auto y bajé cerrandolo.
-Linda camiseta- dijo Takashi apareciendo detrás de mí. De verdad que era escurridizo ese chico.
-Gracias Tash, ¿y tu hermana?- pregunté volteando a verlo.
-¿Nuevo look?- preguntó su hermana sentada sobre el capó de mi auto.
-Así es, me gusta más este color- respondí respecto a mi cabello, había cambiado mi tinte de rojo terciopelo a rojo sangre.
-Parece sangre- comentó Takashi mientras su hermana llegaba junto a él.
-Exacto- respondí sin importancia.
Los tres caminamos hacia nuestra clase de ética, los observé mientras se susurraban cosas al oído, ¡Eran idénticos! Excepto porque Sakura era una chica y Takashi un chico, pero del resto eran iguales, sus gestos, su rostro, sus habilidades medio ninja, por algo eran hermanos gemelos.

En la clase de ética normalmente hablábamos de cosas triviales o sucesos recientes, esa noche el tema principal era el asunto de "La Sanguijuela", habían demasiadas teorías sobre ello, muchos pensaban que usaba algún tipo de aguja para extraer la sangre de sus víctimas, otros que había creado algún tipo de veneno que secaba el cuerpo de sangre, y los gemelos y yo estuvimos bromeando con todo el asunto del vampiro. Fue una clase divertida, aunque me estaba hartando de oír a cada rato de "La Sanguijuela", por suerte en mis siguientes clases el tema no se hizo presente.

-¡June!- me gritó alguien cuando salía de mi clase de historia de la literatura.
Volteé sólo para encontrarme con el atractivo Dylan Peyton, era mi más reciente crush, cabello rubio y ojos verdes, a casi todas las chicas de la clase les gustaba, y ahora me estaba hablando a mi.
-¿Qué ocurre?- pregunté intentando no sonar nerviosa.
Los gemelos resoplaron y se alejaron con molestia, a ellos no les agradaba Dylan, me habían advertido tener cuidado con él, pero no podía resistirme. Era tan guapo que parecía irreal.
-¿Quieres salir a algún lado?- preguntó con una sonrisa coqueta.
-Claro, podemos ir en mi auto a un café no muy lejos- respondí con naturalidad. Por dentro moría de emoción.
-De acuerdo- aceptó.
Me despedí de los gemelos quienes me advirtieron de nuevo, y luego me fui al café con Dylan, donde pedí uno descafeinado y él no pidió nada porque no le gustaba el café, algo raro pero no le quitaba lo lindo, charlamos de la universidad más que todo, pero pasamos un buen tiempo en ello, al final intercambiamos números y me pidió dejarlo cerca de su casa, cosa que accedí. Seguí sus indicaciones pero el lugar cada vez se volvía más solitario y tenebroso, él se encontraba muy tranquilo así que le quité importancia.
-Puedes dejarme por acá, ya es hora de que vuelvas a casa- comentó cuando llegamos a una calle donde solo la luz de un faro alumbraba el lugar.
No tenía idea de que lugares así existieran en San Francisco.
-De acuerdo, nos vemos mañana- sonreí deteniendo el auto, él se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta para bajar.
-Muchas gracias- dijo y se acercó a mí.
Me besó, sin tapujos ni timidez, fue un beso intenso, para mí era muy apresurado pero algo me decía que debía seguir, así que seguí su beso, era como si tuviera algún poder de seducción, pero se sentía muy bien, aunque mientras más continuaba el beso más débil me sentía, tal vez por la falta de aire, intenté alejarme pero no me dejó, siguió besando con más intensidad y se dio el derecho de comenzar a explorar mi cuerpo con sus manos. Intenté apartarme para golpearlo pero no tenía fuerza alguna, sentía ganas de dormir, mis ojos se cerraban lentamente...
De repente se apartó y me sentí algo mejor; poco a poco fui recuperando mis fuerzas y cuando lo hice, él ya no estaba en el auto. ¿A dónde se había ido?.
Bajé del auto con rapidez, no había nadie cerca, ¿qué estaba pasando? Estaba confundida, ¿a dónde se había ido?, fue entonces cuando su cuerpo cayó sobre mi auto.
Grité horrorizada.
¿Cómo diablos había pasado eso? De la nada había caído sobre mi auto y estaba muerto, o eso pensé hasta que se levantó con unos ojos dorados llenos de furia, ya no era Dylan, él que estaba de pie sobre mi auto, era una criatura con dientes filosos y piel azul oscuro. Retrocedi asustada.
¿Era una pesadilla?
Dylan se bajó de mi auto en un salto, intentando acercarse a mi, pero dos sombras saltaron desde atrás del auto y lo tomaron de los brazos.
-¡Aléjate de ella!- gritaron las voces al unísono.
Conocía esas voces, pero no, era imposible que fueran ellos.
Dylan se retorció lentamente mientras las dos sombras lo sostenían adhiriendo sus manos con fuerza al pecho de Dylan, quien parecía sufrir de gran dolor y luego desapareció dejando un rastro de cenizas.
Cerré los ojos a causa de la cenizas, y dos manos me levantaron del suelo.
-¿Estás bien?- preguntó Sakura cuando las cenizas se disiparon.
O parecía Sakura, pero sus ojos eran negros y tenía largos colmillos, al igual que Takashi a su lado. No entendía nada de lo que pasaba, todo daba vueltas.
-¿Qué ocurre?- pregunté hiperventilando.
-Estás a salvo- respondió Sakura mirando a su hermano con preocupación.
-Nos ha descubierto- le dijo Takashi y ambos me miraron con una expresión de tristeza.

Al Rojo Vivo © [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora