17. Apuestas y promesas

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Gavin. 

Cuando escuche la puerta abrirse lo primero que pude sentir fue una enorme emoción, guarde los boletos de viaje en mi bolsillo, era una sorpresa para Maya, la había escuchado tanto hablar de como deseaba ver a Pearl Jam en vivo que incluso escuchaba su voz en mis sueños, mi conciencia diciéndome, si tu chica quiere ir, es tu deber hacer algo idiota. Así que lo hice, conseguí dos boletos para el concierto en Spokane, y otros dos  a muy buen precio pues volaríamos hasta Washington. La intención de decirle a Maya sobre los boletos desapareció en el momento en que la vi entrar, su mirada lucia perdida y no había señales de una sonrisa en su fino rostro. 

"Bebé." Hable en voz baja y ella solo hizo una mueca. "¿Maya estas bien?" Dije antes de levantarme del sillón y caminar hasta ella, el cabello caía sobre su rostro que tenia la mirada en el piso, ¿que rayos estaba pasando? el miedo me envolvió, ¿acaso había echo algo mal? 

"Quiero dormir, solo dormir." Su voz sonaba tan casada. 

Era extraño, envolví a Maya en mis brazos y ella no se alejo, al contrario, pude sentir como me olía, ella restregó su rostro sobre mi camiseta del equipo. Tenia entrenamiento a las siete, y tenia la intención de invitarla, su amiga Alice siempre estaba ahí y me reclamaba por no llevarla conmigo, no la invite, incluso me quede con ella hasta que se quedara dormida, no iba a estar tranquilo hasta que eso pasara, llegue tarde al entrenamiento y tuve que correr tres vueltas mas de las habituales pero valió la pena. 

"Buenos días." Salude al ver a mi chica entrar a la cocina, su cabello estaba revuelto y alborotado, mi camisa de los Bulls era lo único que llevaba dejándome ver sus lindas piernas.

"Hola." Dijo esta vez luciendo mas como ella y no un zombie, miro la comida sobre la pequeña mesa y mordió su labio para después darme una sonrisa. "¿Cocinaste tu todo esto?" 

"Solo para ti." Ella sonrió una vez mas y camino hasta mi para darme un corto beso sobre los labios, quiso escapar pero antes de que pudiera la coloque sobre mis pies y tome su rostro con fuerza, jadeo acomodando sus brazos alrededor de mi cintura y dejando mi lengua entrar en su deliciosa boca con sabor a dentífrico. 

"Que as-co." La voz de Ethan nos hizo separarnos, el siempre tenia esa cara de perro enfadado cuando nos veía besarnos, el pobre estaba solo, nadie lo quería, por feo y amargado, estaba realmente empezando a considerar sacarlo a patadas del departamento. "Buh, equipo de mierda." Dijo refiriéndose a la camisa de los Bulls. "Los Knicks patearan su trasero." 

"¿Bromeas no es cierto?" Dije sentándome en una silla, Maya se encontraba sirviéndose hot cakes en un plato y fruta que había recién picado. "En la puta vida los Knicks podría con los Bulls." Maya termino y antes de que se sentara en la otra silla la jale para que fuera mi regazo el que disfrutara de su trasero sobre del. 

"Gavin." Gruño. "Compramos las sillas por algo." 

"No quédate aquí, dijiste que querías asientos de piel ¿no? Lo dijiste la otra noche, cuando hablabas de lo bonito que era el carro rubí ese en el que..." Ella frunció el ceño, sabia exactamente de que habla. 

"¡Demonios cállate!" Dijo en voz alta. 

"Solo considerame un asiento de piel bebé." Le guiñe un ojo y ella solo se removió aun mas incomoda sobre mi. "Un lindo y besable asiento de piel, junto con una gran y gruesa palanc..."

"Cállate."

"Si Gavin cállate." Ethan la apoyo, las migajas de pan caían de su boca. "Eres un cerdo."

"Pero si hola hermano." 

"Mejor hablemos de que apostaremos para la temporada." Me encogí de hombros, los Bulls no me defraudaría de ningún modo.  

Memorias de una ex rubia (CALM#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora