Una ráfaga de viento alborota mi cabello acomodado en una coleta, era un viento frío, esos que te colocan los pelos de punta. Estaba volviéndome paranoica quizás de tantas cosas malas que me habían pasado.
La pequeña Evelen corría detrás de Miller, se veía tan sonriente con aquella niña rubia. Una pequeña lágrima escapó de mis ojos.
—¿Que pasó pequeña fuego azul?—. Me sobresalte al escuchar la voz de Estela.
—Él se ve tan feliz—. Me fijo en Miller con aquella niña—. Si tan sólo yo pudiera.
—¿No se lo has dicho?
—Yo...
Miller se aparece con Evelen en los brazos ligeramente sudado.
—Esta niña es un torbellino de energía. Así será nuestra pequeña cuando esta chica me de la oportunidad de ser padre—. Miller toca mi vientre—. Quizás no quieras engordar, pero no te preocupes te amaré así, siempre serás hermosa Rachel.
Miller junta sus labios con los míos y me toma por sorpresa, no le respondo como es debido.
—¿Qué pasa?—. Miller nota mi rechazo.
—Nada, sólo estaba pensando que tengo asuntos pendientes que hacer.
Camino tan rápido, que llego a un punto de que estoy corriendo y me detengo, una debilidad me acompaña últimamente. Es como si estuviera enfebrecida a cada minuto, le conté de ello a Estela y dijo que mi cuerpo se estaba adaptando al demasiado fuego azul presente en mi cuerpo. No me pareció algo del todo malo hasta que empecé a intentar quedar embarazada y no pasaba, ahí fue cuando Estela llegó a la conclusión que como cualquier sangre azul completo yo era estéril. Tenia demasiado fuego del permitido lo que me daba esterilidad y a penas podía vivir.
Estela estaba a punto de usar algo en mi, un catalizador. Algo que quitara una parte del fuego azul en mi, pero temía que eso me debilitara al punto de matarme. Era un riesgo que debía correr.
Nos adentramos en un pequeño túnel de la mansión de Estela, daba para un pequeño cuarto. Estaba todo lleno de velas y olía a algo extraño y desagradable. Arrugue la nariz.
—Ya sé, no es el olor más encantador, pero es necesario para preparar pociones—. Tomó un libro gordo y viejo con llamas azules en los bordes—. El gran libro de los fuego azules. Mark me dio una replica.
Estela tenía una gran relación con todos los líderes de cada aquelarre o reunión de cualquier evento sobrenatural. Se llevaba bien con vampiros, lobos, brujos, fuego azules y cualquier otro tipo semejante.
—Sacarte el fuego azul no es cosa fácil. No tengo ni idea como mi madre lo hizo, pero lo intentaré. Antes beberé algo que me de energía, exponerse a tanto fuego azul para cualquiera que no sea de tu clase es mortal o casi mortal—. Bebió un frasco y hizo una mueca. Debía ser desagradable.
Sacó un collar con un cuarzo de cristal y lo miró con algo parecido a la nostalgia. Una lágrima se escapó de uno de sus ojos.
—¿Estas bien—. Dije preocupada.
—Me recuerda a él... —. Secó la lágrima —. Él me dio este que llevo puesto. Hoy se cumplen 5 años de su muerte y aún sigue doliendo de igual manera. Él fue mi primer amor, la primera persona que me enseño la importancia de la felicidad del otro y me enseñó la palabra nuestro. Jamás lo podré olvidar, sé que Raúl llegó y sanó parte se mi herida, pero simplemente son amores tan diferentes. Gabriel me enseñó a ver al mundo de una perspectiva distinta y Raúl me enseñó a afrontar mi realidad.
Su voz estaba cargada de dolor y me sentí mal por ella. No podía permitirle que realizara esto mientras se encontraba de tal manera. Superar una pérdida no era nada fácil y yo lo tenia demasiado claro, a 3 años de la muerte de mi madre aún sigo llorando cuando estoy sola en el cuarto o cuando siento que Miller no me esta observando.
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Fuego Azúl [Libro #1]
FantasiaHace 500 años aproximadamente se creó la raza de los fuego azul, seres creados a partir de una lluvia de meteoritos con un extraño fuego azul. Eran en aquél entonces brujos escapando de la hoguera que buscaron con desesperación un refugio donde pudi...