Capitulo 15: Mas allá de los sueños

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Tumbada en una manta de picnic miraba el pergamino de estrellas, eran realmente bellas, me recordó al momento en que mi madre y yo buscábamos constelaciónes cuando íbamos a acampar. Una lágrima rozó mi mejilla.

—¿Estas bien?—habló Jack, que estaba sacando un par de manzanas una verde y una roja.

—Sí.

El se acercó y me entregó la manzana verde.

—¿Seguro que estás bien?

—Sí, ¿Porque crees que no lo estoy?

—Porque mientes—. Me miró fijamente y me sentí descubierta.

—¿Cómo lo sabes?

El se sento de nuevo y dejó de mirarme.Tomó la manzana y le dio un gran mordisco.

—Porque leo la mente—dijo con la boca llena de comida.

Inmediatamente me sentí como si estuviera desnuda frente a el, ¿Desde cuando habría estado leyendo mi mente?.No pude evitar sonrojarme.

—¿Desde cuándo?—fingí una tos.

—Pues la verdad es que es difícil leer tu mente—. Se acercó más a mi.

Estaba ruborizada y el me miraba. fijamente.

—Solo lo logro hacer cuando estoy muy cerca de ti—. Sonrió, tenía un pequeño brillo en sus ojos.

—¿Y qué tan cerca?—Dije casi en susurro.

—Así...

Se interrumpió al posar sus labios en los míos, sus labios sabían a jugó de manzana. El beso fue mucho más tierno que el pasado, quizás porque esta vez no estaba tan estática como la vez anterior.

Deslicé mi mano por su cabello rubio y sin querer le di un tirón fuerte a uno de sus rizos.

—Auch..

Jack se acaricio la cabeza y me sentí tremendamente apenada.

—Lo siento.

Hice pequeños rizos con mis puntas, siempre los hacía cuando estaba apenada.

—No es para tanto, no se puede culpar a la gente por su falta de experiencia—. Silbó y entorno los ojos.

—¿Qué?

Me sentí ofendida.

—¿Quisiste decir que tengo mal experiencia?

Me toqué el pecho como si me doliera

—Pues déjeme decirle señor que esta chica con poca experiencia, es muy buena en lo que hace.

—¿Ah si?—Se pasó la mano por la barbilla fingiendo pensar—¿Y cómo puede probar eso señorita?

Me acerqué a él, lo rodeo con las manos y le di un beso mucho más apasionado que el que nos habíamos dado hace poco. Yo nunca perdía un pelea ni menos con Jack. Seguí besándolo y haciendo círculos en su cabello.

Alguien carraspeo y ambos nos acomodamos.

Era Miller quien nos miraba, con los barzos cruzados. Tenía el cabello despeinado y algo en él me hizo sentir que no estaba bien.

—A ver Miller ¿Qué quieres?—Dijo Jack de manera tan grosera que le pegué un codazo en la espalda.

—Pues primero que todo, yo venía a recordarles que son las 1:00 a.m y los horarios dicen que sólo se puede estar hasta las 12:00 a.m fuera de la cabaña.

—Ya lo sabemos, y gracias Miller por recordarnos—. Respondió Jack de nuevo de forma grosera.

Fuego Azúl [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora