Maya.
"Morgan, Henderson, ustedes son mis mejores empleados..." Mi jefe sobo su abultado estomago, mire a Ethan de reojo, tenia esa sonrisa cretina en el rostro fingiendo ser amable y lamiendo las botas del señor Watson como era su costumbre. "Así que los he llamado para motivarlos un poquito mas, como saben cada mes regalamos un jamón, un rico jamón ahumado al mejor empleado, este mes serán las cosas diferentes." De su bolsillo saco un juego de llaves, uno que no me pareció familiar. "El que venda el precioso torino, se ganara un auto aun mejor que ese, una preciosidad."
Al principio pensé que se trataba de un a broma, el torino era uno de los autos mas costosos, cuando vas a un lugar de autos usados lo que esperas es uno barato no uno caro, en ese caso era preferible comprar uno nuevo. Ethan y yo nos dedicamos una mirada, lo sabia, el también pensaba que era una buena broma por parte de Watson, era casi imposible vender el torino, los clientes huían cuando miraban la cifra.
"¿Planea bajar el precio del auto señor?" Pregunto Ethan y Watson lo miro con los ojos bien abierto, el no consideraba la idea en absoluto.
"No, ese auto me costo mucho reconstruirlo, el precio sigue igual, no voy a regalar mi dinero a nadie." Afirmo nuestro jefe. "Confió en ustedes dos, no le digan a Carmen al respecto, si ella sigue aquí es porque soy un buen cristiano y no dejaría a esa mujer en la calle."
Ambos asentimos y diez minutos después volvimos al trabajo. Debía de vender ese torino.
...
"Hola." Levanto la vista para encontrarme con una chica probablemente de mi edad, ella sonríe pasando un mechón de su cabello castaño por la parte trasera de su oreja.
"Hola, bienvenida a Watsons ¿en que puedo ayudarte?" Le digo saliendo de mi escritorio, la chica es alta aun con mis tacones no logro estar a su altura.
"Busco un auto, uno que no sea complicado de manejar." Escucho su acento, es extranjera, podría jurar que es británica por todas las veces que he visto Sid y Nancy, su acento es parecido al de los personajes.
"Seguro, te ayudare a encontrar algo, ven conmigo." Ella asintió y me siguió caminando a mi lado, le señale algunos modelos y ella hizo algunos gestos de agrado y desagrado. Supe algunas cosas de la chica, su nombre era Isabel, era estudiante y era de Inglaterra, al parecer al fin había dado con lo que ella buscaba."Que tal este." Le mostré uno de los mas baratos, y sencillo auto sin nada ostentoso.
"Es lindo." Dice ella mirándolo de lado izquierdo.
"¿Isabel?" La voz de Ethan la hizo levantar la mirada. "Hola." Dijo el con una sonrisa idiota, es una sonrisa nueva, una sincera.
"Ethan." Ella también sonrío esta ves mostrando sus dientes, y sus ojos llegaron a brillar, los de ambos."No sabia que trabajabas aquí." En ese momento me sentí fuera de lugar, espectadora o mas bien sobrante de la conversación, tuve que carraspear para obtener la atención de ambos quienes me miraron como si fuera una jodida molestia. Que va.
"¿Maya puedo hablarte un segundo?" Legue pero el me toma del brazo con fuerza. "Por favor." Bufo y asentí, me disculpe con Isabel y le pedí un minuto. "Dame la venta."
"¿Que?" Me rió. "¿Crees que soy estúpida?" El sonríe y ladea su cabeza antes de abrir la boca. "Ni siquiera me contestes, largo, tengo que vender un auto."
"Por favor." Me pide volviendo a tomarme del brazo. "Si lo haces prometo dejarte ganar, prometo nunca, nunca promocionar el torino, solo dame esta venta."
"Promete que no volverás a robarme otro cliente, ni a comerte mi cereal." El frunció el ceño. "Promete que dejaras de quejarte sobre tu hermano y yo, y de acusarnos con la gente de tener sexo en todos lado." El rodó los ojos pero asintió. "Y sobre todo promete que no vas a usar mi shampoo."
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Memorias de una ex rubia (CALM#2)
Teen FictionOtoño de 1992, Filadelfia. La ciudad es muy pequeña para Mavin.