Una vida compartida.

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Hablamos un poco más y también jugué con el pequeño, la verdad es que se parece a Joe más de lo que me podría haber imaginado.

Me encaminé a la dirección que me había dado la madre.
Preferí ir caminando y así poder tomar algo de aire mientras recordaba todo lo que había pasado por esas calles. Quedaba algo lejos, pero echaba de menos todo.

Pasaron más de 40 minutos en lo que ya me encontraba delante de aquel edificio.
La puerta que daba a la entrada del edificio estaba abierta así que aproveché y entré, aunque la verdad me daba cierto miedo aquel lugar, y mas encontrarme con otras personas en ese momento.

3° piso, puerta D. Allí estaba, delante de aquel apartamento.
Toqué en la puerta y cogí aire fuertemente, estaba muy nervioso. La puerta se abrió, la casa estaba en plena oscuridad a excepción del algo lejano con una luz tenue. La puerta se cerró tras de mi, alguien salió, noté ese escalofrío en mi espalda.

Caminé hasta aquel pequeño reflejo de luz, intentando no darme con nada. No podía esperarme nada asi, teniendo que ir a una casa que no conocía para buscar a mi novio, que el ni siquiera sabía que vendría aquí.
Entré en la habitación, y allí estaba, Joe, sonriendo de oreja a oreja, se encontraba de pie, y vestía una traje. Toda la habitación estaba llena de velas que era la única iluminación.
Joe estaba allí, mirándome, se había afeitado y cortado el pelo. Corrí hasta el y lo abracé fuertemente.
-Hola Patito. -Me dio un beso en la sien. Tenia los brazos más grandes, había hecho ejercicio.
-Te he echado mucho de menos.
-Y yo a ti. -Agarro mis mejillas y nos separamos un poco para besarme lentamente.
-¿Como has...? -me besó de nuevo y me dio otro en la punta de la nariz.
-Hablé con tu madre.
-Queria darte una sorpresa.
-Patrick, no digas mas, necesito hablar contigo seriamente.
-¿Qué... Qué pasa? -me aparté un poco para poder mirarle bien a los ojos.
Joe se rió ante mi gesto y se acercó para darme otro beso y volvió a separarse y agarró mis manos.
-Quiero que te quedes aquí.
-Espera, ¿qué dices?
-Patrick, ambos ya somos adultos, a mi me queda solo un año para terminar la universidad y tu ya lo hiciste. Nosotros ya no somos los 2 adolescentes de 17 años que se conocieron por casualidad a mitad de curso. Desde el dia que te conocí sabia que eras especial, y nada mas mirarte a los ojos y ver ese color esmeralda supe que ya me había enamorado. Te amo y no soporto la distancia que hay entre nosotros. ¡No lo aguanto! Patrick, dime, ¿te vendrías a vivir conmigo?
Me tiré en sus brazos, me puse de puntillas y le besé, no pude controlar mis lágrimas salir. Nos separamos y le sonreí.
-Claro que quiero mi vida, te amo y quiero vivir contigo. -dije entre sollozos limpiándome las lágrimas. Joe sonrió y levantó su mano hasta mi cara para limpiarme las lágrimas. Me agarre de su cuello y paso sus brazos por mi espalda atrayendome más a él.
-¿Quieres que te enseñe nuestra nueva casa?
-Mi vida.
-¿Qué pasa?
-¿Por qué no me enseñas la habitación primero?
Sonrió picaramente para luego besarme.
-Primero invítame a cenar y luego me lo pienso. -Nos reímos.
-Pues vamos entonces. Pero me tengo que ir a cambiar.
-¿Donde están tus cosas?
-En mi antigua casa.
-¿Quieres que vayamos y cojamos tus cosas?
-Vale.
Me besó una vez más, pero la verdad no tenia muchas ganas de salir, así que aproveché mi oportunidad y profundicé el beso. Joe soltó un suspiro mientras nuestras lenguas se enlazaban, sus manos comenzaron a bajar un poco hasta quedar a la altura de mi espalda baja.
Como pude, bajé mis brazos para llevar mis manos a la cremallera del pantalón. No quería que se le manchara.
Se los bajé como pude y el a su vez comenzó a masajear mis nalgas haciendo que de mis labios salieran algunos gemidos sueltos.
-¿Por que eres tan jodidamente irresistible?
-Yo tengo la misma pregunta para ti.
Metí mis manos en sus boxers y se los quité, dejando todo a la vista.
Antes de que pudiera continuar me apartó, quitó toda mi ropa de golpe y se quedó mirándome cada pequeño hueco de mi ser. Me acerqué de nuevo a el y comencé a besarle pero enseguida bajé mis labios hasta su cuello.
Ambos contribuimos para quitar su chaqueta, la corbata y la camisa para ambos estar en las mismas condiciones.
Me levantó en brazos y le rodé con mis piernas haciendo que nuestras erecciones se encontraba haciendo que ambos gimieramos y no me importó seguir frotandome en el para ver la cara. Camino hasta una habitación no muy lejos de ahí y me tiro encima de la cama.
Cuando se fue a poner encima mía lo aparté y me coloque yo para poder hacer algo para recompensarle un poco más.
Mis labios empezaron a bajar recoriendo cada pequeño pedazo de piel que me encontraba hasta llegar a su ombligo.
Levanté la cabeza encontrando a Joe medio sentado en la cama. La habitación estaba absolutamente oscura pero nuestras miradas se cruzaron.
Agarre su pene e hizo la cabeza hacia atrás, lentamente comencé a meterlo en mi boca. Joe posó una de sus manos en mi cabeza, tirando un poco de mi pelo. Aceleré mis movimientos y a su vez profundizando cada vez más, me atragante pero no me importó.
Una pequeña mordida en su glande para que diera un pequeño grito mientras me dejaba toda su corrida en mi boca.
-Joder Patrick... -me levanté y coloque cada una de mis piernas al rededor de sus caderas. Comenzó a besarme y a su vez rodeo mi pene con sus manos, y así empezar a masturbarme. Mis gemidos se mezclaban en su boca, dejó eso a un lado y me miró una vez más sonriendo de oreja a oreja. Sostuvo mis caderas y me levantó para poco a poco el entrara en mi.
Di un pequeño grito antes de que Joe parara y me tapara la boca. Un "lo siento" fue lo único que dijo mientras seguía entrando en mi.
Cuando estaba dentro comenzó a masturbarme para que así el dolor pasara antes, y bien si lo hizo.
Empecé a moverme al ritmo que el me masturbaba, ambos gruñendo al mismo momento. Los besos húmedos y un poco más de velocidad bastó para que llegara, fue muy rápido, pero había pasado demasiado tiempo y aún así necesitaba más.
Joe quito sus manos llenas de semilla de mi miembro y lamió un poco de la corrida. Ese gesto hizo que me volviera a calentar, sus manos agarraron mis caderas, se acostó y yo con el. Volvió a moverse a un ritmo continuo, pero aumento haciendo que de mi boca solo salieran insultos y gemidos muy largos por dar en el punto clave.

Me acurruqué en su pecho notando su pulso acelerado. Apretó mi cuerpo contra el suyo abrazándome.
-Te amo Patito. Esto parece todo un sueño... Por fin estaremos juntos.
-Después de tanto tiempo parece tan...
-Tan perfecto... -me besó una vez más la sien mientras yo pasé mi pierna sobre las suyas.
-Te amo más. -me incorporé para besarle un vez más antes de que Joe deshiciera la cama y ambos durmieramos abrazados, sin realmente saber que eso podía ser real.

Nunca estamos del todo solos. | ~JoetrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora