Las paredes me muestran personajes de todo tipo.
Hadas.
Dragones.
Princesas.
Todo está lleno de color, de sueños.
Recorro aquel pasillo de puertas marrones.
Mis tacones resuenan con el eco de aquel lugar.
LLego a la clase que me indicaron al entrar.
Ahí está él.
Lo veo con sus jeans y su jersey negro apoyado en la mesa.
Está tan guapo.
Llamo.
Me mira y no puede evitar sonreír.
Se acerca a la puerta y me abre.
-Buenas alumna, llega un poco tarde.- me guiña un ojo y me deja pasar.
Yo solo puedo mirar a la cantidad de niños en uniforme que me miran curiosos.
-Bueno chicos, os presento a Clara, mi....- duda un segundo- mi amiga.
Yo me ruborizo un poco por la cantidad de ojos que me miran y por el hecho de que haya dudado.
-Profesor Miranda, ¿y qué nos va a enseñar?- una niña de pelo negro con dos coletas acaba de hacer la pregunta clave.
-Bien, pues... está chica os va a ayudar a escribir un poema.
-¿Un poema?- dicen todos al unísono.
-En efecto, un poema. Todos vosotros vais a hacer un poema en conjunto, y ella pondrá la frase final. Esto os ayudará a trabajar en equipo y a encontrar las palabras adecuadas en el momento adecuado, además de despertar vuestra imaginación. ¿Qué os parece?.
Hugo me mira y me sonríe.
Aun no entiendo nada de esto.
¿Para qué me diría una hora antes de su clase que viniera?
Los niños empiezan a coger entusiasmados papel y lápiz.
Empiezan uno a uno a escribir, pasándose el papel donde van escribiendo cada frase, siguiendo las palabras de cada uno.
Me parece extraño, porque la mayoría van demasiado rápido.
¿Es que todos son poetas profesionales?
Al fin, y después de una larga espera la hoja llega a mí.
Empiezo a leer las frases de cada niño, con diferentes trazos y letra.
Qué dulces son.
**************
<<Pedazos de corazón.>>
<<Sollozos ahogados.>>
<<¿Hay en el amor algo de razón?>>
<<Me encuentras entre los escombros.>>
<<Reconstruyes mi saqueado mundo.>>
<<¿Cómo haces para ser tan especial?>>
<<Sueño cada vez que te vas.>>
<<Vivo soñando cada vez que te veo.>>
<<¿Qué haría si no te hubiera encontrado?>>
<<Te miro y solo estás tú.>>
<<Escucho, y solo oigo tu risa entre el ruido.>>
<<¿Cómo haces para tenerme tan enganchado?>>
<<Acaricio lo pobre de mi ser.>>
<<Me siento rico por tenerte.>>
<<¿Es que acaso no ves mi mirada?>>
<<Hipnotizado por tus besos.>>
<<Hechizado por tus labios.>>
<<¿ Eres parte de este mundo?>>
<<Lees mi interior.>>
<<Escribes mi ser.>>
<<¿No ves que te admiro?>>
<<Quiéreme como yo te quiero.>>
<<Ámame como yo te amo.>>
<<Dime.>>
<<¿Quieres casarte conmigo?>>
Dejo de leer sin poder evitar que pequeñas gotas saladas choquen contra el papel arrugado.
Miro a Hugo.
Está de rodillas en mitad de la clase.
Los niños sin darme cuenta llevan un cartel con la pregunta y rosas en sus manos.
¿Realmente me lo ha pedido?
-Clara, completa este poema, y hazme el hombre más feliz de mundo. Qué me dices. ¿Te casarías conmigo?
Yo solo puedo dirigirme hacia él sin poder contener las lágrimas mientras le planto un beso apasionado en los labios.
Los niños gritan y aplauden.
-Bueno, eso creo que es un sí.- está tan emocionado como yo.
-Sí Hugo, te quiero.
Huele a rosas y a lápices de colores.
Un avión sobrevuela el cielo en ese instante.

ESTÁS LEYENDO
Puntos suspensivos.
PoesiaPierde tu mente, encuentra a tu alma. Sensaciones. Momentos. twitter.com/@helencp98 Dedicado a @begioKid