Narrador omnisciente.
Gavin sintió una punzada en el pecho, la chica que 'posiblemente era Maya' estaba ahí con otro sujeto desconocido para el. Tan cerca de su rostro que lo primero que pensó Gavin fue que ellos se estaban besando, nada mas alejado de la realidad.
"¡A la mierda Ronnie mi ojo!" Grito la chica y se acabaron las dudas. Quien no conocía mejor los gritos de Maya que Gavin, tanto los que podía dar estando cabreada hasta aquellos satisfactorios de placer. "¡No me lo toques tienes las manos sucias!"
"¡Entonces que putas hago!" Respondió con un tono afeminado el otro sujeto. "¿Quieres o no que te quite lo que tienes?" Maya lo empujo cuando intentó acercarse.
"¡Solo abre el puto coche!" Gavin a pesar de la distancia podía ver el ceño fruncido y los labios en una mueca torcida, su chica estaba molesta.
Su chica. ¿Por qué seguía siéndolo no?
...
Maya Henderson.
Un parche, un jodido parche en mi ojo, solo denme una botella de ron y fácil podría pasar como una jodida pirata. Todo por los sucios dedos de Ronnie, el sufriría, pagaría por esto, igual que Alice Cho lo hizo con mi cabello. Después de colocarme las gotas recetadas por el doctor y el parche especial, me arriesgue a salir por los pasillos con la posibilidad de morir, o golpearme, con cualquier cosa que mi ojo izquierdo no viera.
"¿La haz visto?"
"Dios si ya era rara"
"Ella y ese chico gay son todos unos fenómenos."
"No se que es mas gracioso, si su ropa o ese estúpido parche."
Esos fueron algunos de los comentarios que escuche, la gente se me quedaba viendo, justo como en casa; como si se tratara de un fenómeno lo que tenían enfrente.
"¡Hey sexi!" La inconfundible voz de Cay. No pare seguí caminando hasta la el sonido de las pequeñas ruedas de su patineta me lo hicieron saber, estaba a mi lado. "¡Maya demonios quieres parar!" Me tomo del brazo y dio un brinco haciendo que la patineta se fuera a la mierda por el pasillo hasta estrellarse con la pared mas cercana. "¿Que jodidos sucede contigo?" Me giro hacia el.
Y entonces vi su cara de confusión convertirse en una divertida. Se iba a reír.
"¿Que ha..." No lo deje continuar.
"Adelante ríete, no es como si no hubiera tenido suficiente de esa mierda con los demás." Cayden negó de inmediato, trato de acercarse pero no lo deje al momento.
"Hey sexi, para eso." ¿Sexi acaso ese era un apodo? Sus ojos azules me estudiaron, seguro que noto como mi ojo estaba a punto de soltar un par de lagrimas. "¿Es grave?" Negué mientras el acariciaba mi cabello.
"Solo lo usare unos días."
"¿Enserio? Qué lástima." Hizo un falso puchero mientras enredaba sus dedos en mis mechones castaños.
"¿P-Por qué?" Balbuce.
"Tengo algo por los piratas." Dijo en broma. Golpee su hombro amistosamente pero al final el me envolvió en un abrazo. "Son calientes."
"Cayden basta." Me reí pero finalmente cedí, se sentía bien... Podría haberme acostumbrado a eso. Algunas chicas de mis otras clases nos miraron, seguro se preguntaban que hacía un chico como Cayden conmigo. "Nos miran, dejen de hacerlo..." El susurro fue mas para mi, pero por la mirada de Cay supe que el lo había escuchado todo.
"Sexi." Levante la mirada de mi único ojo hasta los suyos y el sonrió, sonrío antes de besar mi frente y susurrar. "Te envidian, eres la única que podría lucir bien con un pedazo de pela en el ojo."
Cayden siempre sabia como hacerme sentir mejor.
...
Gavin Morgan.
"¡Gavin!" La pelirroja de la cual no recordaba el nombre me saludo al entrar al vídeo club. "Tenias mucho sin venir."
"Si yo he tenido muchas cosas pendientes." Dije observando el lugar vació, me había escapado del entrenamiento mintiendo acerca de como me dolía el estomago.
"Es bueno verte." Ella sonrió coqueta, no linda olvídalo, solo una chica por local y definitivamente no seras tu. "¿Buscas algo en especial?" Si bueno... A Maya Henderson, completa, con ropa sin ropa, como sea solo tráela.
"No solo daré un vistazo." Ella sonrió y asintió.
"Si me necesitas... Solo." El sonido de alguien entrado la corto, ambos giramos y observamos al chico rubio entrando al lugar. "Demonios." Ese tono cálido y falso se había perdido. "¿Donde esta Maya? Su turno empezaba hace media hora."
"No vendrá, voy a cubrirla, necesita ir con su oftalmólogo." ¿Que por qué? "Solo dime que hacer."
...
Días después.
Hoy era el día, finalmente bajaría del auto, tomaría cualquier película y luciría casual al entrar por esa puerta.
"Hola Maya." Negué, no me gustaba, sonaba como un idiota. "¡Oh por dios Maya! ¿Qué sorpresa?" Demonios esto era tan difícil.
¿Qué diría cuando me viera? ¿Le alegraría? Digo habían pasado meses, meses de aquella noche inolvidable y de la triste mañana al día siguiente. Me arme de valor que realmente no se de donde saque, había bastante gente lugar en ese lugar. Busque por todos lados y entonces la escuche en el final del pasillo.
"Tienes que irte ya." Dijo ella entre risas. Su risa, cuanto había pasado de la ultima vez que la escuche. "Vamos Sophie se enojara si no vuelvo al trabajo."
"Solo uno mas y ya sexi, vamos por favor, sabes que lo merezco." Y luego fue todo silencio por unos segundos. Yo solo quería ir y decirle a cualquiera que fuera ese idiota que dejara a mi chica. "Muy bien, me voy." El sonido de un escandaloso beso se escucho y sentí la sangre hervirme.
"Adiós Cay." El chico estaba tan distraído y con esa sonrisa de idiota que ni siquiera noto que estaba en el camino. "Hey disculpa hermano." Dijo sonriente. "No te vi."
Asentí, incapaz de decir algo que no fuera una maldición. El chico rubio solo se fue después de eso con la misma expresión de felicidad en el rostro.
"¿Necesitas ayuda con algo?" Esa suave voz solo guardada para momentos especiales, solo para nuestros susurros, finalmente la volví a escuchar. Gire y casi pude sentir mi corazón brincar a mi boca. "¿Ga-Gavin?" Sus bonitos ojos verdes hicieron contacto con los míos. Los mechones castaños que cubrían su frente fueron apartados, con nerviosismo y temblorina en sus dedos. No pude evitar sonreír. Así Maya se rapara cada cabello, no dejaría de ser la chica mas hermosa para mi.
Estaba perdido, desde siempre.
"Hola bebé."
Eso la dejo con la boca abierta.
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Memorias de una ex rubia (CALM#2)
Teen FictionOtoño de 1992, Filadelfia. La ciudad es muy pequeña para Mavin.