-Solo imagínenselo -dijo Oscar.
-No -respondieron al unísono.
-No sean así, inténtenlo. Haber, cierren los ojos -todos pusieron los ojos en blanco, pero igual obedecieron-. Una vaca gigante clavada al piso y que de ella cuelguen miles de vaquitas -sonrió-, sería increíble algo así.
-Lo increíble es que puedas inventar tonterías como esa a esta edad -Derek se puso a su lado y rio-. Salgamos, no hacemos nada aquí viéndonos las caras.
Ian, Sasha y Derek cogieron sus cosas y salieron primero, dejando atrás a Alia y a Oscar. Ninguno sabía como actuar después de aquella confesión, Alia ni siquiera lo miraba y eso le dolía. Expulsando el aire contenido en sus pulmones decidió tomar la iniciativa. No podía salir tan mal, ¿verdad?
-Eh... Alia yo -cerró la boca antes de seguir haciendo de tonto frente a Alia y miró hacia el suelo. ¿Por qué era tan difícil? Suspiró y levantó el rostro para encontrarse a Alia a pocos centímetros de él-. Yo... -suspiró-. No sé por que estoy tan nervioso.
-Yo tampoco lo sé -sonrió tímida-; hemos sido amigos por mucho tiempo, creo que no deberíamos estar así de nerviosos, digo, nos conocemos muy bien y no hay nada que no sepa uno del otro.
-Tienes razón -le tomó y entrelazó su mano con la de ella, la unión era perfecta-, siempre has sido mi voz de la razón, siempre has estado ahí, siempre has sido tú -Alia trató de responder, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta-. Nunca me cansaré de decir que fui un idiota al no darme cuenta antes de lo que sentías por mí y de lo que yo sentía por ti. Perdóname, te lastimé y ahora... -no pudo continuar porque los labios de Alia lo callaron por completo.
Era un beso dulce y lento, pero lleno de pasión y de sentimientos callados. Un suspiro salió de los labios de Oscar al sentir la calidez de Alia, era la primera vez que ella tomaba la iniciativa y eso le encantaba. Las manos de Alia sujetaban el cuello de Oscar mientras que él la sostenía por la cintura; Oscar tocó los labios de Alia con la punta de su lengua para pedirle permiso, ella lo dio, pronto aquel beso tan dulce se convirtió en uno más salvaje, pero seguía teniendo lo esencial: amor.
-Alia -susurró contra sus labios y luego le tomó el rostro entre sus manos-. Te amo.
-
-¿Por qué demoran tanto? -preguntó Derek mientras colocaba la toalla sobre la arena-. Voy a verlos.
-¡No! -se apresuró a decir Ian antes de que Derek corriera hacia la casa-, de seguro está buscando algo -. No sabía si era un secreto, pero no diría nada, ellos debían hacerlo -. Mejor vamos acomodando bien las cosas.
-¡Oh no! Eso lo haremos Derek y yo, tú te quedas allí sentado -señaló la toalla que había puesto Derek anteriormente.
-Mi amor, estoy bien -entendía la preocupación de Sasha, pero ya se estaba pasando.
-Bien, bien -suspiró-, pero nos avisas cualquier cosa Ian.
-Claro -le dio un beso en la frente y se acercó a Derek para ayudarlo a acomodar las cosas.
El día era espectacular, el cielo estaba totalmente despejado dejando que el sol se muestre por completo. Ian y Derek terminaron de acomodar las sillas y dos minutos después aparecieron Alia y Oscar, él la llevaba como caballito mientras ella reía a carcajadas; el primero en verlos fue Ian quien sonrió y susurró "Por fin" aunque nadie lo escuchó; Sasha y Derek los vieron, pero no notaron nada raro, después de todo así se comportaban antes de que Oscar se fuese a Londres.
Alia se bajó de un salto de la espalda de Oscar y se colocó a su lado, lucía feliz, resplandeciente y tenía un brillo en los ojos que Sasha no había visto hace mucho, Derek también lo notó y no tardó ni medio minuto en atar cabos, abrió los ojos como platos y gritó:
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A través de los siglos
عاطفيةElla tiene muchos amigos. Él está completamente solo. Sasha siempre ha vivido rodeada de lujos y comodidades, tiene los mejores amigos que una chica de dieciséis años puede desear y un talento innato para la música, pero se siente vacía. Ian des...