Capítulo 1.

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-Darlene, arriba. Se te va a hacer tarde.

Y esa es mi madre dándome los buenos días a su manera. Me revuelvo un poco más en la cama y después de mirar el techo y quedarme pensando en lo que he soñado, que por cierto no me acuerdo, me levanto de la cama. Subo la persiana y abro la ventana. Hace frío y me despejo al momento al sentir la brisa fría que entra en mi habitación. Me pongo mis zapatillas rosas de cerezas para estar por casa y voy al baño. Me lavo la cara y me miro al espejo. El reflejo es de una chica que parece haberse escapado de un loquero. Bajita, con los ojos claros y el pelo castaño claro y a la mitad de la espalda.

Una vez que termino de peinarme y lavarme los dientes y la cara bajo a la cocina para desayunar. Al entrar ya está mi madre liada con la comida. Le doy los buenos días y empiezo a prepararme el café. Me lo bebo y salgo de ahí para subir a hacer mi cama y recoger la habitación.

Cuando entro y la veo creo que me va a dar un infarto. Tengo ropa encima del escritorio y en la silla de este ya mejor ni decirlo. Las zapatillas están esparcidas por todo el suelo. Me hago un moño y enciendo el ordenador. Yo sin música no puedo estar. Pongo la primera lista de reproducción que pillo y me pongo manos a la obra.

Al cabo de una hora está todo como nuevo. Suspiro al mirar como ha quedado todo cuando mi madre llama.

-Cariño, ¿no ibas a ir a la librería?

-Sí. Me ducho y voy.

-No tardes. Recuerda que tenemos la comida con antiguo amigo de tu padre. Han vuelto al pueblo.

-¿Han?

-Sí, él y su hijo han vuelto al pueblo.

-Vale. Compro los libros y vuelvo para cambiarme.

Cojo algo de ropa cómoda. Unas mayas, una camiseta básica y una sudadera. Me ducho y me visto tranquilamente. Voy a mi habitación, me calzo, me echo colonia y bajo. No sin antes coger mi móvil y el monedero y meterlo en la mochila. Me despido de mi madre y salgo de casa. Después de diez minutos llego a la librería del pueblo.

Entro y busco las estanterías donde puedo encontrar los libros que he visto por internet. Los dos primeros los encuentro fácilmente pero el último me cuesta encontrarle.

Decido mirar por las estanterías que están cerca de la cristalera de la tienda. Busco de arriba abajo y al fin lo encuentro. "Boomerang. La trayectoria curva de tu boca a la mía" Lo cojo y antes de girarme para ir a pagarlo escucho unos golpes en el cristal de la tienda. Me giro y veo a un chico lleno de tatuajes y con una sonrisa pícara en la cara. Coge su móvil y teclea algo. Me enseña el móvil y puedo leer "Si quieres te enseño la trayectoria de la tuya a la mía" Sé que va por el libro y muy educadamente le saco mi dedo corazón. Se ríe a carcajadas y teclea de nuevo algo. Me vuelve a enseñar la pantalla del móvil y leo "Algún día te la enseñaré ;)" Me giro de malas maneras y voy a pagar los tres libros. Me dan las vueltas del dinero y las guardo en el monedero. Meto los libros en la mochila y salgo de la tienda.

-Eh, tú, la de la sudadera.

Pongo los ojos en blanco. Creo que sé quién es.

-Pero si es el engreído.

-Vamos nena, te encantaría probar estos labios. A todas les encantaría.

-Pues yo sé de una a la que no le encantarían esos labios. Ah sí, soy yo. -me giro e intento andar pero un brazo agarra mi muñeca.

-¿Sabes que es de mala educación dejar a alguien con la palabra en la boca? -dice girándome y acercando mi cuerpo al suyo.

Hago muecas e intento separarme de él. Gran fallo por mi parte ya que se acerca más a mí.

-¿Me puedes soltar?

-Puedo, pero no quiero.

-Imbécil. -forcejeo para que me suelte.

-Gracias, no puedo decir lo mismo de ti, muñeca.

-Suéltame ya. Tengo que irme.

-Nos volveremos a ver nena, eso tenlo por seguro. -me susurra al oído.

Me suelta la muñeca y me voy. Escucho a lo lejos su risa. Me pone enferma.

Camino hasta casa y esta vez he tardado menos. No sé si ha sido porque iba pensando en el imbécil ese o porque tenía ganas de llegar y empezar a leerme los libros.

Cuando llego subo a mi habitación y recuerdo que tenemos la comida con el amigo de mi padre. Bufo y dejo la mochila en la cama con los libros dentro y empiezo a buscar algo adecuado en el vestidor. Me pongo un pantalón negro liso, una blusa azul celeste y unas sandalias con cuña en azules. Me maquillo un poco y bajo al salón. Mamá ya está preparada y mi padre acaba de entrar por la puerta. Sube a cambiarse de ropa y baja en cinco minutos.

Cuando llegamos al restaurante después de una hora de camino escuchando la radio agradezco al cielo porque se haya acabado la tortura de estar tanto tiempo encerrada en el coche escuchando de todo menos música.

Mi padre aparca en la puerta del restaurante. Por lo que se ve es muy lujoso. Entramos y mi padre habla con el camarero. Le dice algo y nos guía hacia una mesa en la que hay un hombre con el pelo medio canoso y un chico con una espalda bastante pronunciada. El traje no le sienta nada mal. Tendrá unos 25 como mucho.

-¿Alfred? -pregunta mi padre.

Los dos se giran y no me lo puedo creer. El chico de los 25 es el de la tienda de libros. Tierra trágame. Ruedo los ojos y miro para otro lado mientras que mi padre y mi madre saludan.

-Darlene, ¿no saludas? -la voz de mi padre me sobresalta.

-Oh sí, claro, perdón.

Me acerco a Alfred y le doy dos besos. Cuando me giro a saludar al chico de la tienda, él me rodea la cintura con su mano y me acerca a él mientras me da dos besos que, para mi gusto, duran demasiado. Me separo de él lo más rápido que puedo y busco un lugar cerca de mi madre o mi padre para sentarme. Por desgracia, me tengo que sentar en frente de él, del imbécil.

-Bueno Darlene, ¿qué tal todo? -pregunta Alfred.

-Pues bien.

-Me alegro muchacha. No sé si conocerás a mi hijo, SJ.

El chico levanta la cara de su móvil y me sonríe pícaramente.

-No, no le conocía. Un placer -hago una mueca.

-Igualmente preciosa -no borra la sonrisa de su cara.

Por favor, que esto termine pronto.

Tras unas largas dos horas aguantando las miradas de SJ y sus sonrisas arrogantes, la cena termina. SJ y su padre se despiden de nosotros y entran en un coche bastante lujoso. Nosotros nos metemos en el nuestro y nos vamos a casa. Llegamos a las cuatro y media a casa. Subo a mi cuarto y me tumbo en la cama.

-Darlene, despierta. Son las siete.

Dios, parece que solo he dormido media hora. De todas maneras, si llego a dormir más luego no cojo el sueño. No me quito de la cabeza a SJ. Le veo el ser más superficial del mundo. No me gusta nada esa manera de ser que tiene de chulo prepotente. Para mí que a este le bailan mucho el agua. Y por lo que se ve, está esperando a que haga lo mismo que los demás. Lo que no sabe él, es que yo no soy de esas. No me gusta lamerle el culo a nadie. Y menos a un tío como él. Juro que no le aguanto.

Hola hola amores! Esta es mi nueva novela. Espero que el primer capítulo os haya gustado. Es corto, lo sé, pero tampoco quiero extenderme mucho en los primeros capítulos porque lo mejor viene más tarde jajaja.

Votad y si queréis dejar algún comentario os responderé encantadísima. Un besito :)

Por cierto, en multimedia tenéis a SJ.

Ahora si, hasta pronto.

El frío también quema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora