Finalmente la nueva familia Hiragizawa se encontró recorriendo un centro comercial, y terminaron cargando más bolsas y paquetes de los que la amatista esperaba.
—Eriol, ¿No te parece que me estas comprando demasiadas cosas? No nos vamos por un mes.
—Ya sé, pero pensé que sería bueno que dejes algo de ropa en casa, después de todo te estas quedando más con nosotros que en tu departamento —respondió el mago con una sonrisa de lado.
—SIIII, mami se va a quedar con nosotros —comenzó a canturrear la pequeña Nakuru mientras saltaba delante de Tomoyo, quien le lanzó una mirada asesina al mago.
—Tú lo haces a propósito, quieres que definitivamente ya no vuelva a mi departamento —dijo entre dientes la amatista.
—¿Cómo puedes pensar así de mí? —se quejó Eriol exagerando— de mí que sería capaz de hacer cualquier cosa por ti —concluyó mirándola intensamente a los ojos, lo que provocó que la amatista se sonrojara.
Hacía demasiado tiempo que Tomoyo no se sentía así. Nadie la confundía tanto como Eriol con sus miradas, sus acciones y cada palabra que le decía.
"Ahí está de nuevo ¿Por cuánto tiempo harás lo que sea por mí?
Dile lo que sientes ¿de qué te sirve discutirlo constantemente conmigo? Ya sabes que estoy loca por él y siempre voy a estar de su lado.
¿Por qué me lo pidió a mí? Seguro que ayer habló o se vio con ella.
¿O puede que haya aprendido y la mandara a freír churros?
Seguro que eso no... él haría cualquier cosa por mí pero el doble por ella. Kaho tiene magia y con eso no puedo competir."
Tomoyo terminó de discutir consigo misma y volvió a prestarle atención a Eriol y Nakuru, y no pudo contener la risa al ver como el pelinegro corría tratando de atrapar a la niña que se movía flotando a unos cuantos centímetros del suelo. Luego de unos instantes el mago atrapó a la pequeña y con una mirada seria la regañó.
—¿Qué dijimos de hacer magia en público? —dijo sin despegar sus azules ojos de la niña, quien rápidamente hizo puchero y buscó con la mirada a Tomoyo—. No señorita no busques ayuda en tu madre —la amatista sonrió al escuchar esto, realmente la hacía feliz tener una familia, aun cuando está era de mentira.
—Pero no sé cómo pasó, yo solo estaba feliz porque mamá se va a quedar con nosotros —Eriol suspiró y suavizó un poco su mirada antes de bajar a la niña.
—Vamos a comer, luego me ocuparé de eso.
Almorzaron sin tocar el tema y después de dar unas vueltas más volvieron a la casa para terminar de prepararse. Mientras Nakuru jugaba con Spinel la pareja se encontró preparando una maleta con algunas prendas.
—¿Tomoyo me vas a decir que pasó finalmente ayer? —preguntó después de un rato el mago. Tomoyo lo miró algo intrigada—... de repente te fuiste y yo no me trago eso de que tenías mucho que hacer, ambos sabemos que te has saltado muchas cosas por Nakuru y en verdad no perderías mucho tiempo por quedarte a desayunar.
—Solo fue eso, lo creas o no —respondió la amatista desviando la mirada y centrándose en la ropa de Nakuru que estaba acomodando en la maleta— ¿Tú quieres explicarme que fue esa repentina fiebre?
—Según el doctor no hay causas físicas y como la magia no ayudo en nada solo me queda pensar que fue la magia de Nakuru expresando los sentimientos de nuestra pequeña...
—¿Quieres decir que estaba así porque estaba molesta conmigo? —preguntó la amatista dejando lo que hacía y centrando sus ojos en el mago.
—Básicamente sí... ¿Ahora sí me vas a decir porque te fuiste? —insistió Eriol acercándose más a la amatista.
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¿Y mi mamá?
FanfictionEriol despierta después de una de las peores noches de su vida y simplemente no puede creer lo que le esta sucediendo. Sabia que sus guardianes estaban molestos, pero nunca espero que llegaran a tanto. Ahora tiene que revertir un hechizo y en realid...