Fuego Azúl [Libro #1]

Capitulo 30: Una pista en el buzon

12:30 de la mañana, el clima era mas cálido, solo llevaba una camiseta con mangas y unos vaqueros vintage.

Veía un concurso de natación. La natación siempre había sido uno de mis deportes favoritos, de pequeña asistí a clases de natación pero como mi mamá pasaba constantemente viajando de un lugar a otro no las logré terminar, a la ultima ciudad que nos trasladamos fue a Texas donde pase toda mi adolescencia y es el lugar donde actualmente vivía. Lo que nunca logré comprender fue porque mi mamá decidió pasar tanto tiempo en la ciudad donde se encontraba la montaña Heims, ella siempre me quiso mantener alejada de todo esto y sin pensarlo me metió prácticamente en la boca del lobo, o quizás si lo pensó y ha debido tener una razón.

Alguien tocó la puerta. Dejo la malteada en la mesilla y abro la puerta, un mensajero dejaba algo en el buzón. Corrí hacia él, pero antes de llegar a él, se marcha rápidamente en su bicicleta.

-¡OYE!-. Grito, pero ya es tarde el chico estaba lejos pedaleando aceleradamente.

Reviso el buzón y hay un sobre pero sin remitente. Adentro de el hay un mapa con una gran flecha roja en un desierto a muy pocos kilómetros de aquí.

En la parte superior del mapa hay unas letras en mayúscula:

"VEN A VERME PRONTO"

Un frío recorre mi cuerpo, esto me lo había mandado Jack. Una gran emoción y un poco de miedo me hace sobresaltar.

Esperaría a que llegara Miller y contarle de esta excelente noticia, ya sabia donde estaba Jack.

Entre de vuelta a la cabaña y continúe viendo mi programa, mientras tomaba mi malteada de fresa.

Pasaron aproximadamente 3 horas para que llegara Miller con bolsas acompañado de Lacey, ambos estaban sonrientes y Lacey un poco ruborizada, me pregunté que habrían hecho en el camino y me vinieron imágenes desagradables de Miller y Lacey teniendo sexo en el auto.

-¿Por qué tanta alegría?-Pregunté apretando la copa de la malteada.

Miller me quedo mirando y señalo mi copa de malteada. La copa estaba rota por la fuerza con la que lo había presionado. Toda la malteada se había derramado en mis vaqueros y otra parte en la alfombra, era una bella alfombra.

-¡Oh Por Dios! ¿Rachel estas bien?-. Lacey me miro con preocupación

Me mire la mano tenia varios pedazos de vidrios clavados en la palma. Mi mano era una mezcla de malteada de fresa con sangre.

-Iré por el maletín de primeros auxilios-. Ladeó la cabeza Miller y movio la boca diciendo algo que logre entender: "Tonta"

Le saqué la lengua y el me respondió de igual forma.

-Se comportan como niños-. Rió Lacey-Ustedes los fuego azul parece que las fuerza les arrebatara la inteligencia, deberían saber que con un pequeño apretón de un fuego azul rompe una copa de malteada.

Miller apareció con el maletín de primeros auxilios.

Lacey lo abrió y saco algodón, gaza, alcohol y una toalla. Me retiró los vidrios y los restos de malteada con la toalla y quedaron visibles las varias heridas donde brotaban sangre. Los ojos de Lacey se iluminaron de una manera extraña, como si mi mano fuera la pizza mas deliciosa de Nueva York. Miller la apartó de mí.

-Dame la toalla, esto es demasiada tentación para ti.

Los ojos de Lacey volvieron a la normalidad y se marchó.

-¿Qué le pasa a ella?-. Miller tomó el algodón y le unto alcohol.

-Esto te va a arder.

-¿Qué le pasa a ella? ¿Por que dijiste que era una ... ¡Auch!