Narrador omnisciente.
Maya se lanzo literalmente pecho tierra o en su caso contra el piso alfombrado, Gavin estaba ahí, en Filadelfia, en su trabajo, justo en el pasillo de alado en la sección de comedias. ¿Cómo? ¿Por qué? Las preguntas ni siquiera fueron procesadas cuando ella ya se estaba arrastrando hasta la bodega como si se tratara de un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial.
Sintió miedo, ansiedad, felicidad, coraje y muchas, pero muchas ganas de salir corriendo al monte mas alto y subirse a la cima, hacerse bolita hasta que un meteorito cayera a la tierra, o mas seguro esperar al año 2000 del que tanto hablaba uno de sus profesores catedráticos y del cual estaba seguro seria el fin del mundo, las maquinas se vengarían de nosotros como si se tratara de una película de ciencia ficción y bueno a lo que vamos... Ella tenia miedo.
Después de todo la "No-Ruptura" que tuvo con el chico Morgan, había dolido como si fuera una en realidad. Por mucho que la ultima noche había sido mágica el regresar a la realidad no lo fue, no despertando sin Gavin, en una banca frente al largo y sola. Sin ninguna visita, sin ninguna llamada. Las dos peores semanas en Charleston, las mas amargas, las mas solitarias que alguna vez haya vivido. Si tenia miedo, miedo a volver a sentirse así de vulnerable otra vez.
Escondida en la bodega con las palomitas y bolsas que la gerente le había pedido se abrazo a sus rodillas, desde ahí podía escuchar su risa y la de Ethan, incluso la de Sophie que era una amargada de lo peor.
Luego de un rato el sonido del timbre y luego el silencio le hizo saber que se había ido y que jamas volvería a cubrir un turno de Ronnie.
...
Gavin Morgan.
No pude poner atención a lo que Addison decía ni mucho menos a lo que salia en la pantalla, realmente me importaba muy poco, mi mente solo podía pensar en una cosa: Maya.
Se suponía que le había dado vuelta a la pagina, se suponía que así debía de ser cuando después de todo ella era la que no quería saber de mi, cuando ella no nos dio ninguna oportunidad. ¿Donde estaría ahora? ¿Tendría pareja ahora? Demonios me sentía patético, eran casi cuatro meses donde había sido un jodido hipócrita forzando a Ethan a superar a Blake cuando yo estaba igual o peor.
"¿A donde vas?" Pregunte en el momento en el que vi a mi hermano casi estar fuera de nuestro departamento. "Ethan."
"Voy con Marcel." No de nuevo Ethan..
"Tenemos que pagar el alquiler la semana que viene." Eso era una advertencia, no dejaría que mi hermano se gastara el dinero de nuevo en los juegos de azar de Marcel. "No pienso cubrir tu parte."
"Te daré mi parte." Dijo de nuevo con ese tono de fastidio, no quería que lo tratara como un niño pero últimamente era así como se comportaba, y miren que era mucho que yo lo dijera. "Te daré hasta el doble, solo deja de meterte en mi vida."
Y se fue azotando la puerta, suspire cansado de los cambios de animo de mi hermano. ¿Que rayos estaba pasando con el? No era ni la sombra del chico sin vergüenza, alegre e hijo de puta que siempre me molestaba o con el que podía bromear y hablar de todo, no era el.
"Amor." Dios como me molestaba el que Addison me llamara así, lo odiaba. "Gavin."
"¿Que pasa?" Pregunte con un intento de sonrisa tan falso como la nariz operada y respingona de la rubia enfrente mio.
"Sabes, yo se que puedes hacer si Ethan no te da el dinero del alquiler." Hablo con su tono de niña adinerada y consentida. "Yo puedo dártelo, yo puedo mudarme aquí y pagar el alquiler."
"No. No me parece." Dije rápidamente, ni siquiera estaba a discusión el tema.
"Pero Gavin." Addison empezó una de sus tantas rabietas. Por dios... ¿Como era que la aguantaba? ¿Esa voz? ¿Esas rabietas en todo momento?
Entonces mire sus ojos, verdes como los de ella, era todo lo que necesitaba... Enrede mis manos en su cabello jalándola hacia mi haciendo que un jadeo de sorpresa saliera de su pequeña y rosada boca, si sus labios eran rosados por el maquillaje en ellos, podían casi ser similares a los naturales y regordetes que eran los de Maya, tal vez nunca su sabor pero ese parecía no desaparecer de mi boca. Su cabello rubio dorado como el de ella, no olía a menta al agitarlo. Jamas desprenderían sus olores, jamas tendría aquellos sabores o se sentiría igual el tocarla pero estaba necio al pensar que eran similares de algún modo. Eso era Addison para mi, me la recordaba vagamente y me gustaba fantasear que llenaba ese vació, me quedaría con ello así mis oídos sangraran con esa odiosa voz.
"Oh Ga-Gavin." Ella balbuceo cuando mis labios atacaron su pálido cuello, no me contuve y la subí sobre mi regazo moliéndola a mi antojo contra mi entre pierna.
Si cerraba los ojos y pensaba en ella, era como si fuera real, como si se tratara de Maya.
"Gavin." Casi podía escucharla maldiciendo. "¡Si!" Sentí como sus labios fueron hasta mi cuello, mientras dejaba caer mi cabeza hacia atrás, no mordía, no chupaba, solo eran besos torpes, Maya estaba siendo torpe esa noche.
"Maya, bebé por favor, no me tortures." Gemí y entonces todo paro.
"¡¿Como mierda me llamaste?!" Una furiosa ratita rubia me miraba con molestia.
La había cagado... ¡Bravo Gavin!
ESTÁS LEYENDO
Memorias de una ex rubia (CALM#2)
Teen FictionOtoño de 1992, Filadelfia. La ciudad es muy pequeña para Mavin.