XIV

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Esa misma noche luego de que Harry me fuera a dejar a casa, soñé con él, más bien soñé con su rostro y su sonrisa. Fue un buen sueño hasta que unas tremendas ganas de orinar se me presento y tuve que salir de el.

Apenas era las diez de la mañana y yo me encontraba al lado de Matilde siendo bombardeada por una serie de incesantes y molestas preguntas sobre "que paso a noche"

Le explique," fuimos a bailar, bebimos mojitos, baile con sus amigos, lloré cuando se fueron y volvimos a aquí, simple como eso" pero no se quiso creer tan llana explicación y mi cabeza en este momento no era la más cuerda por el alcohol que aún sirculaba por mi sistema.

Observé a Matilde alejarse de mi y dirigirse a la entrada, ya que la puerta principal estaba siendo tocada. Escuché varios y fuertes pasos aproximarse hasta la cocina y luego un Harry extremadamente apuesto entró.

El punto no era que Harry estaba estupendamente bien vestido, si no que yo parecía Fiona, mi cabello hacia todos lados, mi rostro sin quitar todavía el maquillaje de anoche, y una simple y larga camisa cubriendo mi desnudo cuerpo. El susto que me ocasionó ver a Harry haí, me hizo caer al piso, dándome un golpe en las nalgas y que para el colmo de los desmadres se me hubiera subido hasta las caderas la simple y cómoda camisa blanca, dejando a relucir mis diminutas bragas de encaje rojo. Cuando levante mi vista, me tope con esos orbes esmeralda viéndome directo y sin preámbulo, cerré mis piernas y acomode mejor la prenda.

- no esperaba este recibimiento- dijo luego de haberme ayudado a parar.

- estúpido - dije mientras le pegaba en el brazo. Me separe de él y me dispuse a recoger mi desordenado cabello en un moño, cuando termine de tal acción, me giré para ver a Harry, llevándome una muy sensual sorpresa? Observé la mirada que en ese momento Harry me daba, sus ojos estaban oscuros y sus pupilas dilatadas, su respiración agitada y cuando mi vista bajo, pude encontrarme con una sorprendente y marcada erección.

- no vuelvas a hacer eso - dijo él, lo observé confundido sin saber a que se refería con las mejillas encendidas de rojo- cuando te giraste para arreglar tu cabello, la camisa se subió dejándome una explendida vista de tu cuerpo.

- yo, lo siento, no te esperaba- dije tratando de alargar más ese pedazo de tela.

- me pude dar cuenta- dijo con su voz ronca y llamativa.

- voy a tomar una ducha ahora regreso - dije para salir disparada de la cocina y dirigirme a mi habitación.

Al llegar a esta me recoste en la pared del baño, tratando de que la calentura que hasta el momento me recorría se disipara un poco.

Me desprendí de lo que en ese momento me cubierta y entre a la ducha. Abrí la llave y deje que el agua fría me recorriera, para así bajar mi temperatura corporal unos cuantos grados.

Varios y deliciosos minutos después salí del baño y envuelta en una toalla me adentré al closet. Elegí unos pantalones ajustados negros, una franela color negra con una chaqueta de piel, me puse mis botines negros y luego me dispuse a ponerme algo de color en el rostro, cuando ya estaba lista, salí de la recamara y baje las escaleras, encontrándome a Harry al final de esta.

- te vez hermosa- dijo cuando estaba a su lado- pero me gustaba más el vestuario anterior- dijo en tono picaro.

- oye- dije toda sonrojada.

Negando con la cabeza, volvimos a la cocina donde Matilde estaba tomando café.

- Harry cariño deseas algo de beber- pregunto ella en tono maternal hacia él.

- me gustaría un poco de agua, algo que paso hace rato me dejo con la garganta seca- yo que en ese momento bebía de la tasa de Matilde, escupi el sorbo de café que tenía en mi boca, comencé a toser y observé con ojos acusadores a Harry, él por el contrario me veía pícaro.

Algo que había observado en este tiempo de conocer a Harry y luego de que se me haya declarado hace un mes, fue que es un pervertido un muy sexy pervertido. Había descubierto muchas e innumerables cosas referente a él y a su sexualidad, como por ejemplo perdió la virginidad a los catorce ya se imaginan cuán promiscuo puede llegar a ser. Le encanta decir cosas con dobles sentidos, ama acariciar donde no debe y cuando no debe, a él no le importa un comino que haya personas delante, si se le antojo agarrarte un seno el te agarra un seno y listo. Le encanta y no tengo jodida idea de por que, besar y lamer el cuello y detrás de la oreja, así que más te vale siempre tener esas zonas impecables para su asalto. Pero todo lo anterior dicho no fue precisamente por que me tocó sentirlo o presenciarlo, algunas cosas si pero no todas.

Salí de mis extraños pensamiento, para encontrarme con la mirada lujuriosa de Harold mientras bebía de su vaso, rodé los ojos y observé a Matilde quien me observaba pícara.

- por qué me miran tan extraños, en especial tú? - pregunté señalando a Matilde en el proceso.

- por nada - dieron al unísono.

- sí me disculpan yo me retiro- dijo ella, levantándose de la mesa y saliendo de la cocina.

- deja de pegarle malas mañas a Matilde, pervertido sinvergüenza- dijo dándole en el brazo, haciendo que él estallara en carcajadas.

- yo no le he pegado nada a nadie, pero tengo algo que si quieres te puedo pegar- dijo mordiendo su labio inferior.

- Harold controla tu fuego- dije riendo.

- bueno señorita me da vergüenza ver tu mirada pícara, desees salir a dar un paseo con el señor Harold controla tu fuego?- pregunto con una ceja levantada.

- me encantaría señor Harold controla tu fuego- dije sonriendole y levantandome de la silla.

Tú me ayudarás a olvidar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora