Max Meyer: Esperanza (2da parte)

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A pesar de que él ya no era tema relevante para los periodistas, Max prefería salir con lentes oscuros y una gorra puesta para que las personas no lo reconocieran y no recibir más lástima de la que ya tenía. Aunque ya no fuera un futbolista profesional, algo por lo que no había perdido el gusto era por el ejercicio, al menos eso mantenía algo ocupada su mente por un rato.

Había salido de su casa aproximadamente una hora atrás y llevaba más o menos 30 minutos entre corriendo y trotando en una plaza cercana a su hogar. El sudor ya corría por su frente y el cuello de la camiseta deportiva estaba empapado al igual que su espalda baja. Se detuvo unos instantes y subió su pie a una banca para atar con firmeza las agujetas de sus tennis. Acomodó sus audífonos y dio unos cuantos sorbos a la botella de agua que cargaba junto con él.

Retomó la acera del parque y trotó durante una media hora más. Cuando finalmente completó una hora de su rutina, se sentó en la orilla de una jardinera del mismo lugar. Pausó la música de su teléfono y guardó sus audífonos. Quitó su gorra con una mano y con el dorso de la otra limpió su sudada frente.

Se sentía cansado, y no era para menos después de realizar una acción como correr. Y no solamente era eso, su cansancio también era emocional. Su vida era una montaña rusa que se divertía con su autoestima. Un día podía bloquear sus pensamientos sobre Alena, mientras que otro, terminaba derrumbado por dentro y llorando a un fantasma que aún no podía dejar ir.

Cada día se convencía más que si quería continuar con su vida de hacía unos años, debía soltar el recuerdo de Alena de una u otra forma, y lo haría en contra de su voluntad. Aunque la siguiera amando, debía reconocer que solamente estaba lastimándose y si seguía aferrado a algo que ya había terminado, acabaría por destruirse a él mismo. Leon, su mejor amigo, le había aconsejado buscarla y hablar con ella; y que tomara eso como una despedida. Sin embargo, aunque no estaba muy seguro de que eso funcionara, al menos le serviría para reafirmar sí Alena aún era la misma por la que deliraba o era alguien completamente diferente.

Lo había pensado demasiado y sabía que si preparaba el momento y las palabras exactas para encontrarse con ella, nada resultaría; por lo que con todo el valor posible que logró juntar, se levantó firmemente de su asiento y comenzó a caminar en dirección a la parada de autobuses cercana al parque. Esperó un par de instantes y el transporte público apareció.

Las luces en la ciudad de Gelsenkirchen comenzaban a encenderse. Max revisó la hora en su teléfono y rodó los ojos al darse cuenta que casi eran las 7 PM y el autobús iba a vuelta de rueda. Conociendo al señor Fux, no lo dejaría ni pronunciar una palabra si tocaba la puerta de su hogar a esas horas y lo mataría. Pero algo en su interior se apagó de repente. ¿Y si Alena ya no vivía en la misma casa? ¿Qué iba a pasar si no la encontraba? Se cruzó de brazos y con un nudo en la garganta de la desesperación, dirigió su mirada a la ventana esperando llegar pronto a su destino.

Max bajó del autobús unas cuantas cuadras más adelante. Caminó un poco par de metros y entró a la calle en donde antiguamente visitaba a su ex novia. Intentó pasar el nudo que tenía en la garganta con la poca agua que quedaba en su botella pero no consiguió hacerlo. Estaba parado afuera de la casa de Alena después de dos años. Y en todo ese tiempo, era la primera vez que estaba en esa misma posición, y aunque anteriormente había tomado la decisión de buscarla, nunca lo había logrado sin derramar lágrimas antes de salir de su hogar.

Indeciso de si lo que estaba haciendo era lo correcto, tocó el timbre de la casa de los Fux y esperó a que alguien saliera del interior. Impaciente, volvió a tocar el timbre y de la puerta, y esta, se abrió de un momento a otro, mostrando a un hombre alto con el ceño fruncido. Max se sorprendió y dio un paso para atrás al ver al padre de Alena y, tal y como él se había imaginado, le cerró la puerta en la cara antes de dar alguna explicación.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2015 ⏰

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Entre canchas y amores - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora