Capítulo 1: Asesinatos

7.1K 366 30
                                    

Era una noche solitaria y Minato se encontraba en la torre de su clan terminando el papeleo que se le había encomendado. Todos los de su generación estaban fuera de misión pero él por ser del clan Namikaze le habían mandado la tarea de ordenar y archivar papeles como si no fuera útil en la batalla. Decían de él que era el genio de los Namikaze, el prodigio que nace uno por generación pero seguía sin entender cómo era posible que no le dieran la oportunidad de demostrar lo que valía, él sólo quería realizar misiones, había entrenado duro como el que más pero seguía encerrado en la villa donde poco a poco se asfixiaba.

El rubio sentado en la mesa de su oficina miraba por la ventana el cielo estrellado y pensaba en su clan. ¿Cuántos habían fallecido en estos últimos años? Muchos, cada semana uno o dos entierros nuevos, parecía que todos los ninja al otro lado del muro de la villa se habían puesto de acuerdo para aniquilar al clan Namikaze, ahora tenían prohibida la salida, al menos los jóvenes y Minato no era una excepción por muy genio que fuera. Desde hacía seis años no había vuelto a salir de su clan.

Volvió de nuevo a la faena cuando las nubes cubrieron la luna y terminó de archivar los documentos cuando entraron un par de ninjas de su clan, ambos ya mayores, pertenecientes al consejo.

- Ve a descansar, Minato, ya terminamos nosotros.

- Da igual, no tengo nada mejor que hacer.

- Tu padre estará preocupado por ti, ya es muy tarde.

- ¿Venís de alguna misión? – pregunté.

- Sí.

- ¿Ha... habido bajas?

- Por suerte no, esta noche no ha estado del todo mal.

- ¿Cuántos heridos?

- Dos de nuestro clan pero por suerte llegaron refuerzos.

- ¿Refuerzos?

- Los... Uchiha – me dijeron.

- Oh... esos engreídos.

- No hables así, Minato, eres joven y deberías aprender a conocer tu sitio, ellos son buenos en el campo de batalla.

- Y nosotros también lo somos.

- Nuestra etapa ya ha pasado, Minato.

- Podemos resurgir de nuestras cenizas.

- Eres un idealista – dijo sonriendo – me recuerdas a tu abuelo pero acéptalo, Minato, han llegado nuevos clanes y al otro lado de los muros nos aniquilan. Los Uchiha son ahora la nueva élite de Konoha y es mejor que intentes llevarte bien con ellos. Nos han salvado en más de una ocasión en el campo de batalla.

- A mí no, será porque no me dejáis salir, ni siquiera me dejáis ir a la ciudad, me tenéis prisionero dentro del clan. ¿Por qué no puedo interactuar con otros clanes?

- Son órdenes de tu padre, Minato y debes respetarlas.

- Necesito hacer misiones, aquí me estoy oxidando – les dije – no he entrenado tan duro para permanecer aquí sentado viendo cómo asesinan a los nuestros ahí fuera, quiero ayudar a devolver el buen nombre al clan.

- Ya es suficiente – escuchó Minato a su padre de fondo – vuelve a casa de inmediato. Yo tengo una reunión importante que atender.

El resto de miembros del consejo empezaron a entrar en el edificio en busca de la sala de reunión mientras el padre de Minato se unía a ellos para debatir los futuros problemas. Minato decidió irse a su casa y es que ya no tenía nada que hacer allí. Todos decían de él que era el genio, pero se sentía tan inútil sin poder hacer nada por ayudar.

¡Ten hijos para esto! (Naruto; Madara-Minato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora