Bajo a la entrada a recoger la ropa que había dejado, pero mi madre se me ha adelantado. Voy al salón y pongo la tele. SJ pasa delante de mí y se sienta a mi lado. Se cruza de brazos durante un buen rato, pero finalmente pasa un brazo detrás de mi cabeza poniéndolo en el respaldo del sofá. Se acerca más a mí y me mira. Yo no giro la cabeza y hago como que sigo buscando un canal en el que echen algo decente. Pone sus labios en mi cuello y deja un beso. Va al lóbulo de mi oreja y me susurra algo que hace que me hierva la sangre. "Te tengo medio domada fierecilla"
Giro mi cabeza para mirarle y le tengo muy cerca. Pongo mala cara y él se empieza a reír.
-Un día te dije que te iba a enseñar la trayectoria de mi boca a la tuya, y creo que lo he hecho más de una vez -dice acercando su cara a la mía.
-Ah, ¿sí? -pregunto frunciendo el ceño.
-Sí, pero si quieres te la enseño de nuevo -acerca su boca a la mía y antes de que me bese, me levanto del sofá.
-No lo veo tan claro eh -me dirijo a la cocina.
Sé que viene detrás de mí, el parqué del suelo suena demasiado.
-¿Qué tal lo del local que supuestamente yo había desmantelado? -le pregunto con retintín.
Me giro a mirarle y tiene su mandíbula tensa.
-Ya está todo arreglado. Qué pasa, que quieres formar parte también, ¿no? -pregunta mirándome y dejando asomar una media sonrisa.
-Ni loca formaría parte de esa mierda -me alejo de él.
-Si fuera la única salida que encontraras a tus problemas, lo harías -baja su cabeza. Su tono muestra anhelo.
Mira un punto fijo y no dice nada. Quisiera saber qué piensa, pero sé que no me lo va a decir.
Se levanta y sin decir nada se va. No entiendo nada. Intento seguirle, pero al llegar al porche, a él le ha dado tiempo de entrar en el coche y ponerlo en marcha acelerando demasiado. Cuando llega al final de la calle veo que gira a la derecha. Me meto en mi casa y me siento en el sofá con las piernas encogidas y los brazos rodeándolas.
Escucho el movimiento de las llaves dentro de la cerradura y me incorporo. Mis padres entran y dejan la comida encima de la mesa.
-Vamos cariño, que la comida está aún caliente -dice mi madre dejando la chaqueta encima del sofá.
-No tengo hambre, voy arriba -me levanto del sofá y mi padre me mira.
-¿Y SJ? -pregunta con el ceño fruncido.
-Se ha ido, no se encontraba bien -y otra vez mintiendo por él.
-Bueno, pues te guardaremos la comida en la nevera para cuando quieras comer -dice mi madre empezando a sacar las cosas.
-Vale.
Subo las escaleras y llego a mi cuarto. Me tumbo en mi cama boca abajo y empiezo a darle vueltas a las cosas.
¿Por qué se habrá ido así? ¿Habré dicho algo malo? ¿Algo que le moleste? Dios, con este chico nunca se sabe lo que puedes y lo que no decir. Cada dos por tres coge y se va sin dar explicaciones ni nada. No se le puede decir ni preguntar nada.
No paro de dar vueltas en la cama y de tener una sensación rara en el estómago. Como si estuviera nerviosa. Me levanto de la cama, me pongo mis adidas, una sudadera y bajo al salón.
-Mamá, voy a salir a dar una vuelta -voy a la entradita y guardo las llaves en el bolsillo de la sudadera. Me coloco y abro la puerta.
-Ten cuidado -grita mi madre antes de que la cierre.
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El frío también quema.
Teen Fiction¿Quién se resiste al típico chico con un cuerpo de infarto y con una labia increíble? Pues Darlene. Ella no quiere tener nada que ver con él ni con nada que esté relacionado con su persona. Intenta alejarse de ese chico que solo muestra una sonrisa...