Y hoy es lunes. No quiero levantarme de la cama pero la alarma del móvil no deja de sonar y no sé dónde está el móvil que se supone que tenía que estar en la mesita de noche.
Me levanto y busco el móvil. Cuando deja de sonar lo veo debajo de la cama. Juraría haberlo dejado ayer en la mesita de noche.
Voy al baño y me doy una ducha rápida. Salgo, me visto, me lavo los dientes y bajo a tomarme un café. Cojo la mochila y salgo de casa. Todavía me queda media hora antes de entrar en clase así que me tomo mi tiempo en llegar al instituto.
Al llegar es lo mismo de siempre. La gente de un lado al otro andando y algunos incluso corriendo. Tienen ganas un lunes por la mañana... Yo busco con la mirada a mi amiga Caroline.
Una chica bajita pero que según ella con unos tacones se arregla todo. De pelo corto y castaño y con los ojos color miel. Y hablando de la reina de Roma
-¡Caroline! –grito haciendo que algunas personas se giren. Me es indiferente así que miro a la chica que no deja de pelearse con su bolso y las carpetas que lleva en la mano. Me mira y sonríe.
Me acerco a ella y la saludo con un abrazo y dos besos.
-Tengo cosas que contarte –digo mirándola mientras empezamos a caminar.
-Pues ya puedes ir contándomelas todas.
-Vale, para empezar, ayer fui a la librería del pueblo y me compré tres libros. No he empezado a leer ninguno pero bueno. Uno de los libros se llama "Boomerang. La trayectoria curva de tu boca a la mía" y un chico que estaba en el cristal de la librería empezó a dar golpes para que mirara en su dirección. Lo hice y el chico empezó a escribir en su móvil para que lo leyera. Ponía que si me enseñaba la trayectoria de su boca a la mía. No sé si estaba tonteando conmigo o quería reírse de mí...
-...Y tú fuiste tan maja como siempre, ¿a que sí? –me interrumpe Caroline. Se nota que me conoce.
-Sí, fui tan maja como siempre sacándole mi bonito dedo. Luego cuando salí de la tienda el tío seguía con ganas de vacilar pero no me iba a quedar callada, claro está. Encima no le había visto en mi vida por el pueblo. Total que cuando llegué a casa me cambié de ropa para ir a comer con un antiguo amigo de mi padre. Encima venía con su hijo. Habían vuelto al pueblo. Cuando llegamos al restaurante y vi al amigo de mi padre le saludé pero cuando vi al hijo vi que era el tío de la tienda. Estuvo toda la comida mirándome y sonriendo. Juro que le quería matar.
-Chica, parece que vivas en una película. ¿Era guapo?
-Carol, ¿en serio me preguntas si es guapo? Y yo que sé. Tenía los ojos claros, los rasgos de la cara marcados. Medirá como 1'80 o un poco más. Le sobresalían tatuajes por todos los lados. Hasta tenía en la cabeza. En serio, al verle me dio un poco de miedo pero después de ver como es, créeme, no es para tanto.
-Por como lo has descrito encaja perfectamente en tu tipo de chico.
-No tengo un tipo de chico. Lo que venga vendrá, da igual como sea.
-Bueno, si tú lo dices...
-Anda, vamos a clase que al final no llegamos.
Cuando llegamos a clase nos sentamos en nuestros sitios y la profesora entró dejando sus cosas en la mesa. Yo no sé para qué quiere tanta bolsa, mochila y bolso. El caso es que empezó a dar la clase y en los últimos quince minutos empezó a decir que iba a mandar un trabajo sobre el temario que estábamos dando. Las parejas las hizo ella, así que Carol y yo terminamos separadas. Aunque bueno, me tocó con Derian, el "popular" de la clase y uno de los populares del instituto. La verdad es que nunca había hablado con él y no se le veía mala persona, pero yo no soy de confiar mucho en desconocidos. Después de terminar de explicar cómo lo tenemos que hacer, recoge sus cosas y empezamos a hacer lo mismo que ella.
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El frío también quema.
Novela Juvenil¿Quién se resiste al típico chico con un cuerpo de infarto y con una labia increíble? Pues Darlene. Ella no quiere tener nada que ver con él ni con nada que esté relacionado con su persona. Intenta alejarse de ese chico que solo muestra una sonrisa...