Las Vegas (2) La ida

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El sol comenzó a entrar por la ventana dando a entender que por fin había dormido durante toda una noche completa sin despertarme por el dolor de pierna.

Joe tenía su brazo por encima mio y notaba su respiración en mi nuca. Me giré intentando no despertarle, y allí estaba, dormido, con la boca entra abierta, despeinado y muy tranquilo, cosa que hizo que pensara en el momento de la operación, cuando se estaba recuperando de la anestesia. Acaricié su mejilla y me acurruqué en su pecho. Noté como me apretaba más y me daba un beso en la cabeza.


-Buenos días Patito. -dijo con voz ronca.

-Buenos días amor... -se estaba tan bien entre sus brazos...

-¿Pudiste dormir?

-Durante toda la noche.

-Eso es fantástico. -me agarró por la barbilla e hizo que levantara la cabeza y me encontrara con el sonriendo, se acercó más y nos besamos. Levanté mis brazos y los llevé a su cuello abrazandole. Nos movimos de esa posición quedando el arriba mio. Poco a poco el beso fue a más y lo que era normal para nosotros acabamos haciéndolo.


Luego de eso Joe me ayudó a levantarme, aunque simplemente luego me cargó en sus brazos hasta el baño para que me duchara. Cuando salí del baño y fui a la habitación como pude, me vestí y agarré las muletas. Los padres y los abuelos de Joe acaban de llegar, que suerte tuvimos para que no nos escucharan hace no mucho.

Estuvimos hablando como unos 5 minutos hasta que Joe salió del otro baño con solo una toalla cubriéndole de la cintura abajo, dio los buenos días y fue a la habitación.


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El día avanzaba bastante tranquilo. Nada fuera de la común, yendo a visitar algunos monumentos y también un espectáculo de magia que estaba de moda en ese momento. Tuve suerte de que Joe se empeñara en que llevaramos la silla de ruedas en el coche, porque sino no hubiera podido hacer ni un 20% de todo lo que llevamos en el día.


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Ya había pasado una semana, todo estaba yendo genial, al menos para mi gusto. Era un lugar fantástico, con la persona a la que amaba y realmente solos cuando estábamos en la casa.

Cuando me desperté y fui a la cocina me extraño no ver a nadie ni siquiera a Joe. El día estaba nublado, algo que era raro allí, parecía como si el tiempo quisiera avisar de algo. Todo me resultaba muy extraño, y más cuando intentaba encontrar mi teléfono y no estaba por ningún lado al igual que la línea de la casa estaba desconectada también.

Intenté no pensar en eso y volví a la cocina a prepararme un café. No mucho más tarde de empezar a tomármelo, se escuchó la puerta abrirse. Joe se acercaba cabizbajo, pasaba algo lo sabía... se sentó a mi lado y me cogió de las manos.


-Amor...

-¿Qué ha pasado Joe?

-Esto... esto es muy difícil, la verdad...

-Joe. -solte sus manos y le agarré por las mejillas haciendo que nuestras miradas se encontraran. Nada más mirarme se echó a llorar y me abrazó fuertemente.

-Lo siento tanto Patrick...

-Dimelo ya, por favor.

-Tu... tu padre tuvo un accidente... y no, no pudo sobrevivir...



Joe se separó un poco, pero seguía coguiendome de los brazos. No me podía mover. ¿Mi padre muerto? Muerto... esto debe de ser una broma de mal gusto... Le miré y estaba llorando... no es posible, no... me tiré encima de Joe y comencé a llorar, el aguantó el equilibro y no nos caimos, las piernas me fallaban, al igual que la respiración, pero Joe me estaba sosteniendo y no se le veía con ganas de soltarme nunca. Los dos llorábamos y yo poco a poco comencé a ver menos.

Empecé a abrir los ojos y vi todas las maletas hechas. El dolor de cabeza y de la pierna se apoderó de mi, al igual que el de la verdad, esto tenía que ser una mala broma. Las lagrimas volvieron a salir por mis ojos y noté como enseguida alguien me abrazó.



-Todo estará bien Patito... eres fuerte... todo pasara...

-Joe por favor...

-¿Qué pasa? -dijo separándose un poco y comenzando a limpiar mis lagrimas.

-No me dejes nunca, tu no, por favor... -y comencé a llorar más fuerte. Me apretó fuertemente contra su pecho.

-Nunca lo haré. Siempre estaré a tu lado. Te amo y siempre te protegeré.

-Y yo a ti Joe.

-Cariño, nos tenemos que ir...

-Vale... -Joe me ayudó a levantarme de la cama y me senté en la silla de ruedas. Me llevó hasta el salón donde estaban los padres hablando. La madre se levantó y corrió a mi dándome un abrazo con el que me puse a llorar, noté como alguien me acariciaba el pelo, cuando la madre se separó me encontré con el padre, desvié la mirada y comencé a limpiarme pero las lagrimas seguían y seguían saliendo.

-Cariño, ayuda a Joe a llevar las cosas al coche. -dijo su madre. Se puso detrás de mi y comenzó a llevar la silla hasta le coche.




No me maten plz.

Nunca estamos del todo solos. | ~JoetrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora