4- El colegio y la discusión

643 58 13
                                    

El teléfono suena incesantemente, Eriol siente un pequeño pie que se le clava bajo las costillas en el costado derecho se revuelve en la cama y casi se cae de la misma, en algún momento de la noche la pequeña Nakuru se metió en su cama y se adueñó de ella, convirtiendo así el resto de la noche del mago en una pesadilla de patadas. Medio adormilado toma aquel infernal aparato que no dejaba de sonar.

―Diga ―dijo en un tono de pocos amigos mientras intentaba moverse sin despertar a Nakuru.

―Buen día Eriol ¿Qué tal tu primer día como padre?

―¿Qué quieres Yuuko? No estoy de humor.

―Se nota ―agregó entre risas la bruja―. Solo quería avisarte que Nakuru está anotada en el colegio Saint Georges, en un rato tiene que llegarte su uniforme y demás. Tienes que llevarla en lo posible antes de las nueve...

―¡¿Qué?! ¿Por qué a ese lugar?

―Me sentí mal por ti ayer así que la inscribí y pensé que lo mejor sería un lugar que ya conoces, aunque vas a tener que terminar de hacer el papeleo. Suerte ―y sin más la llamada terminó, e instantes después sonó el timbre.

El mago salió de la cama, tomó la bata y se la puso mientras caminaba hasta la puerta, donde se encontró con un mensajero que le dejó una caja y se retiró. Dejó el paquete en la sala, miró el reloj en la pared que marcaba las 7:45 y después de dudarlo un momento tomó el teléfono y llamó al número que el día anterior le había dado la amatista.

―Hola, ¿Quién es? ―la dulce voz de Tomoyo salió a través del aparato.

―Buen día Tomoyo... ¿te desperté?

―Eriol, buen día, no hace un rato que estoy despierta ¿sucede algo?

―Bueno, Yuuko me acaba de avisar que Nakuru está anotada en un colegio, tengo que llevarla y terminar el papeleo y ¿me preguntaba si...?

―¿Si puedo acompañarte y ser otra tutora de Nakuru? Claro no hay problema.

―Buenísimo, aunque solo iba a preguntarte si te podía anotar como otra tutora, pero en verdad seria genial si puedes acompañarme hay personas en ese colegio que no me agradan.

―Ok, ¿pasan por mí?

―Sí, en cuarenta minutos donde te dejamos ayer.

―Genial, estaré esperando, nos vemos.

Cuando Eriol colgó el teléfono noto que una enorme sonrisa se había instalado en su rostro. En verdad extrañaba a la amatista, después de todo ella siempre había estado allí para él y más desde que Sakura se fue a China con Shaoran. Tomoyo y él se habían vuelto muy buenos amigos, más que amigos dirían algunos, y ahora Eriol sólo podía preguntarse "¿Por qué rayos me fui sin decirle nada?"

Aún con su mente algo perdida despertó a Nakuru y la ayudó a vestirse.

―¿Por qué tengo que ponerme esto y no la ropa que compramos con Tomoyo ayer?

―Porque tienes que ir al colegio y allí debes usar ese uniforme ―respondió el mago mientras servía el desayuno.

―No quiero ir, quiero quedarme a jugar.

―Tienes que ir, allí jugaras con otros niños.

―No quiero, no quiero, no quiero ―insistió la niña cruzándose de brazos y haciendo puchero, cosa que a Eriol le recordó las veces que él había hecho eso de niño.

―Quieras o no iras a ese colegio señorita. No quieres que me enoje Nakuru ―y ese fue el final de la conversación, al igual que tanta veces había sucedido con su padre.

¿Y mi mamá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora