Capítulo 33

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-Quiero proponer un brindis -dijo Derek levantando la copa. Aún estaban en la playa, habían acondicionado un lugar para celebrar el matrimonio, había tres mesas y con apenas diez sillas. Todos se levantaron de sus asientos y cogieron sus copas-. Muchos de los que estamos reunidos en este momento hemos visto como ha florecido este amor, como a pesar de lo que les ha pasado han seguido juntos y aunque son jóvenes son maduros y se aman como nadie, los felicito por esto, pero por favor, aún no quiero sobrinos -en ese momento el padre de Sasha tosió y se tocó el pecho-, y al parecer Thomas aún no quiere nietos ya que casi le da un ataque, pero bueno a lo que voy es que sean muy felices , nosotros estaremos para apoyarlos en lo que necesiten. Salud.

-Salud -todos elevaron sus copas y las chocaron unas con otras.

-Yo también quisiera decir algo -dijo Thomas y suspiró-. El tema de los bebés lo trataré otro día -gruñó-. A pesar de no estar presente en cada momento de su relación, con el tiempo que conversé con Ian me di cuenta de que te ama Sasha, que eres su mundo, es por eso que dejé que te pidiera matrimonio, con él vas a ser feliz mi vida, sí, él me pidió permiso -contestó la pregunta no formulada de Sasha-, supo convencerme el muchacho -rio y los miró-. Deseo que sean felices y hoy solo disfruten, después arreglaremos los problemas.

-Muchas gracias señor -Ian se acercó-. Le prometo que Sasha será feliz.

-Lo sé Ian, confío en ti.

Pusieron música e Ian y Sasha salieron a inaugurar la pista de baile, se movían al compás de Thousand Years de Christina Perri. Los faroles se encendieron y le dieron un aspecto romántico e íntimo al lugar, poco a poco todos comenzaron a salir. Sasha bailó con su papá, luego con Derek, con Oscar y por último con el padre de Alia. Regresó donde Ian y este le tomó la mano.

-¿Ya te dije que tengo la esposa más hermosa del mundo?

-No -sonrió y pasó sus brazos alrededor de la nuca de Ian.

-Pues la tengo -la besó en los labios y la tomó de la cintura-. Este es solo el inicio, después nos casaremos por la iglesia y viviremos juntos.

-Y luego tendremos hijos.

-Shh... -rio-. Cuidado nos escucha tu papá.

-Se debe hacer a la idea en que algún día tendremos hijos, yo quiero dos. ¿Y tú mi amor?

-Tres o cuatro -la besó de nuevo-, quiero que seamos una familia muy grande.

-Oye tampoco, hasta tres te acepto -le jaló un mechón de cabello y sonrió.

-Bueno. No nos amarguemos ahora, ya después veremos si tenemos cinco o seis.

-Tres. No soy conejo.

-Es una broma mi amor, con cinco me conformo.

-¿Tienes una obseción con "Más barato por docena"?

-Boba -rio-. Aunque no es mala idea.

-¡Ja! Ni creas, hasta tres.

-¿Por qué? -hizo un puchero.

-Porque tu no lo vas a cargar nueve meses en tu barriga, yo sí, así que yo digo que hasta tres.

-Lo que tú digas mi amorcito.

-Muy bien mi vida.

Ambos rieron y se alejaron de los demás, caminaron tomados de la mano por la playa, hacia frío así que Ian la rodeó con su brazo, ninguno decía nada mientras caminaban, solo miraban el mar.

-¿Cuál es el plan para cuando regresemos?

-Irás a tu casa como si no hubiera pasado nada hoy, para tu mamá seguiremos separados por lo menos hasta que tu papá sepa porque tu mamá me odia, luego ya podremos vivir juntos.

A través de los siglosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora