Cuando suena la alarma me incorporo y busco el móvil para quitarla. Me quedo sentada unos minutos en el sofá y me levanto. Al final me quedé dormida.
Voy a la cocina y bebo un vaso de agua y subo a mi habitación para preparar las cosas.
Entro al baño de mi habitación y me miro en el espejo. La camiseta básica negra y los pantalones de chándal grises están bien. Me echo un poco de base, el rímel y colonia. Cojo la mochila que tengo encima de la silla del escritorio y meto algunas cosas de clase. Bajo y miro el móvil. Solo me quedan cinco minutos.
Voy al salón a apagar la tele y de repente alguien llama a la puerta dando golpes. Me acerco a abrir y veo que es Derian.
-Hola –dice sonriente- ¿Nos vamos?
-Hola. Sí, espera que coja la mochila y salgo.
-Te espero en el coche.
Se da la vuelta y baja las escaleras del porche. Cojo las llaves y las meto en la mochila, que la dejé en el sofá.
Cuando estoy a punto de abrir la puerta del copiloto del coche de Derian, escucho el motor de un coche que he tenido la oportunidad de conocer hoy. Me giro y no me hace falta adivinar quién es el que está dentro. SJ me mira a los ojos como si estuviera entre enfadado y celoso.
Acelera aún con el freno puesto y las ruedas empiezan a echar humo. Quita el freno y acelera pasando por mi lado. ¿Qué hará otra vez aquí?
Entro en el coche de Derian y la preocupación se debe notar en mi cara ya que Derian pregunta qué ocurre. Me mira y sabe que me pasa algo pero no sigue insistiendo, y se lo agradezco.
-Nada, tranquilo.
Gira la cabeza al frente y arranca.
El camino es silencioso. La música al menos me ha distraído un poco de mi principal preocupación. ¿Qué haría SJ en la puerta de mi casa? ¿Cuándo había vuelto? ¿Habrá venido a advertirme otra vez que no le contara nada a nadie? Dios, con lo a gusto que estaba yo antes de conocerle.
El coche frena en frente de una casa que más que casa es una mansión.
Derian aparca el coche y entramos en el jardín delantero. Subimos las escaleras del porche y abre la puerta. Por dentro es aún más grande. En la entrada hay una pequeña niña de un año o un poco más. Es de pelo castaño claro y los ojos azules. Está sujeta al armarito que hay en la entrada con un espejo. Al ver a Derian empieza a reírse y a mover la mano derecha. Es tan bonita que dan ganas de achucharla. Derian se acerca a ella y la coge en brazos la pequeña empieza a moverse como si estuviera bailando.
-Hola princesita –dice él mientras que deja un beso en la mejilla de la pequeña. Esta se mete un dedo en la boca y sonríe.
La niña me mira y empieza a poner caras como preguntándole a Derian que quien era yo. Su boca forma una o mientras que me mira y levanta sus manos.
-Ella es Darlene –la pequeña me mira y sonríe. Él me mira y mueve en sus brazos a la pequeña.
-Noa, ¿Dónde estás? –se escucha una voz en el interior de la casa pero no sé de dónde viene.
Se escuchan pasos por la parte de abajo y aparece una mujer rubia de ojos marrones vestida muy elegante con una falda de tubo negra y una blusa de un color verde agua. Derian y la pequeña Noa no se parecen a ella. Bueno, él tiene su misma nariz.
La mujer se acerca a nosotros y coge a la pequeña de los brazos de Derian. Deja un beso en la cabeza de Noa y nos mira.
-Mamá, esta es Darlene, la compañera de la que te he hablado esta tarde.
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El frío también quema.
Teen Fiction¿Quién se resiste al típico chico con un cuerpo de infarto y con una labia increíble? Pues Darlene. Ella no quiere tener nada que ver con él ni con nada que esté relacionado con su persona. Intenta alejarse de ese chico que solo muestra una sonrisa...