El Artists' Pub se encontraba en una calle cerrada, solitaria, a la cual daba la parte trasera de una fábrica: una barda muy alta con alambre de púas.
Nadie trabajaba en esa fábrica después de las seis de la tarde, así que los clientes del bar tenían todo el callejón para hacer su ruido, estacionar sus autos y salirse a fumar.
Los martes y los jueves eran días de karaoke, pero a la madre de Camila no le gustaba ir los martes porque se encontraba a una italiana llamada Cianna que le caía muy mal. Iba sólo los jueves, cuando podía ser la estrella del bar sin nadie que le hiciera sombra.
Su hija, (que no tenía nada mejor que hacer), debía ir por ella porque terminaba de cantar ya tarde y el rumbo era muy solitario, aunque eso era en realidad un pretexto de Sinu.
Tenían un auto pequeño y no muy nuevo ni muy confiable, pero era lo suficiente para llegar a casa. Lo único que tenía que hacer era llevar sus pasos de la puerta del bar al lugar del callejón donde se hubiera estacionado. Todos los parroquianos del bar eran sus amigos y nunca había extraños por ahí.
Lo que ella realmente quería era que Camila la acompañara y fuera la primera en aplaudirle al final de cada canción. Y que socializara con su círculo.
Camila lo hacía hasta donde lo permitía su timidez.
No era un problema tan grande. Lo que nunca había aceptado era participar. Los viernes, la sesión de karaoke se dedicaba a los chicos (niños y adolescentes), y Sinu llevaba algunos años tratando de convencer a su hija.
"-Aquí nadie te va a criticar- le decía.
-Ya lo sé y eso es peor, oye. Lo harán a mis espaldas."
Y así, en ese tono, habían discutido millones de veces.
La verdad es que había ocasiones en que Camila se sentía apunto de ceder, pararse en esa pista pinchurrienta y cantar como todas esas estrellas, pero sabía lo que vendría después: su madre querría que volviera a hacerlo una y otra vez, que se volviera "artista" como ella, y empezaría a gastar el poco dinero que tenían en comprarle trajes con diamantina.
En fin, ese día por lo menos, tenían otro tema de conversación.
No es que se pudiera hablar mucho ahí, donde había que actuar como si uno disfrutara los gritos de cada uno de los que pasaba a la pista y luego aplaudir a rabiar, pero siempre había un intermedio.
-Salió en el periódico lo de tu maestro- comento Sinu mientras le daba un trago a su anís con agua mineral, que era lo que normalmente pedía por ser lo más barato-. Fue un ataque al corazón, ¿verdad?
-Sip.
-Así murió mi papá. Durante el sueño, en la casa. Una mañana dijo que no se sentía bien. Llamo al trabajo para avisar que no iría y regreso a la cama. Nunca despertó.
-El maestro Hernández no estaba en su cama.
-Ya me contaste: que se quedo a mitad del patio.
-Yo fui quien lo descubrió.
-¿Por qué no me contaste?
Camila se encogió de hombros.
-No quería hablar de eso, mamá. Es algo muy triste, ¿no lo entiendes?
Sinu la miro con más intensidad, como si no le creyera del todo. Le dio un trago a su vaso y cruzo la pierna en el banco donde estaba sentada.
-Ahora va a ser más difícil que me recomiendes para que Allyson Hernández me dé una oportunidad en la tele.
Camila lo había pensado, lo sabía. Y se sentía mal por eso. Si, no le hubiera costado nada pedirle al maestro que tanteara el terreno con su hija, pero nunca se atrevió: no la dejo su timidez.
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SÍNDROME DE MEURSAULT (camren)
FanfictionSíntomas del síndrome de Meursault * Incapacidad para experimentar emociones humanas. * Indiferencia a todo lo que ocurre en su entorno. *Conflictos con la autoridad. *Dificultad para concentrarse en cosas que no les interesan personalmente...