Me desperté mejor que nunca. Hacía mucho tiempo que no dormía así y lo agradecía. Me estiré en la cama y me levanté. Fui al baño y me metí en la ducha. Cuando terminé me sequé y me puse la ropa. Unos pantalones color burdeos, una camiseta negra pegada al cuerpo y mis zapatillas de puma. Me alisé el pelo con el secador y me arreglé un poco; cubre ojeras, base y rímel. Bajé al salón y saludé con un "Buenos días" a mis padres, mis abuelos y Alfred. A SJ no le vi hasta que entré en la cocina y le vi dejando un vaso en el fregadero. Me acerqué a él sigilosamente y le puse una mano en el hombro izquierdo. Miró de reojo y dejó un beso en ella. Sonreí y cuando se giró se lanzó a besarme. Le seguí el beso pero me separé de él.
-Nos pueden ver –él me abrazó y apoyó su cabeza en la mía.
-A mí no me importa, pero si quieres que no sepan nada, más vale que no te acerques mucho a mí –sonreí y le rodeé la cintura con mis brazos.
-No es eso bobo, lo decía por si no querías que pensaran que eres un asaltacunas –su pecho vibraba debido a la risa que le dio. Me separé y le miré –Hasta esta noche mejor que no sepan nada.
-Te tendré todo el día para mí solo así que acepto tu condición –se aleja de mí unos pasos –Te espero en el coche, no tardes.
Sonrío y me dirijo al salón para avisar a mis padres de que nos vamos. Salgo al porche no sin antes coger una chaqueta y el móvil. Me meto en el coche y me pongo el cinturón mientras que él arranca. Tras un par de horas llegamos a la ciudad. SJ aparca en el parking y salimos a la vez del coche. Se pone a mi lado y me da la mano. Sonrío por el gesto y andamos en dirección a las escaleras mecánicas. Llegamos a la primera planta y empezamos a mirar tiendas. Después de una media hora SJ le ha comprado un regalo a su padre. Unos gemelos para las camisas. Y yo todavía nada. Entre risas, besos y bromas seguimos mirando. Entramos en una joyería y veo un juego precioso de anillo y pendientes y no dudo en cogérselo a mi madre. Le va a encantar. Al rato entramos en otra tienda y le cojo un perfume a mi padre de los que él usa. Y ya van dos.
-¿Vamos a tomarnos un café y luego seguimos mirando? –SJ me abraza por detrás y me besa en el cuello.
-Me parece perfecto, no he desayunado nada y sin el café no soy persona –apoyo mi cabeza en su pecho y dejo un beso en su mandíbula.
-Vamos.
Caminamos hacia la zona en la que se encuentran los restaurantes y todo y vamos hacia una cafetería. Pedimos un café cada uno y nos sentamos a hablar, el uno al lado del otro.
-Darlene –SJ se remueve en el asiento y se tensa a la vez que toma una postura intimidante. Me giro y veo a Derian en frente de nosotros con cara de asombro –veo que no has perdido el tiempo para irte corriendo a los brazos de él –pone una mueca de asco y mira a SJ que sonríe mirando hacia otro lado intentando relajarse, pero ambos sabemos que en cualquier momento va a saltar.
-¿Dónde te has dejado a tu perrito faldero? No veo a Natalie contigo, ¿problemas en el paraíso quizá? –le desafío con la mirada.
-No estoy con ella, pero tampoco creo que te importe mucho mi vida, veo que tienes otras cosas que hacer –dirige la mirada a la mano que tengo apoyada en el muslo de SJ.
-Estás en lo cierto, tengo cosas más importantes que hacer, como disfrutar de unas vacaciones increíbles con la mejor compañía posible. Al menos sé que él no me va a dejar tirada a la primera de cambio y es un hombre que vale la pena, no un niñato como tú –SJ me mira y me guiña un ojo. Sonrío y giro la vista hacia Derian.
-Wow, veo que os va genial. Dime, ¿eres tan puta en la cama como parece? Porque aunque vas de santa, eres como todas las demás –SJ inspira profundamente y se levanta tan rápido que no me da tiempo a actuar cuando tiene a Derian cogido por el cuello de la camiseta.
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El frío también quema.
Teen Fiction¿Quién se resiste al típico chico con un cuerpo de infarto y con una labia increíble? Pues Darlene. Ella no quiere tener nada que ver con él ni con nada que esté relacionado con su persona. Intenta alejarse de ese chico que solo muestra una sonrisa...