Mi madre está en la cocina terminando de hacer la cena así que mientras tanto voy colocando la mesa.
SJ no ha dejado de mirarme desafiante desde que bajó de mi habitación y yo sonrío disimuladamente.
En la cocina tengo que coger un cuenco para echar no sé qué rollo de mi madre y no llego. El mueble está muy alto. Me estiro todo lo que puedo y nada. Cogería una silla o una escalera pero una vez me caí por hacer lo mismo y me tiré con la pierna escayolada dos meses.
-Ayuda a Darlene por favor –le dice mi madre al que supongo que es mi padre. Me giro y me topo con un cuerpo que no es el de mi padre. Levanto mi cabeza y veo a SJ mirando al mueble. Levanta un brazo y se acerca más haciendo que nuestros cuerpos se junten. Intento echarme para atrás pero el armario me lo impide. Mira hacia abajo clavando su mirada en la mía y le pasa el cuenco a mi madre sin separarse de mí. Sonríe y se aleja. Cuando lo hace, suelto el aire que tenía en los pulmones. No entiendo por qué cada vez que se me acerca la respiración se me corta. Me separo del mueble y me dirijo al salón para ver que falta. Al ver que está todo me siento en el sofá y espero a que mi madre termine de hacer la cena.
Una vez que estábamos todos en la mesa, SJ se sentó en frente de mí. Parece que le va el rollo de "Pasas de mí, más voy a por ti". Cada dos por tres me mira y pone una sonrisa de lado casi imperceptible. Me dan ganas de tirarle el plato a la cabeza. Yo no dejo de ponerle malas caras y de ignorarle, pero algo me hace que le mire. No sé si es el hecho de que noto su mirada en mí o porque quiero saber que piensa. En dos ocasiones casi me ahogo bebiendo agua lo que le resulta bastante gracioso al imbécil.
Me levanto de la mesa cuando terminamos todos, recojo la mesa y voy a la cocina para fregar los platos y todo. Tras una media hora, termino por fin de hacer todo. Mi madre me pide un café, mi padre otro y Alfred un poco de licor. Les llevo lo que me piden y salgo a tirar la basura que había. Los cubos están al final de la calle, así que aprovecho y me fumo un cigarro cuando lo tiro todo. Me siento en un banco a unas dos casas de la mía y me enciendo el cigarro. Le pego la primera calada y miro al frente mientras que expulso el aire. Escucho que viene alguien y escondo rápido el cigarro detrás de mi cuerpo. Me giro y veo a SJ sentándose a mi lado. Resoplo y saco el cigarro de donde lo tenía.
-¿Fumas? –pregunta sorprendido y con una sonrisa en su cara.
-No, solo enciendo cigarros por diversión –digo en tono sarcástico.
Me coloco en el banco y le doy otra calada al cigarro.
-No te hacía fumando. No queda bien en una niña buena como tú –apoya los codos en sus rodillas.
-Hay muchas cosas que no quedarán bien en mí, pero al que no le guste, que no mire –le echo el humo en la cara y me levanto.
Tira de mí haciendo que me siente en el banco otra vez y me quede a escasos centímetros de su cara. Me mira a los ojos y no sé lo que piensa. Sin embargo yo estoy pensando en todo lo peor. Coge el cigarro de mi mano, y sin apartar su mirada de mí, le pega una larga calada. Paso mi lengua por mis labios y trago saliva fuertemente. Él sonríe de lado, se acerca a mí y abro la boca por inercia. Expulsa el aire, más bien me expulsa el aire, y me pasa el cigarro poniéndolo en medio de nosotros. Se lo quito de mala gana y ruedo los ojos.
-Guardaré tu secreto, pequeña fierecilla –se coloca en el banco mirando al frente y guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero.
Yo hago lo mismo y termino de fumarme el cigarro. Tiro la colilla pero sigo sin levantarme del banco. Giro mi cabeza y le miro. Está de perfil. Algunos mechones de su pelo caen en su mejilla, desenfadados. Resulta bastante excitante. Está pensativo, lo sé porque mira un punto fijo.
-¿Por qué habéis vuelto al pueblo? –pregunto mirándole todavía.
Su gesto cambia completamente. Ahora su mandíbula se tensa y deja de mirar el punto fijo que observaba antes. Se coloca en el banco y empieza a mover su pierna. Está nervioso.
-Asuntos de mi padre –contesta cortante.
Parece ser que no le gusta hablar de ello. Pero a cotilla no me gana nadie.
-¿Se puede saber qué clase de asuntos? –pregunto aun mirándole y observando cada movimiento que hace.
Se coloca el pelo y apoya sus manos en sus muslos dejándolas caer. Está incómodo.
-No te incumbe saberlo.
-Si me incumbe. Desde que has llegado no haces más que hacerme la vida imposible. Pero te aseguro que no dejaré que esto siga así. Vale que nuestros padres sean amigos pero no quiero tener nada que ver contigo ni con tus cosas. No me gustas, no me gusta lo que haces ni mucho menos tu forma de ser.
-¿Y cómo soy según tú? –pregunta elevando una ceja.
-Arrogante, prepotente, egocéntrico...
-Está bien doña perfecta, me ha quedado claro.
-Me alegra saberlo.
Me levanto del banco y paso delante de él para irme a casa. No se levanta y sigue meneando su pierna nerviosamente. Me alejo y llego a casa.
Subo a mi habitación sin despedirme de Alfred.
Me ducho y me coloco todo para mañana el instituto.Espero que le haya quedado todo claro a SJ y que deje de buscarme.
Bueno, pues parece ser que el capítulo 5 no estaba. Se ha borrado así, sin más jajaja. Aquí lo tenéis de nuevo. Votad y comentad amores. Un beso :)
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El frío también quema.
किशोर उपन्यास¿Quién se resiste al típico chico con un cuerpo de infarto y con una labia increíble? Pues Darlene. Ella no quiere tener nada que ver con él ni con nada que esté relacionado con su persona. Intenta alejarse de ese chico que solo muestra una sonrisa...