Gavin Morgan.
"Escucha no hagas ruido ¿ok?" Maya subió las escaleras, dios su trasero no podía lucir mejor desde donde yo me encontraba observando, tres escalones abajo de ella. En un momento tropezó con sus propios pies y luego maldijo. "Shh, mierda Gavin que no hagas ruido."
No debí dejarla beber pero ella es tan persuasiva y sus manos se sentían tan bien por debajo de la mesa que solo pude dejarme llevar.
"Necesito, necesito." Repitió mirando cada una de las puertas. "Necesito recostarme un poco."
Sabia perfectamente cual era la habitación de Maya así que la guié hasta ella, no tenia ninguna mala intención. Solo quería dejarla segura en su habitación, verla dormir, velar por su sueño, solo quería tiempo con ella. Mi bebé se recostó sobre la cama mientras le quitaba los tacones altos que usaba y los colocaba en el piso.
"Amor debes dormir es tarde y mañana tienes que volar a Filadelfia."
"No-No quiero, quedémonos aquí." De un brinco estaba arrodillada sobre la cama, y después cerca y mas cerca de mi. "Vivamos en la casa de los abuelos, la casa de la playa y tengamos muchos bebés." Soltó una risita dulce y tierna. "Quiero bebés contigo Gavin." Demonios, ella había mordido su labio tan sexy y empezó a desatar mi corbata con sus dedos temblorosos.
"Tendremos muchos bebés después Maya, cuando estés sobria y seas adulta." Sus labios se formaron en un puchero infantil cuando aparte sus manos de mi. Quise remediarlo, las lleve a mi boca besando ambas pero ella seguía fingiendo tristeza.
"Es qu-ue tu, tu no me qui-quieres." Y empezó a llorar.
Señores estaba impactado.
Terriblemente impactado.
La chica mala de James Island, la que patea culos y es terriblemente mal hablada, lloraba como niña pequeña, incluso tenia hipo. Dios si antes la quería no sabia como llamarle a lo que sentía en ese momento. La envolví en mis brazos a pesar de que no quiso y de sus numerosos golpes de puño en mi pecho.
"Hey bebé para." Susurre tomandola de las muñecas.
"No, vete a la mierda." Por suerte no estaba gritando. "Déjame, déjame golpearte idiota." Volvía a reconocerla. "Te odio, yo te odio tanto, cerdo."
"No lo dices enserio." Murmure en voz baja.
"Lo digo mas enserio que nunca, tu me..."
No la deje continuar, la bese con fuerza, mi lengua entro a su boca enredándose la una con la otra, tan caliente, muy caliente. Solté sus manos y estas viajaron a mi saco, Maya no dejaba de besarme y yo tampoco quería hacerlo, como si nuestra vida dependiera de ello.
"Quiero que me folles Gavin, quiero que me recuerdes los buenos tiempos." Dios iba a perder la cabeza.
"Tomaste, Maya. Mañana me golpearas si lo hago." Ella negó y desato mi corbata con rapidez.
"Te golpeare lo hagas o no." Sonrió y dejo otro corto beso en mis labios mientras desabotonaba mi camisa. "Zeus... extrañaba esto." Dijo tocando mi abdomen, me estremecí al simple contacto de piel con piel, debía parar. "¿No quieres?"
"Te quiero." Asegure mirándola a los ojos, sus esmeraldas brillaron y tenia el presentimiento de que no esperaba esa respuesta.
"Demuéstralo entonces." Sus manos se perdieron detrás de su espalda bajando el cierre de su vestido. Segundos después estaba fuera. Maya no llevaba sujetador solo esas delgadas bragas negras y por un momento me sentí desfallecer sobre la cama. "Si me quieres demuéstralo... Por favor."
No dude y la tome por la cintura jalándola hacia mi, deslizando mis manos hasta su precioso trasero tomándolo con ambas manos, había acabado moliéndola a mi pierna sobre el colchón, golpeando levemente las dulces mejillas una y otra vez hasta que jadeo con fuerza. Maya tomo mi cabello, mi cuero cabelludo empezaba a picar de tantos jalones fuertes, la chica siempre daba batalla y eso era lo mas caliente que alguna vez había visto.
Termine tumbado sobre ella, acariciando con suavidad su cuerpo y entrando lentamente en ella, cosa que la hizo gruñir.
"Mas." Pidió mientras embestía. "Mas Gavin mas." Tuve que besarla para sus gritos no rebasaran las paredes; había una fiesta abajo, decenas de invitados, sus padres, los míos, sus abuelos y Maya solo quería gritar, debía admitirlo era algo fuera de serie.
"Eres una chica mala Maya." Susurre en su oído. "Te importa poco la gente que esta afuera." Ella gimió arqueándose bajo mi cuerpo mientras besaba debajo de su oreja.
"Que se vayan a la mierda." Soltó y quise reír pero no era el momento. "Si, si, estoy cerca." Eso prácticamente mando una señal a mi cuerpo y me encontraba temblando sobre mi bebé.
"Maya, si." Ella solo soltó otro grito que trague con mis labios mientras sentía mi cuerpo estremecerse por completo, caí rendido.
Cubiertos de una capa de sudor, cansados y tibios nos acurrucamos. La mejilla de Maya estaba sobre mi pecho y sentí la mayor felicidad del mundo, una real, me sentí anestesiado de cualquier dolor. Pronto mi bebé estaba durmiendo entre mis brazos.
"No te vayas Gavin." La escuche decir en sus sueños. "No te vayas de nuevo, no me dejes sola de nuevo." Las punzadas de dolor me llenaron. Me hizo falta y le hice falta también.
"No lo haré bebé, nunca mas."
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Memorias de una ex rubia (CALM#2)
Teen FictionOtoño de 1992, Filadelfia. La ciudad es muy pequeña para Mavin.