Narrador omnisciente.
Las últimas semanas de enero Maya no había tenido mucho trabajo, probablemente se debía por las fuertes nevadas o el echo que Blockbuster había abierto una sucursal justo enfrente del Video-Sun, y las grandes promociones empezaban a robarles clientes.
Maya soñaba despierta con estar en su cama, acurrucada en sus cobijas, leyendo o viendo alguna película hasta muy tarde. La realidad era otra, tenía que pasar el tiempo frente al mostrador mientras lo pies se le congelaban. Realmente la estaba pasando mal, encima de su uniforme llevaba un suéter tejido y sobre ese una enorme chamarra de plumas la cual solo podía ponerse cuando atendía la caja, ya que le era imposible moverse.
"Maya ¿piensas dejarlo haya afuera?" Ronnie susurro. "Está haciendo más frío, no tardará en nevar de nuevo."
Giró a sus espaldas discretamente, se encontraba sentada en la alfombra acomodando de nuevo la sección de acción, por los aparadores pudo ver a Gavin sentado fuera local, pasando frío. Se sintió un poco mal, pero no lo suficiente, aunque ella había ocasionado todo.
"Quiero hablar contigo."
"Qué pena porque yo no."
"No me voy a ir hasta que hablemos."
"Como quieras pero mantente fuera del local, ahora largo sino quieres que llame a la policía."
Y como resultado, Gavin regresó junto a su equipo de acampar y se plantó fuera del local. Como si se tratara de un vagabundo, coloco su silla y se envolvió en una manta frente a la puerta. A Ronnie le había parecido muy gracioso e ingenioso lo contrario que a la chica. Girando de nuevo Maya observó como comía de una caja de pizza que no tenía idea de donde había sacado. El saludaba ondeando su mano cada que la atrapaba viéndolo y eso sólo la hacía gruñir, rodó los ojos con cansancio y decidió acomodar la sección de romances, segura de que eso le demoraría todo el resto de su turno.
"¡Ronnie!" Maya grito desde la bodega. "¡Ya podemos irnos!"
Dio un vistazo por el local y no había señales del rubio. Su mirada paro en Gavin, quien levantó el cartón de pizza sobre el escrito: Se fue. Con mayúsculas y bien marcadas letras sobre el pedazo de cartón manchado de salsa. Maya gruño, era lo único que le faltaba.
"Cabron." Susurro entre dientes.
Sintió el frío calarle en el momento que abrió la pequeña ventana dentro del local, Maya siempre había vivido en, Charleston este gozaba de un clima de playa, cálido y con algunos días lluviosos, el frió y la nieve no era algo de lo que ella conociera y supiera sobrellevar. Agradeció que aunque tuvieran una pésima calefacción, al menos los salvaba del fuerte frío fuera.
"Lo sentimos mucho señorita, no tenemos taxis disponibles, es imposible transitar con las calles así..."
"¡Cómo que no hay taxis disponibles! ¡Me tiene que estar jodiendo mire solo consiga uno que..."
Después de tremendas amenazas le colgaron a Maya y está solo maldijo al teléfono estrellándolo en su base. Su mirada fue a parar hacia la calle, la imagen de Gavin envuelto en la manta soplando a sus manos y tallandolas para obtener calor la hizo conmoverse.
"¡Hey!" Dijo asomándose desde la puerta. "Entra." Hizo un ademán con su cabeza. "Hace mucho frió, apresúrate." El chico solo asintió.
Para pronto Gavin junto a todo su equipo estaban dentro del local. La boca del moreno se abrió pero la intención desapareció.
"No digas nada, estoy salvando a tu culo morir congelado." Rodó los ojos. "Si te escucho empezar con tus mierdas de perdón y que quieres hablar, te sacaré. ¿Entendiste?"
Gavin asintió rápidamente y la rubia se giró para caminar hasta el mostrador.
"Trataré de conseguir un taxi." Dijo mientras sacaba el directorio telefónico.
"Maya yo..." Fue interrumpido.
"Shh."
"Pero..." Una vez más
"Shh, te lo advertí." Gruño levantando su mano.
"Es que solo quiero decir que.."
"Bien, fuera. Saca tu culo de aquí y muere congelado." Gavin levantó las manos en señal de rendición y solo cedió a quedarse callado.
Tomo su manta y la extendió en la sección de comedia, justo en medio de romance y acción quedando al frente del mostrador y de una Maya muy ocupada gritándole a alguien por teléfono.
"¡Traiga un tractor una grúa lo que sea que usen pero solo llévenme a mi casa... Claro que no señorita si caminar fuera opción, no estuviera llamándola!" Gruño casi a gritos. "¡Me colgó!"
Gavin hizo hasta lo imposible para no reírse pero fue inútil, la mirada asesina de Maya viajó hasta el y eso le resultó aun más gracioso.
Sería una noche muy interesante.
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Memorias de una ex rubia (CALM#2)
Ficção AdolescenteOtoño de 1992, Filadelfia. La ciudad es muy pequeña para Mavin.